Los presupuestos familiares destinados a la alimentación se han visto desafiados. Los precios de los alimentos en general subieron en 2020, también partieron al alza en 2021 y se estima que seguirán así algún rato. Todo esto no solo en Chile, si no a nivel mundial.

Así lo han dado cuenta una serie de indicadores de precios tanto a nivel mundial como local. El índice de precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) –que agrupa cereales, aceites vegetales, lácteos, carne y azúcar- mostró en enero un incremento de 4,3% hasta los 113,3 puntos, su mayor nivel desde julio de 2014. Acumuló nueve meses de alzas mensuales consecutivas, periodo en el cual el aumento es 24,5%.

Esto son, en general, efectos de la pandemia: restricciones de producción y un fuerte repunte de la demanda. Ya lo advertía al inicio del Covid-19 la FAO, señalando que la cadena de abastecimiento de alimentos podría verse afectada. Si bien no hubo una escasez generalizada, los precios sí han subido, especialmente luego del repunte de la actividad de China y el desconfinamiento parcial o intermitentes de países occidentales. También han influido efectos puntuales como la falta de lluvias, huelgas o restricciones de exportaciones de ciertos mercados.

Maíz, trigo, azúcar…todo sube en el mundo

Los subgrupos del índice de precios de la FAO subieron sin excepción. El índice de cereales escaló en enero un 7,1%, impulsado por el maíz que escaló 11,2%, lo que incluso está 42,3% por sobre el nivel de enero del año pasado. Esto último refleja el cada vez más ajustado suministro global ante las compras de China y una menor producción de la estimada en Estados Unidos y por las restricciones de exportación en Argentina. Chile fue la excepción, pues se produjo una caída de 7,1% en el precio del maíz por segundo mes consecutivo ante mayores importaciones en el último trimestre y más producción local. El trigo, en tanto, escaló 6,8% ante una fuerte demanda mundial y menor oferta proveniente desde Rusia.

El subíndice de aceite vegetal de la FAO se elevó 5,8% mensual hasta el mayor registro desde mayo de 2012. El precio del azúcar, en tanto, escaló 8,1% por sobre diciembre en parte por un año más seco de lo normal en Sudamérica, entre otros factores.

Los productos lácteos subieron 1,6% en el mes por las compras anticipadas desde China antes del año Nuevo y una menor oferta exportable desde Nueva Zelandia por la estacionalidad. La carne, de acuerdo al índice de la FAO, aumentó 1% su precio en el mes por una enérgica demanda de carne de ave, en particular desde Brasil en medio de cortes de producción en Europa por la influenza aviar.

Otro índice de la FAO es el de arroz, que monitorea mercados asiáticos en particular, que son los grandes productores. El All Rice Price Index promedió 114,3 puntos en enero, superior en 2,6% a diciembre y 10,6% en la comparación interanual, ante problemas de producción en Tailandia y Vietnam.

¿Y en Chile?

La situación en Chile ha seguido el mismo derrotero, pero con algunas particularidades. Ya en 2020 el IPC de alimentos escaló 8,1%, empujando el índice general, lo que continuó en enero. El IPC del primer mes del año reveló que el índice alimentos subió 1,2% frente a diciembre, y en 12 meses un 7,8%. No menor si este grupo representa algo más del 17% del presupuesto del hogar.

La categoría hortalizas, legumbres y tubérculos aumentaron 5,2% sus precios, mientras que las frutas un 2,6%. En particular, el limón fue el que más subió, con un alza mensual de 54,3% y de 16,1% en 12 meses, de acuerdo a los datos recogidos por el INE.

En febrero la situación parece continuar para algunos productos, aunque no es algo generalizado. De acuerdo a los datos de Odepa, para precios mayoristas en la Feria de Lo Valledor, el precio del limón subió 25% entre el 25 de enero y el 12 de febrero. La lechuga (tipo conconina) se elevó 5,4% en el mismo punto pero entre el 29 de enero y el 12 de este mes. La cebolla, en tanto, ha subido en ese lapso un 4,8%. Las paltas, en cambio, han retrocedido en su valor un 7,2%.

