El sector de la construcción es uno de los mayores empleadores del país. En ese rol, desde que comenzaron las masivas manifestaciones en el país, se le solicitó a los socios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) mayor presencia en las obras, diálogo para escuchar las demandas sociales de sus trabajadores y darles a estos flexibilidad para la llegada a sus puestos de trabajo.

"Nos hemos llevado una sorpresa del nivel de compromiso y responsabilidad que tienen los trabajadores de la construcción. El día miércoles en prácticamente todas las obras de Chile teníamos asistencia a nivel de tasas normales, con mucha flexibilidad para los horarios de llegada. Hemos estado trabajando mucho con ellos, para apoyarlos y facilitar un poco este proceso", dice Patricio Donoso, presidente de la CChC.

En estos acercamientos, señala, han identificado temas relevantes para sus trabajadores como la salud, la preocupación por las pensiones y el nivel de endeudamiento, y también el acceso a optar por una vivienda.

¿Cómo han visto este estallido social?

-Hemos tenido distintas impresiones, porque se han mezclado distintas cosas. En un inicio, con actividades orientadas a ocasionar daño a las líneas del Metro y centros de abastecimientos y hacia el final de la semana pasada con una manifestación pacífica orientada a manifestar descontento social. Lo importante es tratar de entenderla, explicarla en profundidad, para tomar las medidas correctas. En nuestro sector, desde el primer día estuvimos muy preocupados por el estado de nuestros trabajadores de la construcción. Hemos estado trabajando mucho con ellos, para apoyarlos y facilitar un poco este proceso.

Si bien hemos tenido una asistencia normal desde mediados de la semana pasada, sin duda, no han sido días muy productivos, con un rendimiento bajo el 50% de un avance normal, y eso también tiene un impacto en muchos salarios de nuestros trabajadores que tienen una relación de ingresos en función del avance de sus obras. Por eso, hacemos un llamado a que no mezclemos las manifestaciones pacíficas que son absolutamente válidas dentro de un Estado democrático, con todos estos actos de violencia.

Como parte del empresariado chileno ¿asumen alguna responsabilidad ante este descontento social?

-La profundidad que tiene esta manifestación y descontento social sin duda nos convoca a todos los actores del país, no hay un sector en particular, por más que uno haya tenido la intención de hacer cosas. En nuestro gremio tenemos programas sociales con mucha inversión de recursos en pos de apoyar el desarrollo de los trabajadores de la construcción, pero sin duda eso no fue suficiente y nos llama a reflexionar sobre qué más se pudo haber hecho o qué mejor podemos hacer. También esa reflexión la están haciendo las empresas y la estamos haciendo todos los chilenos, este es un desafío más que un problema que convoca a todos poder encontrar la solución.

¿Cuál es su mayor temor regulatorio? ¿Qué cosas ven como mayor amenaza actualmente?

-Más que temor, porque no es el tiempo para eso, nuestra mayor preocupación es tratar de apoyar el desempeño de nuestros trabajadores que tienen toda la intención de asistir a las obras y con ellos buscar las soluciones a estas demandas que se han planteado.

Desde el primer día le hemos pedido a todos nuestros socios que tengan mucha presencia en obras, que conversen con sus trabajadores y que además de hacer toda la contención y apoyo para su desenvolvimiento, entender que hay detrás de estas demandas sociales para poder dar una solución.

¿Qué ha resultado de ese diálogo con los trabajadores?

-Hasta el momento hemos detectado que hay ciertas áreas de interés para nuestros trabajadores; el nivel de endeudamiento, el acceso a un servicio de salud que realmente dé respuestas, la preocupación por las pensiones, y también en el acceso a poder optar por una vivienda. Ahora, las propuestas de solución para esos temas es un ejercicio que tenemos que construir en conjunto, las empresas con todos los aportes que pueden hacer, la Cámara con el ajuste que le puede hacer a todos sus programas sociales y también los trabajadores para priorizar los temas.

