La palabra “racionamiento” es impopular en cualquier parte del mundo, pero si se le agrega el sustantivo “agua”, inmediatamente se encienden las alertas. Con cerca de 12 años de megasequía en una buena parte de Chile, ya se ha instalado la posibilidad de que existan cortes de suministro para 2022. Y con ese fantasma rondando, la próxima semana se celebra el Día Mundial del Agua.
“Hay que tener en cuenta que esta crisis hídrica se inició hace más de una década y durante ese periodo, los servicios sanitarios se han mantenido bastante estables. Tuvimos una situación crítica hace unos años en la Región de Valparaíso, pero en general no hemos tenido ningún episodio de racionamiento o restricciones por falta de agua”, comenta Jessica López, presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios A.G. (Andess) Esta entidad reúne a 22 compañías que tienen cerca de 16 millones de clientes, mayoritariamente a nivel urbano.
Pero la crisis hídrica es cada vez peor
- Estos tres últimos años han sido pésimos en términos de precipitaciones y se aceleró el cambio climático. Nosotros trabajamos con proyecciones de todo tipo: precipitaciones, nivel de glaciales, temperatura, etc. Sin embargo, esta es una situación bien inédita. Estamos aprendiendo todo.
O sea, pensando en este año, ¿Las proyecciones quedaron cortas?
- No, pero el cambio climático ha sido más fuerte. Todos los años hemos estado con esto de que si hay racionamiento o no. Y en realidad, lo que se echa de menos es una estrategia país que de ciertas certezas y enfrente el problema con todos los actores involucrados. Pero estamos todos arrogándonoslas por nuestra cuenta. Las sanitarias resuelven lo que pueden en las regiones que operan. Por otro lado, también lo hacen las mineras, o la industria agrícola. Ahí es donde echo de menos un liderazgo mayor del Estado. Una estrategia nacional orientada a lo que es la realidad de cada cuenca (hidrográfica).
Entonces ¿Hay una deuda histórica del Estado al respecto?
- Tenemos estudios de que la gobernanza del agua en Chile requiere ser fortalecida. Eso se dijo ya hace una década. Por ejemplo, no hemos enfrentado bien lo que tiene que ver con la información del agua superficial y subterránea disponible. O la fiscalización que se hace sobre las extracciones. ¡Claro que falta acción pública del Estado!
Pero ¿Cree que habrá racionamiento de agua este año?
- Esperamos que no sea necesario restringir el servicio; hemos trabajado arduamente para combatir la sequía, tenemos reservas en los embalses, pero será determinante el comportamiento de las lluvias en los próximos meses. Por ello, llamamos nuevamente al consumo responsable siendo conscientes de la emergencia hídrica, restringiendo el riego (en cantidad y horario), y los usos no indispensables.
¿Ve en el consumidor una conciencia real sobre el problema que enfrentamos?
- Creo que falta mucha conciencia por parte de las personas sobre el valor del agua y sobre la situación que vive Chile en términos de la disponibilidad y crisis hídrica.
¿Por qué?
- Porque la gente no ha vivido la experiencia de una restricción. Entonces si nunca se ha vivido el racionamiento - como sí ha pasado en otras ciudades del mundo- es difícil que las personas tomen conciencia. En Chile, la gestión de la industria sanitaria ha sido muy buena, entonces nadie se ha dado cuenta de la criticidad el tema. Somos ciegos ante el consumo del agua o la electricidad, porque nos sabemos cuánto estamos consumiendo. Si yo tuviera un medidor digital del consumo de agua en mi casa, podría saber automáticamente si tengo una fuga en las noches o cuanto estoy consumiendo diariamente.
¿Es muy caro implementar esa tecnología en las sanitarias?
- Algunas sanitarias chicas lo han hecho y tienen a todos sus clientes con medidores digitales. Pero, sí, probablemente es caro, pero al final, estamos hablando de infraestructura.
¿Cree que se debería cambiar alguna normativa o legislación de forma urgente para enfrentar la crisis hídrica?
- Es clave es la gobernanza a través de los territorios. Es imposible a nivel central de resolver la gestión de cada cuenca, ya que en cada una de ellas tienen que confluir todos los actores (productivos, sociales, políticos, etc.) y tener claro lo que hay y hacia dónde quieres ir. Por otro lado, no podemos seguir desaprovechando las aguas recuperadas .Necesitamos que exista una regulación para que puedan ser utilizadas en otras cosas. Hoy, la normativa para la recuperación de agua está orientada básicamente a que no contamine los cauces. ¡Pero esa agua está ahí! Y me parece increíble no poder tomarla o reincorporarla.
Pero lo urgente es resolver la institucionalidad nacional. Hay una iniciativa en la Convención Constitucional y otro proyecto de ley ingresado al Congreso por el Ministerio de Obras Públicas al respecto.
La Convención Constitucional ha hablado de la nacionalización o estatización del sector sanitario ¿Qué opinión le merece ese camino, si es que se llega a concretar?
- Yo estoy totalmente en desacuerdo con eso. Como industria creemos que son iniciativas que no se hacen cargo del problema real de Chile. El modelo en el que las sanitarias operan, existe hace 20 años y funciona esencialmente con un Estado regulador y fiscalizador, las empresas como operadoras y las personas, que reciben este servicio y evalúan si estamos bien o mal. Además, son las que pagan la cuenta y permiten financiar este sistema. Si existen reparos o cosas que mejorar la industria sanitaria urbana, está bien. Pero no cambiemos algo que está funcionando bien. Además, sería un gran costo para el Estado estatizar estas empresas y hacer todas las inversiones para enfrentar el cambio climático en las próximas décadas. Los servicios sanitarios chilenos son los mejores de Sudamérica e incluso, que de Latinoamérica.