Aún cuando el proyecto minero Dominga logre su permiso ambiental, este no se construirá de la mano solo de sus actuales dueños, la empresa Andes Iron, liderada por la familia Délano. Esto, pues la magnitud de la inversión, de US$2.500 millones, obliga a buscar un socio financista.
De hecho, en 2015, la empresa dio a conocer un plan para sumar inversionistas. "Proyectos mineros como Dominga requieren de una ingeniería financiera, y esa ingeniería tiene diversas maneras de hacerse. Una posibilidad, por cierto, es que los actuales inversionistas tengan que diluirse respecto a que entre un socio. Son US$ 2.500 millones los que hay que levantar para construir Dominga, usted comprenderá que parte de esos US$2.500 millones es probable que estén en Chile y parte en el extranjero", dijo en 2016 Iván Garrido, presidente ejecutivo de Andes Iron, a La Tercera.
Pero la incertidumbre sobre los permisos ambientales hizo que ese proceso no tuviera éxito, pese al interés que, según trascendió, hubo de empresas chinas y japonesas.
La idea ahora al interior de Andes Iron es retomar esa búsqueda una vez que se obtengan los permisos, pues el precio es totalmente distinto con ese riesgo despejado.