Conciencia. Ese concepto es el que se ha instalado en la cabeza de los isleños en el último tiempo. La tendencia mundial de sustituir centrales contaminantes como las termoeléctricas por energías renovables también está comenzando a hacer efecto en Isla de Pascua.
Hace poco más de un mes se marcó un hito en Rapa Nui, dando inicio a una nueva etapa con las plantas solares. La energética de capitales españoles Acciona puso en marcha y donó la primera central fotovoltaica conectada a red en la isla.
A simple vista no pareciera tan grande y tampoco lo es -consta de 400 paneles y una potencia promedio de 105 kW-, pero con ella se estará evitando la emisión directa de 135 toneladas anuales de CO2 y sustituyendo 8% del consumo de diésel, que es el combustible con el que se genera la totalidad de la electricidad en la isla.
Pero lo anterior es recién el comienzo de la nueva era. Desde Sasipa, empresa estatal encargada del abastecimiento energético de Isla de Pascua, su gerenta general, Luz Zasso Paoa, tiene diseñado un cronograma con metas por año. El objetivo es suministrar el 30% de la demanda energética con energías renovables a 2021.
"Voy a ser muy positiva. Digamos que en el primer semestre de 2019 se hace todo el estudio arqueológico que implica cumplir con el Consejo de Monumentos, hacer topografías y otros. Paralelo a lo anterior, también se tiene que ver la disposición, logística, licitar el diseño y la idea de nosotros como empresa y como isla es en 2020 estar inaugurando la primera etapa de la nueva planta de 1 MW, que equivale al 30% del consumo mensual de la isla", aseguró.
Pero Sasipa y los isleños están pensando más allá y no solo quieren tener generación solar, sino que van a almacenarla. Zasso señaló que es todo un proceso, ya que se debe cumplir con un territorio frágil y también hacer los ciclos de los acumuladores, "porque una cosa es la inyección directa de la energía solar a los cables -a la distribución-, y otra es entregar energía y, además, acumularla para que en la noche también haya soporte", agregó.
En paralelo, el gobierno, en particular la ministra de Energía, Susana Jiménez, también tiene planes concretos para Isla de Pascua. "Está considerada la construcción de una microrred con una planta de generación híbrida para el sector rural de Vai a Repa, que permitirá entregar energía eléctrica a familias jóvenes que durante el gobierno anterior recibieron terrenos sin contar con acceso a los distintos servicios básicos", indicó Jiménez.
Sin embargo, un tema no menor es construir en la isla, ya que los terrenos son exclusivamente de los isleños y hay diversas condiciones que limitan la entrada de externos. Pero la ministra señaló que hay paños administrados por el Ministerio de Bienes Nacionales que con la venia de la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua pueden ser destinados a este tipo de proyectos.
Ante esto, Jiménez recalcó que "más importante que la velocidad es respetar la institucionalidad que regula un territorio tan especial como Rapa Nui, por lo cual es esencial trabajar en forma transparente y junto a la comunidad".
El buque trimestral
Desde Coquimbo, y cada tres meses, arriba a la isla el barco "Cisternas" de Enap, para entregar el combustible que será utilizado en el consumo de los hogares, de los vehículos y de los aviones que vienen del continente con los miles de turistas e isleños todas las semanas.
El costo anual de lo anterior para producir energía es en torno a los US$ 4,4 millones, que se traduce en cuatro millones de litros de petróleo. Es precisamente parte de esta energía la que se busca reemplazar.
El procedimiento es el siguiente: llega el buque y se instala en la zona llamada Vinapu, que es donde están las corrientes más fuertes, para que no llegue a la costa un derrame de petróleo en caso de que lo hubiese -suceso que no ha ocurrido nunca-.
En ese sector un buzo se sumerge y saca las boyas donde están las mangueras de conexión y las conecta con las mangueras del buque y ahí se alimentan los estanques que almacenan todo el petróleo de la isla. Sasipa en este proceso juega un rol fundamental.
La empresa estatal, que además es la dueña de las dos barcazas para transportar el combustible, es la encargada de entregar de mercancía a los consignatarios. Además, es la encargada de abastecer de energía eléctrica a toda la comunidad de Rapa Nui.
Dicho sistema, que es el único que ha tenido la isla, le hizo ruido a Acciona, por lo que decidieron hacerse cargo aportando con la primera planta fotovoltaica. José Ignacio Escobar, director general para Sudamérica de Acciona Energía, fue uno de los propulsores de la iniciativa que luego se hizo realidad. "Teníamos un sueño desde hace varios años, que Isla de Pascua dejara de quemar petróleo diésel y comenzara a utilizar la energía del sol como fuente de suministro eléctrico.
Así fue como el 2015 le propusimos a la isla concretar este sueño y armamos un equipo de trabajo técnico con Sasipa, con quienes realizamos un trabajo de socialización muy importante, así como de obtención de todos los permisos y requerimiento para este tipo de proyectos", indicó.
La siguiente etapa es la licitación para levantar la central de 1 MW, para luego crecer a 5 MW. Por ahora, ese hito no tiene fecha, pero el plan de las autoridades locales es aprovechar el impulso inicial.
Aunque los isleños en general se han mostrado reacios a la inversión externa, la propuesta ha sido bien recibida por ellos por dos razones: les permite subirse a la tendencia de las energías verdes y, además, podría bajarles el costo de la luz.