¿Cuál es su postura ante la propuesta de Andrónico Luksic de aumentar a $500 mil los sueldos mínimos en sus empresas? ¿Se puede hacer algo parecido en la construcción?

-Sin duda puede ser alguna de las medidas que se tengan que revisar. Pero lo importante es respetar la realidad de cada uno de los sectores y de cada una de las empresas. En el sector de la construcción hay distintos tipos de empresas que tienen distintas realidades. En promedio, los salarios de nuestra industria, es de alrededor de $544 mil líquidos, pero eso habla de un promedio. Por supuesto las que están sobre el índice alto tal vez no tienen tanto el desafío de aumentar los salarios como las que están en niveles más bajos, pero también esa es una realidad del sector de la industria de la construcción, por lo tanto, no es solo dictaminar una medida, porque que también eso tiene consecuencias. Ahora, es un tema que sin duda hay que revisar y que como sociedad también tenemos que hacernos cargo.

¿Y en ILC? ¿Se ha hablado en el directorio?

-Tanto en ILC como en nuestras instituciones sociales hemos establecido el enfoque de qué es lo que tenemos que hacer para aportar más al desarrollo de esta demanda social, y no solo viéndolo desde una medida puntual sino desde lo integral de la acción de cada una de las instituciones. Por lo tanto, es un problema que nos preocupa a nivel organizacional.

¿Cuál es su opinión ahora sobre el proyecto 40 horas?

-Lo que hemos rescatado tanto en las conversaciones con los trabajadores de la construcción como con las organizaciones sindicales, es que su mayor preocupación es poder optar a más recursos para poder optar a una mejor calidad de vida, poder hacerse cargo de sus compromisos de endeudamiento, acceder a más servicios, etc. Por lo tanto, creemos que las medidas en el ámbito laboral tienen que enfocarse hacia esa dirección. Esa es la lectura que nosotros hacemos de lo que nos están pidiendo los trabajadores.

¿Qué visión tiene respecto de la reintegración tributaria?

-Sin duda el escenario cambió y es natural volver a revisar las prioridades que tiene el país para afrontar las necesidades que se han planteado. El propio gobierno ha decidido priorizar y enfocarse a dar soluciones a frentes internos versus realizar eventos como la APEC y la COP25. Por lo tanto, es válido revisar las prioridades de las normativas que el gobierno estaba impulsando en el parlamento.

Ahora, lo importante es que ojalá esa normativa se priorice en función de las necesidades que han planteado esta gran masa de chilenos, y en sentido, lo tributario ojalá se vea con altura de mira y con una respuesta que apunte hacia el crecimiento, la inversión y la generación de empleo, que es lo que necesitamos como herramienta para poder resolver los desafíos que tenemos.

¿Y sobre el impuesto a los más ricos?

-Puede ser una de las medidas dentro de un grupo de medidas. No hay temas que estén vetados, pero esta discusión no se puede hacer con medidas aisladas sino con distintas medidas capaces de resolver los desafíos de no solamente generar los ingresos para poder dar respuestas a esta demanda, sino que también en el tiempo se sostenga la creación de empleos que se necesitan para sostener estas soluciones en el tiempo.

¿Qué rol creen que debe jugar entidades como BancoEstado? ¿Apoyarían por ejemplo, que en un escenario de bajas tasas los refinanciamientos de créditos hipotecarios sean automáticos?

-Ahí hay una gran oportunidad. BancoEstado es uno de los oferentes de financiamiento que más impacto tiene en segmentos medios y por lo tanto tiene un rol importante, en los últimos 6 años BancoEstado ha realizado más de 200 mil operaciones. Y nosotros calculamos que en promedio un dividendo de $150 mil con una renegociación podría bajar del orden de los $25 mil, que es algo que no deja de ser menor. Por lo tanto, hay medidas que un actor importante para este segmento puede tomar y está en sus manos realizarla.