El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, expuso este miércoles en el Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT en Ginebra donde participa junto a la ministra del Trabajo Jeannette Jara y el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), David Acuña.
En su presentación destacó los desafíos que tiene el país en materia de empleo y formalidad laboral resaltando que “aún no hemos logrado recuperar la totalidad de los trabajos que se perdieron durante la pandemia del Covid-19, y porque seguimos combatiendo una informalidad superior al 28%, que afecta en mayor proporción a las mujeres, los jóvenes y los migrantes”.
A su vez, puntualizó que la productividad laboral lleva muchos años estancada en el país, lo que resta competitividad a las empresas. “En un mundo inmerso en la transformación digital y el uso cada día más masivo de la inteligencia artificial, es fundamental mejorar las competencias laborales de las personas, quienes, para gozar de empleabilidad, deben, al igual que las empresas, reconvertirse con urgencia, conforme los nuevos requerimientos de los tiempos que vivimos”.
Ante estos complejos desafíos, el líder del gran empresariado dijo que para él la agenda laboral del Ministerio del Trabajo “debiera enfocarse en ellos, aunando los intereses de todos los actores tripartitos, de manera de avanzar en soluciones que mejoren la calidad de vida y oportunidades de las personas”.
Y enfatizó que de contrario, “trabajar en una agenda laboral que puede ser objeto de uso político dividiendo los intereses de las partes, solo postergaría el logro de los temas pendientes que urge abordar y que son clave para que el país logre dar un salto en la creación de nuevos empleos formales y de calidad”.
Respecto a la reducción de la jornada laboral, Mewes indicó que “consideramos fundamental que la Dirección del Trabajo acoja la reconsideración que hemos planteado los distintos sectores productivos. Se trata de una ley que fue producto de un acuerdo fruto del diálogo social, que debe implementarse conforme al espíritu que estuvo presente en su aprobación”.
Respecto a la ley Karin y el Convenio 190 de la OIT, planteó que “es necesario que las autoridades, junto con las mutuales y el Instituto de Seguridad Laboral generen marcos mínimos que sean de conocimiento de trabajadores y empleadores, que promuevan la prevención y sean posibles de implementar y monitorear. Se trata de normas que impulsen un positivo cambio cultural, pero sobre las cuales se debe avanzar de manera gradual y por etapas”.
Y apuntó que la nueva Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, “es muy importante que ésta ayude a seguir mejorando el trabajo que como país hemos logrado en el tiempo, con una reducción gradual y persistente de los accidentes del trabajo, abordando también en mejor medida las nuevas patologías que han surgido producto de las modernas formas de empleo, pero siempre siendo muy cuidadosos en resguardar una nítida separación entre las situaciones de origen laboral de aquellas propias de la salud común”.
Por último dijo que como CPC, “estamos y estaremos siempre abiertos al diálogo social, totalmente disponibles para encontrar maneras consensuadas de generar avances que mejoren la calidad de vida de los trabajadores, la productividad y la competitividad de las empresas, y el bienestar de la sociedad”.