Pobreza en Chile llegará a los dos dígitos en 2020 por efecto del coronavirus

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Pese al salto de 9,8% en 2019 hasta 13,7% en 2020, se trata de la cifra más baja a nivel de latinoamericano, después de Uruguay.


La pobreza aumentará en cada uno de los países de América Latina este año, de acuerdo a los tres escenarios modelados por la Cepal, que en un reporte publicado hoy da cuenta del impacto de la crisis por coronavirus en esta materia. El organismo anticipa que, en el peor de los casos, el porcentaje de personas en situación de pobreza a nivel regional pasará del 30,3% registrado en 2019 a 35,5% en 2020, promedio que incluye el salto desde 9,8% a 13,7% que se experimentaría en Chile.

Aunque la pandemia causa estragos a nivel mundial, cuando se trata de pobreza la situación es particularmente compleja a nivel latinoamericano. El Covid-19 llega “en un contexto de bajo crecimiento y, sobre todo, de alta desigualdad y vulnerabilidad, en el que se observan tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular”, se lee en el informe.

Este último aspecto se condice bastante con la realidad nacional, que previo a la emergencia sanitaria enfrentaba la peor crisis social en décadas, lo que ya había dejado su huella en la actividad económica. Así, la Cepal anticipa que la pobreza escalaría este año hasta 11,9% en el más optimista de los escenarios y 12,7% en una situación intermedia.

De todas maneras, con estos números, la pobreza observada a nivel nacional es la menos severa en América Latina, después de Uruguay, que en el peor de los casos vería un aumento desde 2,9% hasta 5,7% este año. Al otro extremo aparecen Nicaragua, Honduras y Guatemala, que superarían la tasa de 50%, mientras que en la media aparece Argentina, que vería un salto desde 26,7% hasta 35,3%.

“La pérdida de ingresos afecta sobre todo a los amplios estratos de población que se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad, así como a las personas que trabajan en actividades más expuestas a despidos y reducciones salariales y, en general, en condiciones de precariedad laboral”, destaca el organismo.

De hecho, las cosas no lucen mejor a nivel regional cuando se trata de las proyecciones de pobreza extrema, la cual aumenta de 11% a 14,2% en el presente ejercicio en el peor de los casos o el “escenario alto” modelado por la Cepal. En Chile ese incremento es desde 1,4% a 2,6%.

Recomendaciones

A la luz de las preocupantes estimaciones, la Cepal llama a que “las medidas de protección social de corto, mediano y largo plazo para enfrentar los efectos de la pandemia deben considerar el bienestar de toda la población, especialmente el de los grupos que experimentan múltiples formas de exclusión y sufren más agudamente los impactos de la crisis”. Considerando lo anterior, sostienen que “la protección social y el bienestar deben ser vistos con una perspectiva de universalismo sensible a las diferencias, es decir, teniendo en cuenta las necesidades, carencias y discriminaciones de grupos específicos”.

Particularmente, el organismo liderado por Alicia Barcena propone “que los gobiernos garanticen transferencias monetarias temporales para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares, lo que será crucial para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida”.

En ese marco, comenta que en Chile “los trabajadores que ganaban el salario mínimo (301.000 pesos chilenos) en febrero de 2020, recibirán una suma adicional de 59.200 pesos (70 dólares) y esta medida se extiende de manera decreciente a quienes ganan hasta 384.363 pesos”. Además de lo anterior, estiman que “este ingreso mínimo garantizado, que se estaba gestionando antes de la emergencia sanitaria como parte de las respuestas al estallido social, beneficiará a 670.000 trabajadores”.

Por otra parte, la Cepal recomienda, en términos generales para la región, que el alcance de las transferencias “debe ser permanente, ir más allá de las personas en situación de pobreza y llegar a amplios estratos de la población muy vulnerables a caer en ella, como los estratos de ingresos bajos no pobres y los medios bajos”.

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