Un año marcado por proyectos de ley y anuncios con el objetivo de que Chile lidere la transición energética hacia fuentes limpias será 2019. Uno de los temas centrales es la descarbonización de la matriz y el cronograma de cierre de centrales que, el gobierno anunciará durante el primer semestre.
Pero, pese a que el tema fue tratado en una mesa entre las generadoras y el gobierno, la producción de carbón sigue siendo la más importante de la matriz e incluso, en un escenario de hidrología seca -hasta ahora el más probable- tendrá un alza en 2019.
Un informe del Coordinador Eléctrico Nacional modeló la participación de todas las fuentes de producción de energía en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para tres escenarios de hidrología: húmeda, media y seca durante todo 2019. Para este último caso, se proyecta que el carbón será responsable del 39,9% de toda la producción del sistema, empalmando los datos reales hasta marzo de 2019 y la proyección para los siguientes meses. Esto implicaría un aumento en relación con 2018, cuando esta tecnología explicó el 38,2% de la producción del SEN, que agrupa a los antiguos SING y SIC. Así, en términos de producción neta de energía, el crecimiento de la generación con carbón sería de 7% entre un año y otro.
De concretarse estos números, la participación del carbón en la producción eléctrica del país superaría también a lo ocurrido en 2017, cuando este energético explicó el 39,6% del total.
¿Por qué aumentaría?
Una de las razones que justifica la alta participación del carbón es la persistente sequía en el país, que de repetirse en 2019 -tal como se prevé- completaría nueve años de hidrología seca.
Según el ministro (s) de Energía, Ricardo Irarrázabal, lo más importante es que el cambio a nivel climático del país no está afectando el suministro de energía, el que sigue estando asegurado aún en condiciones adversas.
"Es necesario analizar el cambio en las condiciones climáticas y cómo se relacionan con la energía del país, pero, por otro lado, los números muestran la madurez del Sistema Eléctrico Nacional, en cuanto a que este se ha diversificado y que eventuales condiciones de escasez hídrica no afectan la seguridad del suministro energético", comentó.
Sin embargo, dijo que espera que en los próximos años, a medida que se vayan cerrando las termoeléctricas más antiguas, la participación del carbón vaya disminuyendo.
"La situación podría mejorarse si se incorporan masivamente y en forma segura, económica y eficiente, energías renovables; así como también dar señales de inversión. Es por eso que estamos trabajando en modificaciones regulatorias que reconozcan la flexibilidad y su aporte al sistema", indicó.
La directora ejecutiva de Chile Sustentable, Sara Larraín, agregó que "esto es muy negativo por la grave contaminación local y una contribución innecesaria al calentamiento global. El gobierno debe anunciar ahora el cronograma de descarbonización tal como se comprometió".
Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) señaló que, "seguir suponiendo que el carbón es barato, sin sumarle sus costos ambientales reales por emisiones de CO2, SO2 y material particulado es contrario a la idea de incentivar que esas centrales operen menos y que se vayan retirando de servicio en el futuro. Es mantenerles un subsidio que ha existido siempre y que termina siendo pagado en daños a la salud de las personas y al medio ambiente".
"El carbón es muy competitivo frente a otras alternativas energéticas y seguirá teniendo un rol preponderante en la matriz. No será fácil eliminarlo del todo y tomará algún tiempo", complementó el director de la consultora Systep, Hugh Rudnick.
El director ejecutivo de la Asociación de Generadoras Eléctricas, Claudio Seebach, prefirió apuntar al largo plazo. "La proyección del estudio de PSR Moray para 2030 es que en un escenario hidrológico normal, la participación de la termoelectricidad en su totalidad, esto es carbón, gas natural y petróleo, se reduzca del 55% de 2018, al 25%", planteó.