La crisis del coronavirus colocó a la salud como el principal tema en discusión en Chile y en el mundo, por la histórica exigencia que se ha puesto sobre los hombros del personal del área y de los centros especializados. La pandemia ha develado las fortalezas del sistema chileno de salud y también sus debilidades. En cerca de un mes, cuando se comience a discutir la Ley de Presupuestos 2021, el gasto en salud convocará todas las miradas.

En este contexto, el Observatorio Fiscal realizó un inédito estudio que da cuenta de las diferencias de eficiencia en los hospitales del país, con información disponible a nivel agregado, debido a que no se tienen datos detallados de los centros de salud, lo que hace complejo supervisar y analizar en qué se están gastando los recursos y, por ende, buscar las soluciones que permitan mejorar la eficiencia del gasto.

Este tema es clave, considerando que el gasto hospitalario es el más significativo del sector salud, con cerca del 53% del total. Además, ha ido creciendo sostenidamente, mientras la producción hospitalaria se ha ido estancando en la última década. Así, el informe señala que el gasto por egreso hospitalario (contabilizando personas que fueron atendidas en los establecimientos y que requirieron uso de camas y/o pabellones quirúrgicos) más que se duplicó en los últimos 10 años.

Para tener una medición uniforme de la eficiencia, el organismo generó un índice de “egresos de unidades equivalentes”, para intentar limpiar las diferencias por prestaciones más costosas.

De acuerdo al estudio del Observatorio Fiscal, el potencial ahorro anual que podría alcanzar el gasto hospitalario fluctúa entre $ 90.981 millones y $ 235.167 millones (entre US$ 113 millones y US$ 294 millones a dólar de hoy), eso en el caso que aquellos recintos con menores niveles de eficiencia reduzcan la brecha de su gasto por egreso equivalente respecto a la mediana o en relación a los mejores establecimientos de cada grupo comparado. Estas cifras representan entre un 4,5% y un 11,6% del gasto total anual en atención cerrada de los 56 hospitales analizados (ver tablas).

Ahora, si las diferencias se calculan agrupando a los hospitales solo por nivel de complejidad, las brechas de eficiencia detectadas pueden llegar a ser hasta 2,5 veces entre los hospitales más eficientes versus los menos eficientes, dentro de un mismo nivel de complejidad. De esta forma, señala el estudio, el hospital menos eficiente de un grupo de complejidad similar, puede tener un gasto 2,5 veces mayor por egreso equivalente que el hospital más eficiente del mismo grupo. En este caso, el ahorro potencial anual de los hospitales menos eficientes, si alcanzan los niveles de los más eficientes, podría llegar hasta $ 594.929 millones (unos US$ 744 millones), lo que equivale a cerca del 29% del gasto en atención cerrada anual en 2019.

Transparencia, eficiencia

Por ejemplo, entre los hospitales de menor tamaño de recursos, destaca el caso del Hospital San Juan de Dios de Los Andes, que presenta un gasto por egreso equivalente menor a $ 1,5 millones, en tanto que el Hospital San José de Melipilla, teniendo un nivel similar de complejidad y de volumen de gasto operacional, exhibe un gasto por egreso equivalente de $ 2,7 millones.

El investigador del Observatorio Fiscal, Manuel Henríquez, indica que “es necesario avanzar hacia una mayor transparencia y apertura de los datos del gasto hospitalario”, ya que la que existe actualmente es aún “insuficiente” para saber las causas de estas diferencias.

“Para un análisis comparativo más preciso de las diferencias en la eficiencia hospitalaria del gasto, la complejidad ponderada global de los hospitales debe calcularse con toda la información disponible de los pesos relativos, por hospital y según tipos de diagnóstico. Hoy, estos datos no son de acceso público”, señala el investigador, quien agrega que, de todas formas, entre los factores que inciden en la eficiencia de cada hospital está, entre otros, la gestión clínica.

“Aumentar la eficiencia del gasto hospitalario es un gran desafío a debatir, en especial en el marco de la Ley de Presupuestos 2021. La razón: el Covid-19 produjo listas de espera importantes, que solo pueden atenderse bien cuando sinceremos las brechas existentes en materia de eficiencia hospitalaria, y logremos aumentar la productividad de los hospitales (...). Entonces, sencillamente aumentar el gasto en todos los hospitales y mantener el sistema tal como está -opaco- no sería responsable”, asegura la directora del Observatorio Fiscal, Jeannette von Wolfersdorff.