Mañana, a las 15 horas, se retoma la mesa técnica de Hacienda y la oposición sobre el proyecto de Modernización Tributaria. Ad portas de ese debate y de la reanudación de la tramitación, el presidente de la DC, el diputado Fuad Chahín, raya la cancha sobre el proyecto.
¿En qué pie se encuentra la DC para retomar el debate por la reforma tributaria?
-Hemos analizado este proyecto desde la lógica de principios fundamentales: que no se debilite el rol fiscalizador del SII; que tengamos la capacidad de recaudar para financiar el gasto social y la inversión pública; y tener un sistema tributario progresivo, pero también que tenga impacto en el crecimiento económico. Si queremos que el país progrese, tenemos que crecer más y en todos esos aspectos la reforma tributaria del gobierno reprueba.
¿Por qué?
-Recauda menos, es regresiva y tiene un impacto menor en el crecimiento económico. Queremos una reforma que permita recuperar niveles de crecimiento sobre el 5%, que el país salga de la mediocridad. Lo que estoy señalando es la visión crítica de la Democracia Cristiana: estamos disponibles para una reforma tributaria, pero hoy no está orientada en el sentido correcto. Hay que cambiar el eje la discusión: cómo hacemos que el país crezca más, para que recaude más, para que los impuestos efectivamente se paguen y tengamos un sistema justo y progresivo.
¿Cómo se logra eso con un proyecto en discusión: se le pide al gobierno que lo deje en suspenso, se rechaza la idea de legislar, se piden medidas compensatorias?
-El gobierno tiene que recapacitar sobre los efectos que genera reintegrar el sistema. Compensar la reintegración nos parece muy difícil de resolver.
El documento técnico de la DC propuso un nuevo tramo de impuesto a las rentas más altas...
-No somos partidarios de que la menor recaudación por la reintegración se pague con el aumento del impuesto a las personas. Lo que proponemos es que se analicen instrumentos más directos y potentes para fortalecer la inversión, permanentes, no transitorios. Esa es la conversación que el gobierno tiene que abrirse a dar y no que por casarse con la integración desaprovechemos la oportunidad de legislar una reforma tributaria que permita aumentar nuestra capacidad de crecer.
¿De qué tipo de medidas estamos hablando?
-Por ejemplo, medidas más audaces como la depreciación instantánea permanente, bajar la tasa de impuesto a la pymes y aumentarlo a las megaempresas, con un impuesto de primera categoría diferenciado, por ejemplo, para grupos económicos. Estamos dispuestos a discutir las alternativas.
¿Y si el gobierno no cede en la integración, pero sí ofrece compensar por otras vías, no es suficiente?
-No, no es suficiente. El problema que genera la integración es que no se condice con el muy modesto impacto que genera en el crecimiento. Esta reforma como está no es procrecimiento, no es proinversión, es proevasión y favorece el retiro, no la reinversión. El gobierno debe ser capaz de ceder en una reforma tributaria sin integración.
Esta postura, ¿no le quita el piso a las negociaciones de la mesa técnica con Hacienda que se retoman mañana?
-Tenemos a nuestro representante en esa instancia técnica, pero al final las decisiones políticas las tomamos los dirigentes políticos. La instancia técnica nos permite conocer cómo el gobierno llega a los números del informe financiero.
No puede ser que en la boleta electrónica el gobierno diga que tendrá un impacto de US$1.000 millones y los técnicos de la oposición digan que va a ser de US$200 millones, o el impacto en recaudación de los gastos aceptados no aparezca en el informe financiero. Esos son insumos para la decisión política que toman nuestros parlamentarios en diálogo con las dirigencias políticas.
Si el gobierno insiste con la integración, ¿la DC rechazará la idea de legislar?
-No puedo adelantar la posición, porque es una decisión de los parlamentarios, pero se hace muy difícil aprobar la idea de legislar.