La misma fuente de información arroja que los huevos, tanto de color como blancos, han escalado hasta 18% en lo que va de febrero en ferias libres y supermercados.

Traspaso a inflación

Algo de esas perspectivas alcistas son compartidas por los expertos. Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, prevé que los precios continuarán presionados al alza como consecuencia, entre otras cosas, de mayor demanda y menos oferta.

En este sentido, ejemplifica lo siguiente: “El índice CRB que contiene 19 commodities que incluye energía, alimentos y metales ha subido 7,4% en los últimos 30 días y 12,9% en los últimos 12 meses”. Este fenómeno traerá consigo mayor inflación en el mundo y Chile no será la excepción, sostiene.

Complementando el análisis, el economista de Bci Estudios, Felipe Saldivia, dice que, bajo este escenario mundial, también se ha advertido presiones inflacionarias en Chile desde hace algunos meses, las que perdurarían, al menos, por el primer semestre. Esto, como consecuencia de una menor producción sumado a incrementos en costos de transporte, debido, entre otros factores, al alza en el precio del petróleo.

Sobre casos concretos, él sostiene que los precios de frutas y verduras -que se han visto presionados al alza, tanto por factores locales que han afectado la producción como un contexto de mayores precios globales- continuarán con esa tendencia durante la mayor parte del año, para luego ir normalizándose hacia fines de 2021. Misma situación se replicaría con la carne de vacuno cuyo incremento en precios estaría explicado por mayores costos de transporte y de algunos insumos.

Con todo, proyecta que los precios de alimentos serán una fuente inflacionaria de cara al 2021, manteniendo la tendencia que se observó durante la segunda mitad de 2020. Anticipando ya lo que sería el cierre del año, el economista Roberto Darrigrandi, sostiene que es plausible pensar que la inflación cierre entre un 3% y 3,5%, justificada por la división de alimentos. De hecho, concuerda con que “podríamos estar frente una creciente tendencia instalada en el último tiempo”.

Sube el pan

Con los productos básicos subiendo de precios, los efectos en cadena o de segunda vuelta no se hacen esperar.

En Chile, por ejemplo, datos de Odepa muestran que la hallulla especial en Chile ha subido 9,34% en panadería en lo que va de febrero (de la semana del 25-28 de enero frente a la semana del 8-11 de febrero) y 1,9% en supermercados.

Para José Carreño, expresidente de Indupan, el precio del pan va a experimentar un alza entre leve y moderada durante el mes de marzo, pero no descarta que la situación pueda extenderse más.

La razón de su proyección tiene que ver con que la producción nacional de trigo no supera el 30%, por lo que hace a Chile dependiente de lo que pase en los mercados internacionales y, por supuesto, al tipo de cambio. A esto, hay que sumar que aluviones afectaron la calidad de la materia prima, agrega.

“Esto nos hace más vulnerables frente a la situación externa, y si el virus empeora en los mercados internacionales es posible ver un escenario similar al de año pasado cuando no se pudo desembarcar mucho de lo importado”, sostiene.

El precio del trigo y los cereales en general no es un hecho que solo preocupe a los panaderos. La industria ganadera a nivel mundial también está atenta a la situación. De hecho, los productores de ganado en Estados Unidos están viendo subir el precio del maíz y soja hasta el máximo en 7 años, lo que ha implicado un alza de 30% en los costos de alimentación. Así, los grandes productores anticipan incremento de precios de venta en los próximos meses, según dijeron varias compañías a Bloomberg.

En todo caso, en Chile la Asociación Chilena de Importadores y Comercializadores de Carnes y Productos del Mar no ve que esta situación pueda replicarse con tanta intensidad, como en Estados Unidos u otros mercados. Francisco Cox, su gerente general, sostiene que “al margen de las alzas puntuales porque el ganado vacuno de afuera subió, ya en febrero vemos que esto se revierte, porque la oferta externa reacciona rápido y, por consiguiente, ayuda a regular los precios internos cuando sufre fuertes variaciones”.