En medio del deterioro económico y de las expectativas, el Presidente Sebastián Piñera buscó dar una señal de confianza con el cambio de gabinete.
Tras una semana llena de rumores y especulaciones, el mandatario concretó el primer gran ajuste ministerial de su segundo mandato, aplicando una cirugía en el equipo económico.
Desde La Moneda, el jefe de Estado anunció la salida del ministro José Ramón Valente de la cartera de Economía, quien ahora será reemplazado por el actual titular de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine. Su cartera, a su vez, será ocupada por Alfredo Moreno, quien actualmente dirige Desarrollo Social. Sebastián Sichel, por su parte, sale de la Corfo para para hacerse del ministerio que deja Moreno.
En Hacienda no hubo cambios y se mantiene Felipe Larraín.
Los cambios se producen en medio del deterioro de la economía chilena en los últimos meses y también de las expectativas, tanto por parte del mercado como del propio gobierno.
Así, la apuesta de La Moneda fue por la confianza hacia el sector privado. Sumó al equipo económico a dos pesos pesados y reconocidos por los empresarios, como son Juan Andrés Fontaine y Alfredo Moreno en Obras Públicas, un área que el gobierno decidió potenciar para apuntalar la inversión.
Es que una gran preocupación del Presidente Piñera es cómo declinó la inversión privada y también sus perspectivas. De hecho, el Banco Central recortó la proyección de inversión de 6,2% a 4,5%.
Fontaine, un economista que ya hizo una buena labor en la misma cartera en la primera administración de Piñera, pero que no tuvo un buen final, dado que fue removido para dar un cupo a Pablo Longueira. Su presencia en esta cartera le da un peso específico técnico, pero al mismo tiempo le permitirá continuar con las materias positivas logradas por la gestión de Valente.
La llegada de Alfredo Moreno a Obras Públicas va en la misma dirección. Un nombre que para el sector privado es señal de gestión y garantía, por lo que podría mover la palanca. Es empresario, fue director clave de la empresa más grande del país (Falabella) y como líder de la Confederación de la Producción y el Comercio, renovó el discurso de los empresarios.
Las cifras económicas que preocuparon a La Moneda
En el marco de la cuenta pública, Piñera estimó que el PIB crecerá entre un 3% y 3,5% este año, menor al 3,5% que se había jugado Hacienda. El titular de esa cartera, Felipe Larraín, de hecho, había quedado en una incómoda situación luego que señalara a Pulso que él "dormía tranquilo" con un cálculo de 3,5%.
En ese contexto, algunas encuestas ya habían empezado a reflejar cierto descontento ciudadano con el manejo económico, una fortaleza de la que habitualmente presumen los gobiernos de derecha.
Sin ir más lejos, esta mañana la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), reveló un fuerte deterioro en la percepción de la gente sobre la marcha económica.
Según dicha medición conocida hoy, la percepción sobre la situación económica mostró un fuerte deterioro en los últimos seis meses. Subió de 27% a 32% los que consideran que la situación económica actual del país es mala o muy mala. Y las perspectivas son peores: quienes piensan que la situación empeorará en los próximos 12 meses pasaron de 15% a 17%, mientras que el porcentaje de los que creen que mejorará cayó de 26% al 19%.
Además, el 61% de los encuestados ve que Chile está "estancado", cuatro puntos porcentuales más que en noviembre pasado, y sólo 23% cree que está "progresando", 7pp menos que en el último sondeo.
Otro dato clave de la CEP fue que el gobierno tuvo nota roja en la gestión de todas las áreas consultadas. Resalta el crecimiento económico (nota 3,6), empleo (3,4) y pensiones (2,8). Esto, en medio de una actividad económica desacelerada.
El efecto Banco Central
Las críticas hacia el equipo económico se intensificaron luego del remezón provocado por el Banco Central. Cuando la mayoría esperaba que mantuviera la tasa, el emisor decidió aplicar un fuerte recorte de 50 puntos base en la tasa de interés, debido al deterioro que había observado en la actividad.
Se trata de un diagnóstico que no estaba en sintonía con lo que públicamente transmitían las dos mayores autoridades económicas del país.
Para peor, e independiente de la mejora que aplicó para el PIB tendencial y potencial, el organismo dirigido por Mario Marcel ajustó a la baja la proyección de crecimiento de la economía chilena para este año.