Aunque destacó los enormes progresos conseguidos en materia de empleos, ingresos y gastos en Estados Unidos durante mayo y junio, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, reconoció que desde entonces “el ritmo de mejora económica se ha moderado”.

En su discurso en la reunión anual de la Asociación Nacional de Economía Empresarial, la autoridad monetaria planteó que “existe el riesgo de que las rápidas ganancias iniciales de la reapertura puedan pasar a un trabajo más prolongado de lo esperado para regresar a una recuperación completa, ya que algunos segmentos luchan con las consecuencias continuas de la pandemia”.

Es en ese marco que Powell decidió presionar por más estímulo fiscal, ayuda que se ha entrampado en las negociaciones en el Congreso, las cuales están lejos de llegar a buen puerto, más aún luego de que Donald Trump llamara a que se detuvieran hasta después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

La tardanza de la ayuda fiscal contrasta con el soporte monetario que se ha esforzado por asegurar la Fed, mediante el reciente cambio en su enfoque con el objetivo, se buscará una inflación algo por encima del 2%. Al respecto, Powell reiteró que “espera mantener una política acomodaticia hasta que se logren estos resultados”.