El IPC de enero sorprendió al alza al mercado al anotar un incremento de 0,7%, mientras el consenso de los expertos apuntaba a una cifra cercana a 0,5%. Con esto, la inflación del primer trimestre podría ser la más alta desde 2003.
El dato del IPC, informado ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), fue impulsado principalmente por la división Alimentos, la cual subió en el mes 1,2%, con lo que acumula en 12 meses un incremento de 7,8%, es decir, más del doble que el IPC general (3,1%). Estas son malas noticias particularmente para el segmento de menores recursos de Chile.
Según la construcción del IPC del INE, la división Alimentos y bebidas no alcohólicas tiene una ponderación de 19,3% en la canasta de consumo de los chilenos. Sin embargo, en el primer quintil -el 20% de la población de ingresos más bajos- la importancia de esta división llega a 28,9%, según la última Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF). Eso hace que los cambios en los precios de los alimentos tengan un impacto más relevante en este grupo de personas.
De esta forma, la inflación para el primer quintil -calculada por Pulso en base a la EPF- llegó en enero a 3,6% en 12 meses, cinco décimas porcentuales por sobre el IPC general, la brecha más alta desde que comenzó la actual serie, en enero de 2019, y comparable con el dato de septiembre y octubre de 2020, cuando también marcó una diferencia de 0,5 pp. En tanto, la diferencia entre el primer quintil y el quinto quintil (el 20% de la población de mayores ingresos) llegó a 0,86 pp, su brecha más alta desde octubre pasado.
Los precios de los alimentos se habían mantenido estables e incluso en algunos meses por debajo de la inflación total hasta octubre de 2019 (cuando estaba en 2,7% en12 meses). Desde entonces se ha registrado una fuerte alza en esta división, la que se acrecentó a partir de febrero de 2020.
El dato de enero de este año es la segunda alza consecutiva y estaría siendo impulsado esta vez por la sequía a nivel local, lo que ha impactado en la producción y en los precios, y donde no ha primado la estacionalidad de verano, donde generalmente se ven bajas en valores de frutas y verduras de estación.
En segundo lugar, se encuentra el alza de los precios internacionales de alimentos medido por la FAO, donde se han visto alzas en todos los subindicadores que componen ese índice, destacando carnes y cereales.
De acuerdo al INE, esta división anotó aumentos mensuales en ocho de sus once clases. La más importante fue hortalizas, legumbres y tubérculos (5,2%) que incidió 0,142 pp., mientras que frutas (2,6%) contribuyó con 0,031 pp. De los 76 productos que componen la división, 47 presentaron alzas en sus precios, siendo el más relevante limón (54,3%), con una incidencia de 0,056 pp., seguido de papa (9,0%), con 0,032 pp. Los restantes productos con incidencias positivas acumularon 0,251 pp.