PIB del tercer trimestre mejora proyecciones para 2022, pero no cambia recesión del próximo año
El Banco Central reveló que el PIB del tercer trimestre creció 0,3% en 12 meses, por sobre el 0,2% esperado, pero cayó 1,2% versus el previo desestacionalizado. Entre los economistas hubo sorpresa por la inversión, que sigue con cifras positivas. Para este año, prevén que la economía crezca hasta 2,5%, pero anticipan una caída más cerca de 1,5% en 2023. El déficit en cuenta corriente escaló hasta 9,9% del PIB.
A comienzos de año, las expectativas del mercado apuntaban a que en el tercer trimestre ya la economía en su medición anual estaría cayendo. Sin embargo, eso todavía no ha sucedido, y habrá que esperar hasta conocer el cierre del Producto Interno Bruto (PIB) del cuarto trimestre para ese cuadro. Esto, porque las Cuentas Nacionales que publicó este viernes el Banco Central (BC) revelaron que el PIB del tercer trimestre todavía creció 0,3%, levemente por sobre el 0,2% esperado tras conocerse el crecimiento mensual de septiembre. Aun así, es la menor alza desde el primer trimestre de 2021, cuando la actividad tuvo una nula expansión.
Entre los economistas hubo sorpresa por el hecho de que la inversión siga con cifras positivas. Esta variable tuvo un aumento de 2,2%, impulsada por una mayor inversión en maquinaria y equipo. En contraste, el consumo total cayó 1,5%, siendo arrastrado por el consumo de los hogares, el que retrocedió 2,8%, reflejo de un menor gasto en bienes, particularmente no durables, mientras que el consumo de gobierno subió 4%. Así, la demanda interna se contrajo 1,5%.
Lo que sí, en comparación al trimestre inmediatamente anterior, el PIB cayó 1,2%. Este resultado se explicó principalmente por el desempeño de los servicios personales, la minería y el comercio. Ahora se espera que el cuarto trimestre, en esta misma medición, el PIB se contraiga nuevamente, generando la denominada recesión técnica.
Respecto del comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones aumentaron 4,1% y las importaciones se redujeron 2,7%. En el primer caso, el resultado se explicó principalmente por el dinamismo de las exportaciones de servicios, seguidas por los envíos de bienes. En el resultado de las importaciones destacaron las menores internaciones de productos tecnológicos y de petróleo crudo.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, valoró el hecho de que el freno esté siendo menos fuerte de lo que los analistas esperaban, “lo cual indica que el ajuste que está teniendo la economía es real, es efectivo, está teniendo efecto sobre la inflación y hasta el momento ha sido menos negativo sobre la actividad de lo que se esperaba”, indicó. Resaltó que la desaceleración está concentrada más en el lado de la demanda y del consumo, que es donde tiene que ocurrir, dado que los excesos de demanda de 2021 ocurrieron por el lado del consumo.
Para los economistas también es positivo que la desaceleración esté más centrada en el consumo. “En general, la economía ha sido más resistente de lo previsto”, sostiene Felipe Alarcón, de EuroAmerica.
Si tras conocer el Imacec de septiembre los expertos habían comenzado a ajustar al alza su proyección de PIB para este año, ahora lo ratifican. Con estos nuevos antecedentes, las proyecciones ahora llegan incluso al 2,5%. No obstante, pese a “lo positivo” que es que la economía logre un mejor año, las perspectivas de contracción para 2023 se mantienen intactas, e incluso algunos las ven más negativas, considerando la mayor base de comparación de 2022.
Desde Santander precisan que dados estos nuevos registros, revaluaron su estimación de crecimiento para el año, pasando de 2,25% hasta 2,5%. No obstante, mantienen su visión para 2023, de una caída de 1,2%.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, subraya que “la primera percepción que uno tenía a comienzos de año era que la economía se iba a ajustar más rápido, pero ha sido más pausado de lo que se había previsto”, y agrega que lo que sorprendió fue la inversión, porque “esperábamos que ya en este tercer trimestre cayera, sobre todo por lo que está pasando con la construcción”. Este cambio, para Rojas, permite que el PIB anual sea mayor al esperado, pasando de 2% a 2,5%. Sin embargo, plantea que el escenario 2023 para la economía es más exigente, puesto que comenzará con una mayor base, lo que llevará a que el PIB se contraiga más cerca del 1,5% que de 1%.
Alarcón, en tanto, espera un cierre de año más cerca de 2,5%, pero una caída de 1,3% para el próximo. A su vez, para Carolina Molinare, economista del OCEC-UDP, “el rango de crecimiento de este año se amplía al alza, quedando entre 2% y 2,5″, pero subraya que este ajuste al alza este año “implicaría una mayor caída para 2023, a un rango de entre -1% y -1,5%”.
Los sectores al alza y la baja
Esta leve alza del PIB está siendo sostenida por la contribución de los servicios, donde destacaron los personales y el transporte. En contraste, las mayores incidencias a la baja se registraron en las actividades de comercio y minería, que a la vez fueron los sectores que más se cayeron en el tercer trimestre. El informe del BC muestra que comercio tuvo un retroceso de 9,6%, mientras que minería registró una contracción de 4,9%. La industria manufacturera se sitúo en el tercer lugar de mayores caídas, con una reducción de 3,9% en el trimestre, y la actividad agropecuario-silvícola se redujo 2,1%. Como contrapartida, entre los que más subieron está transporte, que tuvo un alza de 12%, seguido de servicios de vivienda e inmobiliario, con 4,6%.
Otro dato que entregó el BC fue el resultado de la cuenta corriente, que mostró un nuevo deterioro al tercer trimestre, alcanzando un déficit del 9,9% del PIB en el año móvil, llegando a US$ 9.428 millones. El vicepresidente del BC, Pablo García, y el gerente de análisis macroeconómico, Markus Kirchner, explicaron las razones de este déficit. Dijeron que la expansión del gasto en 2021 afectó el ahorro del Estado y de los hogares, efecto que todavía persiste este año, pero que ven que va en retirada tras el fin de los estímulos al consumo como las ayudas estatales masivas y el retiro de dinero desde los fondos de pensiones. Otras razones que también destacaron fue el impacto de factores externos, como las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania.
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