La inflación sigue generando estragos en la economía chilena. Tras el IPC de abril de 1,4%, que llevó la medición en doce meses a 10,5%, su mayor nivel desde agosto de 1994, ahora se espera para mayo un registro de hasta 1,5%, lo que de concretarse dejaría la inflación anual bordeando el 12%.
Todo esto tiene repercusiones directas en el poder adquisitivo de las personas, ya que el alza de sus salarios es menor a la de la inflación.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Remuneraciones Real, que descuenta la variación de la inflación, registró un retroceso de 2,3% en abril frente a igual mes de 2021, anotando su mayor caída desde que existen registros, es decir, desde 1994. Se trata del séptimo mes consecutivo de baja y en lo que va del año acumula una variación de -1,3%.
Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, comenta que esta merma en las remuneraciones se refleja en que, “con el mismo salario, se compran menos bienes y servicios que hace un año. Si bien las remuneraciones crecen respecto al año anterior, la inflación es superior al alza de las remuneraciones, lo que significa que dichos reajustes no están logrando compensar la inflación, lo que se traduce en una destrucción de la capacidad de compra de los salarios de los trabajadores”, explica el economista.
Bravo señala que si bien “la productividad laboral, que es el fundamento principal de las remuneraciones, está estancada, el factor esencial detrás de esta merma es la aceleración de la inflación, situación que se agudizó tras el comienzo de la invasión a Ucrania por parte de Rusia”.
Por su parte, las remuneraciones nominales, que si incluyen a la inflación, subieron 8% en abril frente a igual mes del año anterior, al igual que el costo de la mano de obra, ubicándose en ambos casos bajo el alza interanual de 10,5% que tuvo el IPC en ese mes.
Los sectores económicos que tuvieron las mayores incidencias positivas en ambos indicadores fueron Comercio e Industria Manufacturera.
Según grupo ocupacional, Profesionales tuvo la mayor incidencia positiva interanual en los dos indicadores, seguido por Técnicos, Directivos y Gerentes, y Trabajadores de Apoyo Administrativo y Construcción.
La remuneración media por hora ordinaria fue de $5.726, anotando un alza interanual de 6,3%. Este valor se ubicó en $5.410 para las mujeres, lo que significó un incremento anual de 6,6%, mientras que para los hombres se situó en $5.999, registrando un aumento de 6,1% en el mismo período.
La brecha de género de la remuneración media por hora ordinaria fue de -9,8%, mientras que la del costo medio de la mano de obra por hora total fue de -10,1%.
Perspectivas
Las proyecciones para lo que viene no son favorables. La inflación seguirá estando alta todo lo que resta de 2022. Frente a ello, Bravo afirma que “seguiremos viendo decrecimiento de los salarios reales en los próximos meses, pues el proceso de reducción de la inflación será paulatino, debido a la inercia inflacionaria”.
Aún más, puntualiza que “incluso si se logra volver a llevar la inflación al rango meta del Banco Central para los próximos años las perspectivas, en principio, son poco auspiciosas, pues el motor del crecimiento de las remuneraciones es el crecimiento de la productividad laboral. Dado que las perspectivas de crecimiento económico son muy bajas, se espera un bajo crecimiento de la productividad laboral, por lo que es difícil que las remuneraciones puedan crecer a tasas altas de manera sostenible”.
Por esto, para el economista es clave impulsar medidas que efectivamente aumenten la productividad. “A no ser que se implementen medidas urgentes que permitan estimular la productividad laboral en los próximos años, las perspectivas son de bajo crecimiento de las remuneraciones en términos reales”, manifestó.