Dos décimas a la baja. Esa fue la corrección que realizó el Banco Central para el PIB del primer trimestre, que alcanzó un crecimiento de 1,6%, y no 1,8%, como lo reflejaba preliminarmente el promedio de Imacec para los tres primeros meses del año. ¿Qué paso? El Banco Central recortó la expansión mensual de enero de 2,4% a 1,8%; de febrero de 1,4% a 1,1% y marzo de 1,9% a 1,8%.

En el gobierno recibieron con preocupación el rendimiento que está mostrando la economía. Esto, en un escenario donde el Presidente Sebastián Piñera decidió mantener la proyección de crecimiento anual en un 3,5% y donde su promesa ha sido "poner en marcha" al país.

Más aún considerado que tras conocer este magro rendimiento de la actividad, los expertos comenzaron a ajustar nuevamente sus proyecciones para el año, dejando muy atrás el 3,5% previsto por Hacienda a un nivel más cercano a 3%, e incluso este nuevo escenario abrió la puerta a que la economía crezca bajo 3%.

"No estamos satisfechos con este crecimiento, pero estamos convencidos que la economía se va a recuperar con fuerza", sostuvo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

La alerta en el gobierno hizo que el tema se abordara en el comité político en La Moneda. Fue el mismo jefe de la billetera fiscal quien durante la cita abordó con los parlamentarios del oficialismo las cifras económicas, a quienes les transmitió que -más allá de los números del Banco Central y del complejo escenario internacional- hay buenos números de inversiones en el país que permitirían mantener la proyección de crecimiento en un 3,5%.

No obstante, esa explicación no convenció a los parlamentarios presentes, entre ellos, el jefe de bancada de Evópoli, Luciano Cruz-Coke y el diputado UDI Jaime Bellolio, quienes pidieron al gobierno "ajustar las expectativas a la realidad".

"Es evidente que el escenario internacional no se ajusta a las expectativas que existían, sin embargo, el gobierno mantiene el 3,5% de crecimiento al que ha señalado como meta. Creo que las expectativas hay que ajustarlas a las posibilidades reales", dijo Cruz-Coke.

El mismo parlamentario explicó que no se pueden elevar las expectativas teniendo en consideración que la ciudadanía está cada vez más exigente. Y que a esto se suma el escenario económico internacional, en donde -asegura- la guerra comercial entre China y Estados Unidos podría repercutir en el país.

Al término del comité político, el gobierno difundió una minuta entre los parlamentarios del bloque titulada "coyuntura económica", donde se abordan las bajas cifras que arrojó el Banco Central.

En el texto se destacan los números en inversión y se asegura que "se espera que este año el desempeño económico vaya de menos a más, reflejado en un importante crecimiento de la demanda interna impulsada por el consumo de los hogares, el crecimiento de la inversión y un aumento en la confianza empresarial confirmando que Chile está en marcha".

Las cifras en cuestión

El PIB de 1,6% es la menor expansión desde el segundo trimestre de 2017 y muestra, además, que la economía desestacionalizada detuvo su crecimiento trimestre contra trimestre, mientras que como velocidad anualizada registró una caída de -0,1%, el primer resultado negativo desde enero-marzo, también de 2017 lo que refleja el brusco freno que está teniendo la economía.

En el desglose de los datos, la inversión tuvo una fuerte desaceleración, ya que pasó de terminar con una expansión de 5,6% a 2,9%, mientras que el consumo total se redujo de 3,1% a 2,9%. Por el lado externo, las exportaciones también reflejaron el deterioro, puesto que retrocedieron 1,8%.

"El 3,5% es prácticamente inalcanzable", señaló Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica. Para lograrlo, el segundo semestre debería crecer sobre 4%. Ese escenario está fuera de toda discusión, dicen los economistas. El académico de la Universidad Gabriela Mistral, Erik Haindl, tiene hoy una estimación de 2,5%. Esto, principalmente, por el menor crecimiento que tuvo la inversión y por la caída de las exportaciones. En Fynsa también prevén un PIB bajo 3%. "Los riesgos son que estos factores de demanda interna continúen esta senda de desaceleración, más allá de la volatilidad y reversión que pudiera experimentar el sector minero".