El presidente Sebastián Piñera anunció esta mañana la segunda etapa del “Plan Económico de Emergencia” del gobierno, el cual busca moderar el duro impacto que supone la crisis del coronavirus en la actividad.

Desde el palacio de La Moneda, y acompañado del equipo económico del gabinete, el jefe de Estado precisó que estas medidas tienen como objetivo proteger los ingresos de las familias y trabajadores que no forman parte de los empleos formales o dependientes, y también dar asistencia al sector privado en medio de la emergencia,

Piñera dijo que estos anuncios, que aportan nuevos recursos por US $5.000 millones, complementan las medidas que ya ha tomado el Banco Central para mejorar la liquidez del sistema financiero y la CMF, para flexibilizar normas de acceso a estas nuevas fuentes de crédito.

Empleo

Las medidas tienen dos pilares. El primero, dijo Piñera, está orientado a las familias a través de la creación de un fondo de US 2.000 millones para la transferencia de beneficios y la creación de empleos de emergencia.

Con este fondo se pondrá especial énfasis en las familias más vulnerables y en los trabajadores informales que no han podido trabajar debido a la crisis.

“Esto beneficiará especialmente a los 2,6 millones de trabajadores informales sin contrato de trabajo y que hoy no tienen la protección del seguro de desempleo”, sostuvo.

Líneas de crédito

El segundo pilar, tal como lo adelantó Pulso, tiene que ver con el apoyo a emprendedores, Pymes y “empresarios que lo requieran”, el cual se expresa en líneas de financiamiento con garantías del Estado de hasta el 85%.

De acuerdo al presidente, estas líneas permitirán acotar el riesgo de crédito extraordinario generado por el Estado de Emergencia y facilitará las condiciones para que los bancos presten capital de trabajo a las empresas por un plazo de hasta 48 meses, con un periodo de gracia de hasta 6 meses y por un monto equivalente de hasta 3 meses de venta.

“Esta línea estará disponible hasta el 30 de septiembre de este año y permitirá financiar créditos a las empresas por hasta US 24 mil millones, lo que equivale a alrededor de 20 veces las líneas actualmente disponibles”, dijo Piñera.

La cifra equivale en torno al 10% del PIB de Chile.

“Los bancos comprometidos a participar en este programa deberán otorgar estas líneas de crédito COVID19 para capital de trabajo fresco en forma simple, masiva, expedita y a tasas preferenciales a los clientes que lo soliciten y que cumplan con los requisitos definidos” agregó el mandatario.

Para este ítem, el Estado aportará US$ 3.000 millones al Fondo de Garantías para Pequeños Empresarios (FOGAPE) de Banco Estado para que empresas puedan acceder a líneas de crédito.

¿Quienes podrán acceder?

A estas líneas de financiamiento podrán acceder todas las compañías con ventas anuales menores a 1.000.000 de UF, lo que incluye al 99,8% de las empresas y el 84% del empleo (aproximadamente 7,6 millones de trabajadores).

Los préstamos serán otorgados por los bancos comerciales, los cuales tendrán acceso a la facilidad de liquidez de largo plazo del Banco Central.

Obligaciones de los bancos

El presidente dijo que los bancos que presten estos recursos a las empresas beneficiadas, con garantías del Estado, deberán reprogramar todos los créditos prexistentes del deudor beneficiado y postergar toda amortización de sus créditos antiguos hasta que los nuevos préstamos estén íntegramente pagados.

“Estas medidas permiten dar un alivio a las empresas necesitadas y proteger las garantías otorgadas por el Estado La garantía que otorgará el Estado dependerá del tamaño de la empresa beneficiada”, dijo el mandatario.

Para empresas con ventas inferiores a 25 mil UF anuales, la garantía del Estado podrá llegar hasta el 85% del nuevo préstamo para capital de trabajo. Esta garantía será de hasta 70% para empresas con ventas entre mil 25 UF y 100 mil UF anuales, y de hasta 60% para empresas con ventas superiores a 100 mil e inferiores a 1 millón de UF anuales.

El uso de los recursos

En el marco del anuncio, la máxima autoridad del país advirtió que las empresas beneficiadas con estos créditos deberán utilizar los recursos para sus necesidades operativas y de capital de trabajo, incluyendo entre otros, pago de remuneraciones, arriendos, proveedores, obligaciones tributarias y otras necesidades para mantener operativas sus empresas durante la emergencia y retomar la normalidad de sus operaciones una vez superada la crisis.

En esa línea, las compañías no podrán usar estos fondos para amortizar créditos previos con los bancos, pagar dividendos o hacer retiros de capital, hacer préstamos a terceros relacionados ni otros destinos no indispensables.