El bajo crecimiento económico que ha mostrado Chile durante la última década ha sido motivo de debates y análisis de expertos y autoridades de gobierno. Hay consenso de que si se mantiene el estancamiento en la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) el bienestar de la población continuará sufriendo una importante merma.
Si entre los años 1990 y 2000, la tasa de crecimiento promedio del país fue de 5,9%, entre 2001 y 2010 bajó a 3,8% y ahora, entre 2011-2021, fue de sólo 1,5%. Esta fuerte desaceleración de la actividad económica ha impactado un indicador que sirve para cuantificar qué tan cerca o lejos está el país de alcanzar ingresos de naciones desarrolladas, como es el PIB per cápita (el PIB dividido por la población).
Así, de acuerdo a un análisis realizado por Horizontal, centro de pensamiento ligado a Evópoli, este freno del crecimiento ha implicado que el proceso de convergencia que venía experimentando el PIB per cápita de Chile respecto del de los países del mundo desarrollado se esté revirtiendo. Principalmente se menciona que, a partir del año 2014, Chile inició un camino divergencia con el PIB per cápita promedio de las naciones de la Ocde y de Estados Unidos, al medirlos a paridad de poder de compra (PPC), una medida del PIB per cápita corregida para representar el poder de compra en cada economía y así compararlas de mejor forma. “Esta desaceleración significa que, en los últimos 13 años, no hemos logrado acercarnos nada al nivel de vida de los países desarrollados; y, desde el año 2014, nos hemos alejado de ellos”, alerta el informe.
El investigador de Horizontal, Santiago Montiel, explica que “hasta el 2013 Chile estaba convergiendo a paso firme con las economías desarrolladas, año donde nuestro PIB per cápita (PPC) alcanzó un 59% del PIB per cápita de Estados Unidos. Sin embargo, desde ahí la tendencia se revirtió y hoy alcanza un 56%”.
En ese sentido, sostiene que “hoy, con US$ 25.886 de PIB per cápita (PPC en términos reales, en dólares de 2017 según la categoría del FMI), todavía estamos lejos de la categoría de país desarrollado y si no mejorarnos nuestra capacidad de crecer en el largo plazo, difícilmente podremos volver a acercarnos a ese grupo de países”.
En el análisis se muestra que si se compara a Chile con países cuyo nivel de desarrollo era equivalente al chileno en 1990, se aprecia que no todos lograron crecer al mismo nivel que Chile durante el período, sin perjuicio de que hubo naciones que muestran una trayectoria mejor que la chilena. “Uruguay y Colombia son dos países que exhiben peor rendimiento que Chile en el período. Sin embargo, el desempeño chileno palidece frente a aquél realizado por Turquía, Polonia y especialmente Corea del Sur, cuyo PIB per cápita era un 30% superior al chileno en 1990, brecha que aumentó a 76% hacia finales del período”, menciona el texto.
Según reporte de Horizontal, la desaceleración que muestra Chile desde 2010 no se replica en los países con un nivel de desarrollo similar al nuestro a principios del período. Turquía, por ejemplo, superó a Chile: tenía un PIB per cápita (PPC) inferior en 2010 y al 2022 es mayor por un amplio margen.
Otro caso es el de Polonia, el que se disparó aumentando la brecha entre su PIB per cápita (PPC) y el de Chile en ese período, de un 12% a un 46%.
Dentro de Sudamérica, Uruguay está cada vez más cerca. Ahí, la brecha entre el PIB per cápita de Chile y Uruguay se redujo de 8,6% en 2010, a 6% en 2022. El rendimiento chileno desde el año 2010 y especialmente desde el 2014, se asemeja más al de países como Argentina, de acuerdo al informe.
Por qué el estancamiento y cómo seguir
Según detalla Montiel, este estancamiento de la expansión del PIB per cápita se debe a un deterioro de los factores que están detrás del crecimiento potencial del país. Uno de ellos es que la tasa de incremento real anual de la inversión cayó de 10% (2004-2013) a un 0,8% entre 2014 y 2023. Por otro lado, subraya que “la productividad está estancada desde hace más de una década. Por ejemplo, si vemos las producciones anuales de las industrias de la minería y celulosa, dos motores de nuestra economía, estas se encuentran estancadas hace diez años”.
Según el autor del análisis, este escenario también se explica por un deterioro del “sistema político, el que se encuentra polarizado, fragmentado y ya no es capaz de lograr acuerdos en las reformas sociales y económicas necesarias para mejorar el bienestar de la población. La fallida reforma de pensiones es el mejor ejemplo de esto”.
En el informe se menciona también que la trayectoria del crecimiento económico y de la tasa de aumento poblacional apuntan a una situación de estancamiento estructural. “El crecimiento de la economía chilena -menor que en décadas pasadas- se ve presionado por la tasa de crecimiento de la población -mayor que en décadas pasadas”, dice el reporte. Así, mientras que la población muestra un leve aumento en su tasa de crecimiento, el PIB per cápita se atenúa ante el estancamiento de la economía.
En este contexto, una de las preguntas fundamentales es si Chile logrará alcanzar el desarrollo en algún momento del tiempo. Por ello, este análisis hace una proyección hasta 2050. “Las perspectivas no son muy alentadoras”, dice el investigador de Horizontal. Montiel señala que “para el período 2023-2032, el Banco Central estima un crecimiento de apenas un 2,1%. A este ritmo, recién el año 2041 alcanzaríamos el PIB per cápita (PPC en términos reales) de Turquía (US$ 33.149) y al 2045, el de Portugal (US$ 35.768). Si consideramos que el PIB per cápita promedio de la Ocde al 2022 (PPC) era de $46.208, a todas luces no nos estamos acercando a los países desarrollados”, concluye.