¿Luz al final del túnel? Tenue y lejana, pero hay atisbos de una leve mejoría en las cifras de crecimiento informadas por el Banco Central. El Imacec anotó una caída de 12,4% en junio que, si bien fue menor a la esperada por los economistas, sorprendió aún más el hecho de que la actividad lograra un avance de 1,7% mes contra mes después de tres meses de caídas consecutivas. Este hecho cambió el ánimo de los analistas y por cierto de las expectativas para el año. Pero pese a la señal positiva que mostraron las cifras, el segundo trimestre cayó 14% (en el promedio de Imacec, a la espera del dato oficial de Cuentas Nacionales), el menor nivel desde el último cuarto de 1982 lo que da cuenta de la profundidad del impacto.

Durante junio, el Imacec minero creció 2,2%, mientras que el no minero cayó 14%. De acuerdo con el instituto emisor, el resultado se vio impactado por los efectos de la emergencia sanitaria. En este contexto, las actividades más afectadas fueron los servicios y la construcción, y, en menor medida, el comercio y la industria manufacturera.

En los servicios, destacaron las caídas de educación, transporte, restaurantes y hoteles, y servicios empresariales.

Los economistas explican que la minería junto con un comportamiento mejor a lo esperado de los sectores comercio y manufactura permiten mirar con cierto grado de optimismo los próximos meses.

“Estas cifras estarían indicando que la economía habría tocado fondo en mayo y nos encontramos frente a una recuperación gradual de la actividad, a pesar que en junio la cuarentena abarcó todo el mes en el Gran Santiago”, afirma el analista económico de Pacífico Research, Sebastián Díaz.

Desde Scotiabank acotan que “muy en el margen aparece el primer síntoma de leve recuperación. A pesar de ser un primer registro que debe ser mirado con cautela, al mismo tiempo han comenzado las medidas de desconfinamiento, lo que entrega mayor confianza de un verídico inicio de recuperación que, por ahora, será lenta dado el enorme daño al mercado laboral”.

Para Tomás Flores, de LyD, “es posible que la reactivación del comercio mundial este dinamizando el sector transable chileno, lo que compensa en parte la caída del sector no transable, esto es principalmente los servicios”.

A nivel trimestral, Hermann González, de Clapes UC, también cree que es lo peor de la crisis. “Deberíamos tener un julio todavía muy malo de este orden de magnitud y a partir de agosto comenzar a ver cifras marginalmente mejores a estas, relacionado con el levantamiento paulatino de las restricciones que se están haciendo, porque objetivamente han mejorado los indicadores sanitarios y también con los efectos que podría generar el retiro del 10% de las AFP en el gasto de las familias”, comentó en una charla organizada por Itaú.

Mientras que Martina Ogaz, de EuroAmerica, subraya que “esta cifra da esperanzas de una economía que ya hubiera registrado un punto de inflexión, recuperación que si bien sería lenta comenzaría durante el el tercer trimestre lo cual también va de la mano de la lenta reapertura que tendrían las diversas comunas en las regiones del país y siempre sujeto a las medidas sanitarias que se podrían tomar en consecuencia nuevos rebrotes de contagios de Covid-19”.

Y qué pasará en julio

Para julio la perspectiva del mercado es más positiva. Y las proyecciones van desde -11% hasta -13%. Desde Santander afirman que los indicadores de movilidad muestran una tímida recuperación (47,3% vs. 35,7% en junio), mientras que las cifras de comercio exterior reflejan una menor contracción que en junio.

Sin embargo, “la cuota de incertidumbre la pone la generación de electricidad que exhibe un importante deterioro, probablemente asociado a cuarentenas en comunas mineras que habrían impactado la actividad de ese sector, que es altamente intensiva en uso de energía”. A partir de esto, Santander estima que julio habría tenido una variación anual similar a la de junio, pero una composición algo distinta, con mejor desempeño de los sectores no mineros y una caída en la minería.

De hecho, el factor minero será el que ahora le restará crecimiento al indicador mensual. Para este sector, los economistas esperan una caída de hasta 7%, aunque hay voces que prevén un alza. “A pesar de las restricciones impuestas por las cuarentenas, es posible que la producción minera se incremente nuevamente y de manera similar a lo observado en junio”, puntualiza Flores. Pese a ello, los expertos no prevén que términos desestacionalizados la actividad se contraiga.

Perspectivas

Con este nuevo aire, las perspectivas dejaron de caer e incluso algunas mejorar levemente. Si antes se acercaban al piso del Banco Central (-7,5%), ahora se inclinan más a un -6%.

En ese sentido, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo que “como gobierno nuestra principal prioridad es volver a levantarnos, recuperar nuestra economía y,por sobre todo, recuperar el empleo, del cual dependen los ingresos de cientos de miles de familias en Chile”.

Los expertos afirman que un rol clave en las mejores perspectivas son las medidas de liquidez que ha entregado el Banco Central junto con el impulso que le dará al consumo el retiro del 10% de los fondos de pensiones.

Uno de los más optimistas es Tomás Flores, quien ve ahora una caída de 5%. “El resultado de junio, mas el impulso de gasto privado, debido al retiro del 10% de los ahorros previsionales, ajusta la proyección para este año a una cifra en torno a -5%”. Scotiabank prevé una contracción de 6% para el PIB, pero con sesgo alcista.

Similar estimación entregó Carolina Grünwald de Banchile, quien espera una baja de 6%. En EuroAmerica, en tanto, mantienen un rango de entre -7,5% y -6,5% pero también con sesgo positivo.