"Esta es una buena noticia para el bolsillo de los chilenos. Además de congelar las tarifas hasta diciembre de 2020, permitirá adelantar la baja de tarifas que se esperaba a partir de 2023 (…)". Ese fue el anuncio que el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, hizo solo hace dos semanas, cuando se aprobó el mecanismo de estabilización de tarifas eléctricas.
Sin embargo, esa ley solo considera el segmento de generación, que es el más representativo en una cuenta de luz (70%), pero deja de lado a la distribución (20%) y transmisión (10%). Estas últimas dos también se calculan considerando distintos factores, entre ellos, el tipo de cambio. Por eso, con un dólar alto como vemos hoy, esos componentes también deberían reajustarse.
En el caso del componente transmisión, la variación es semestral y, a diferencia de generación, no requiere de toma de razón por parte de Contraloría. Por ello, entra en vigor automáticamente. En el caso de distribución, el VAD se actualiza por tipo de cambio, CPI e IPC mensualmente. Ambos efectos se suman al precio de nudo de promedio (PNP), que se actualiza en enero próximo.
El académico y director de la consultora Systep, Hugh Rudnick, dijo que "el mecanismo de estabilización solo cubre el componente de generación, lo que podría dar lugar a aumentos en los componentes de distribución y transmisión", y agregó que variaciones bruscas del tipo de cambio pueden producir un descalce en el flujo de caja en las empresas, aunque estas cuentan con mecanismo de cobertura para este tipo de eventualidades.
El gerente general de la consultora Valgesta, Ramón Galaz, añadió que "al precio actual del dólar, es indudable que los dos componentes implicarán un alza en la cuenta de la luz, que en distribución se realiza de manera mensual y en transmisión se ajustará en enero próximo". En relación a que también se debiesen estabilizar la distribución y transmisión, Galaz indicó que eso lo advirtió cuando se discutió la iniciativa en el Senado. "En dicha ocasión señalé mi preocupación de que a la ciudadanía se le estaba dando el mensaje de "congelamiento" de la cuenta, y la ley sólo se hacía cargo del componente energía, el más importante, pero no el único de la cuenta.
Según fuentes consultadas, esta variación, considerando los indicadores actuales de dólar e inflación, sería en torno a 2%.
Desde la comisión nacional de energía (CNE) sostuvieron que "el mecanismo de estabilización se diseñó considerando el segmento que más influye en la cuenta de la luz; el de generación (70%). De hecho, considerando este segmento, se logra el objetivo de congelar la cuenta. Otro elemento importante es que se calculó el dólar con un valor que permite tener un 'colchón' para amortiguar un alza sostenida del precio del dólar. Los efectos en las tarifas de distribución, con mucho menos impacto de tipo de cambio, se están trabajando a través de la ley corta". Además, se la entidad dijeron que están estudiando estabilizar también el ítem de distribución.
Segundo frente
Uno de los aspectos que consideró la nueva ley es un techo de US$1.350 millones para el fondo de estabilización, que incluye los recursos que las empresas dejarán de recaudar al postergarse las alzas correspondientes a los años 2019 y 2020. Actualmente, Energía calcula que el costo financiero para las generadoras será de US$1.000 millones, cifra que podría aumentar si se produce un alza sustantiva en el precio del dólar (como se ha visto en las últimas semanas). Por ende, si el encarecimiento de la moneda continúa o se mantiene, el fondo se acabará antes de lo previsto, dejando desprotegidas a las tarifas.
"Si la tendencia alcista del dólar continúa, la preocupación es mayor, pues si hay importantes alzas del dólar de manera sostenida en los próximos años, el tope de US$1.350 millones de saldo no recaudado puede que produzca alzas bruscas en las tarifas", dijo Rudnick.