Theresa May dio a conocer este jueves el documento más controvertido de sus dos años de mandato, prometiendo impulsar su plan para mantener al Reino Unido estrechamente vinculado al mercado único de la Unión Europea después del brexit.

A pesar de la renuncia de dos ministros pro-brexit del gabinete y una creciente rebelión dentro de su propio partido, May presentó un "libro blanco" de 98 páginas en el que establece en detalle la profunda asociación comercial que el Reino Unido quiere con la UE.

La parte esencial es la propuesta de una nueva "zona de libre comercio" entre el Reino Unido y la UE, con regímenes aduaneros interrelacionados y regulaciones idénticas para bienes industriales y agroalimentarios. Si bien no habrá aranceles sobre ningún producto, el vasto sector de servicios del Reino Unido sufrirá una alteración significativa. Los bancos, en particular, perderán el actual acceso al mercado de la UE, ya que el gobierno abandonará el plan anterior que planteaba que ambas partes reconocieran las regulaciones del otro.

May enfrenta la enorme tarea de tratar de persuadir a los negociadores de la UE para que acepten que las propuestas son viables, a la vez que mantiene a su partido conservador y al parlamento de su lado. El tiempo se está agotando para llegar a un acuerdo de salida antes del plazo autoimpuesto de octubre, y el plan de May no tiene nada nuevo sobre el tema crítico que está retrasando el avance: evitar los controles aduaneros en la frontera con Irlanda.

Aun así, May hizo un llamado a los negociadores europeos para que aborden su plan con el mismo espíritu de respeto que, según dijo, su gobierno estaba adoptando hacia los propios principios y objeciones de la UE.

"Nuestra propuesta es integral. Es ambiciosa y logra el equilibrio que necesitamos, entre derechos y obligaciones", escribió May en el prólogo del "libro blanco". "Brindaría un brexit práctico y basado en fuertes principios, que responde a nuestro interés nacional y al interés mutuo del Reino Unido y la UE". Los detalles en el documento incluyen que:

- El Reino Unido reproducirá las normas de la UE para los bienes, además de recaudar los aranceles en nombre del bloque. En una señal del desequilibrio en la relación, May no propone que la UE cobre aranceles en nombre del Reino Unido.

- Gran Bretaña propone establecer nuevos acuerdos que le permitan tener voz, pero no voto, cuando la UE presente nuevas regulaciones, y facilitar el acuerdo aduanero

- Sobre las reglas de origen que determinan si los bienes son tratados como hechos en la UE, Gran Bretaña pide que no se hagan cambios a las disposiciones actuales. Esto es crucial para el sector manufacturero, incluidos los fabricantes de automóviles, que de lo contrario enfrentarían aranceles cuando exporten a la UE.