Preocupado está el Presidente del Senado, Carlos Montes (PS) porque considera que no se está abordando el problema estructural de crecimiento que enfrenta Chile, y la agenda se ha centrado en unas pocas materias que aún no se han materializado como la regresión de las reformas. Por ello plantea la necesidad de generar un diálogo más institucional con el sector privado: "Estoy por propiciar un dialogo entre el Senado y los empresarios por una agenda real de crecimiento porque hasta el momento no ha hecho nada por estimular el crecimiento y la economía se está moviendo con el vuelito que viene desde afuera".
¿Y no ve ningún factor interno en la mejora evidente de los indicadores de inversión y crecimiento?
-El vuelo viene fuerte, producto del comercio mundial, del aumento del cobre, de China, porque después de todo este tiempo aún no se ven cuáles son las medidas que quiere impulsar el gobierno para estimular el crecimiento, la creación de empleo e inversiones. Nuestra conclusión es que ellos creyeron que con el vuelito más la llegada del Presidente y la derecha al gobierno todo iba a subir, creían que todo se podía reducir a expectativas.
Pero las expectativas también han sido relevantes…
-Acá en concesiones se dijo que en 5 meses íbamos a tener US$2.000 millones anuales en proyectos, y este año no habrá ese monto a pesar de que heredó una cartera bastante avanzada. O sea ese objetivo ya no se va a cumplir en 2018. En definitiva estamos viendo sólo arrastre. Se le echó toda la culpa del menor crecimiento a la Reforma Tributaria (RT), y eso es simplista porque su mayor aplicación no estuvo en los años anteriores y en éste hay mejores indicadores con la misma RT.
No obstante el gobierno está preparando su proyecto para este mes.
-Hasta ahora todas las señales que tenemos es que desean volver al sistema integrado como teníamos en 2014 y que cambiamos porque no respondía a las necesidades del país: no recaudaba bien, no era progresivo, la manera en que se aplicaba dejaba espacios grandes para la evasión y elusión.
¿Y cómo está el ánimo para ese debate?
-Nosotros hemos dicho que no vemos espacio político para avanzar en la reintegración, parlamentarios de toda la oposición han dicho eso. En el último seminario que organizamos quedó claro que la reintegración beneficiaba a mil empresas, y que la integración no afectaba la inversión y eso lo planteó incluso Rodrigo Vergara (CEP, ex presidente del Banco Central). También se nos ha dicho que quieren eliminar la norma antielusión, y en eso hay que tener bastante cuidado porque ha quedado claro que esta norma ante todo es disuasiva a la hora de la planificación tributaria. Lo que nosotros vemos es que si el gobierno desea introducirse en una reforma estructural, más de fondo en materia tributaria, pónganle el nombre que le pongan, van a gastar mucho capital político y podrían no tener éxito.
¿Es decir que puede no ser ley?
-Hay que ver cómo lo plantean, pero en la medida que vaya quedando claro que esto beneficia a muy pocas empresas que representan una parte importante del Producto, hay que introducir un concepto de equidad al compensar la menor recaudación por la integración del sistema.
¿Qué le parece el anuncio de impuesto a las tecnológicas como Uber, Spotify?
-Todo lo que se refiere a los impuestos de nuevas tecnologías representan una cantidad no muy alta y es gente que ya está pagando otros impuestos y no tienen nada que ver con los más favorecidos con la reintegración. Cualquier intento de reemplazar una recaudación por otra debe considerar a quien le está cargando eso, lo razonable sería que esos mismos mil tuvieran que reemplazar la menor recaudación por el efecto de reintegrar.
¿Entonces no hay piso?
-No veo que haya espacio para esas tres cosas: neutralizar la norma antielusión, reintegrar ni bajar la tasa. He oído que están por reponer FUT, good will u otros forados que se cerraron con la reforma, estamos muy pendientes de ello. El problema es que como no tiene otras políticas de crecimiento, el gobierno se ha centrado mucho en este proyecto.
¿Cree que el ministro de Hacienda quemará sus naves en la RT?
-Lo que puedo decir es que el ministro ha protagonizado una serie de episodios que lo han debilitado y lo estamos viendo ahora con el salario mínimo. Cuando a un país se le dice que vienen los tiempos mejores, pero ni el empleo se mueve, ni el salario se mueve, genera problema de expectativas y su propuesta no guarda ninguna relación con la expectativa que ellos mismos generaron. El tiene un problema de capital político, de capacidad para influir.
Usted habla de un acuerdo con los empresarios, pero los mismo que nombró han dicho que lo más importante para la inversión es precisamente hacer esos cambios tributarios, ¿de dónde parte una conversación?
-Hay que ver otras cosas, preguntarse al menos si los US$11.000 millones anuales de franquicias juegan un papel hoy o podrían orientarse a otros sectores nuevos para diversificar la economía como incentivo a la inversión; ¿o fue muy izquierdista lo que hizo Buchi en los 80 cuando creó el subsidio forestal?, si el Estado puede incentivar sectores productivos. Hay personas como Bernardo Larraín, Alfonso Swett, Claudio Muñoz, empresarios de otras características para a conversar una propuesta, hay condiciones para abrir un diálogo, porque si no Chile se va quedar pegado. Al final de cuentas este gobierno generó una expectativa superior que no se está cumpliendo, y hay insatisfacción de su propia gente.