En 2025 termina el plan estratégico que Codelco determinó ejecutar para dar un giro su División Chuquicamata, que después de 100 años de operación pasará de ser la mina de rajo abierto más grande del mundo a la mayor operación subterránea. Esto, entre otros puntos, implicará la salida de 1.700 trabajadores y una inversión de US$5.500 millones.

Así lo detalló el gerente general de la división, Mauricio Barraza en una presentación a los trabajadores a la que tuvo acceso PULSO. Allí, el ejecutivo transparentó el "mapa estratégico" de la división, pensado para el período 2017-2025 y que cuenta con tres fases que incluyen el rediseño de la refinería, de la concentradora, de la mina y de la gerencia de Extracción y Lixiviación (GEL). Todas estas transformaciones en su conjunto harían que los costos de la División caigan 21% al 2025 desde los actuales 126,9 centavos de dólar por libra de cobre (c/lb) a menos de 100 c/lb. Todo lo anterior, con el fin de que la operación aumente su vida útil en 40 años más.

La presentación también detalla el estado actual de la operación. Por ejemplo, señala que los trabajadores que la integran son los segundos con menor productividad entre todas las divisiones de la estatal, al haber anotado 44,4 toneladas métricas finas por trabajador (tmf) en 2017, superando solo a Salvador. La meta del plan es que esa cifra se incremente a 61 toneladas.

En la presentación se señala que la transformación de Chuquicamata responde a diversos aspectos, entre ellos, a su deteriorada posición competitiva; a que su refinería es la más cara del mundo, con un costo directo de 13,5 c/lb, que se requiere llevar a 7,5 c/lb; situación que se repite en la fundición, que ocupa el penúltimo lugar en la minería mundial, con un costo unitario que se necesita bajar en 30%.

"La transformación es un tema de convicción personal. Todavía hay personas que no entienden que si no cambiamos, desaparecemos", dice una de las láminas, donde además se señala que lo más complejo para la transformación es el trabajo con las personas (rediseños), la estandarización de los procesos y llegar a un objetivo común.

En los textos también se hace mención a que uno de los problemas es que pese a alcanzarse ciertos acuerdos con los dirigentes sindicales, estos los han desconocido meses más tarde.

El detalle

De acuerdo con lo planificado, durante este año terminará la primera fase del proyecto en la división, que busca cumplir con los compromisos relacionados con la ejecución de rediseños en distintas áreas. Así, en 2018 se espera concretar el rediseño de la GEL, de la fundición y de la concentradora, implementando un modelo de operación que "desafíe los resultados del negocio" y que incluye transformar el sistema de gestión de costos.

Dicha estrategia, persigue que la operación presente costos en torno a los 126,9 c/lb y que alcance una producción de 320 mil toneladas.

En 2019, en tanto, se iniciará la segunda fase, que considera la puesta en marcha de la mina subterránea y la transformación divisional propiamente tal. Para esta etapa del proyecto, que culmina hacia 2023, se prevé que los costos estén por debajo de los 105 c/lb y que la producción alcance las 483 mil toneladas, siendo el hito del año el primer hundimiento.

Durante este año, también se empezará a trabajar en el rediseño e implementación de un modelo de gestión con empresas colaboradoras.

Para 2020, en tanto, se tiene programado el cierre del rajo tal y como lo conocemos hoy, y también está planificado que la producción baje a 474 mil toneladas. Con eso, se iniciará en 2023 la fase III, que está netamente relacionada con la consolidación y el desarrollo divisional y que considera una producción bajo las 400 mil toneladas.

En esta etapa del plan, también se realizará una revisión y rediseño del modelo de mantenimiento, así como también, la ejecución de un cambio en los sistemas de trabajo y disciplina operacional. Para que en 2025 se opere con un costo menor a los 100 c/lb.