A un año de haber asumido la presidencia de la Sofofa en medio de una elección que no estuvo exenta de polémica y en la que fue elegido sin competencia tras la bajada de Rodrigo Álvarez, Bernardo Larraín Matte asegura que ha sido "un muy buen año".

Es más, cuenta que está tan "motivado y entusiasmado" con el desafío, que le está dedicando más tiempo que el que inicialmente anticipó. Eso sí, cuenta que pese a que dejó la presidencia de Colbún, no ha renunciado a los directorios, porque para él es esencial que un dirigente gremial tenga un pie bien puesto en el mundo empresarial.

Está lleno de ideas y de a poco las ha ido materializando. En el camino se ha encontrado con algunas voces disidentes que comentan que existe la sensación de que ahora sí se avanza en el camino correcto de la mano del nuevo equipo y que se está "desconociendo" todo lo que se hizo antes. Sin embargo, Larraín asegura que más allá de las diferencias que se pueden dar, al final la Sofofa tiene solo "un alma".

Al desembarco con equipo ejecutivo propio, el desarrollo de un plan estratégico y cambios en temas tradicionales como fin de la Cena de la Industria para dar paso a un desayuno con un foco social, se sumará este año la renovación de los dos pisos que el gremio ocupa en el Edificio de la Industria. Su idea es utilizar mejor los m2 y adaptarse a lo que son las oficinas modernas con espacios compartidos y áreas comunes.

"Eso nos va a liberar espacio. Y ese espacio nos va a permitir agregar más valor para nuestros socios. La idea que tenemos es hacer una especie de hub, el "Sofofa Hub". Que sea un lugar físico de conexión entre nuestros socios con el mundo de la innovación y el emprendimiento", cuenta respecto de los trabajos que comenzarán este año y que actualmente están en proceso de diseño.

El cambio de mano dicen que se nota en la Sofofa. ¿Cómo definiría el estilo que le ha querido imprimir al gremio en este año?

- Hay un esfuerzo de posicionarse de una forma distinta. En el ámbito de las políticas públicas, con una agenda muy propositiva. Así, por ejemplo, a pocas semanas de asumir, propusimos la agenda "+Simple=Mejor" de simplificación regulatoria y que luego la transformamos en una agenda de modernización de Estado. Lo hemos hecho sin complejos, reconociendo nuestros intereses y explicando cómo están alineados con el interés general. Asumiendo las críticas, pero también reivindicando nuestro rol en el debate nacional.

Tal como lo dije en mayo pasado al asumir, los empresarios tenemos que entrar a la cancha del debate público a competir con los otros actores que legítimamente participan de ese espacio y posicionarse como un actor más. No estamos en un pedestal. Hay que hacerlo con mucha disposición al escrutinio público, conversando permanentemente con distintos actores y visibilizando nuestras posturas frente a la opinión pública y no solo frente al gobierno.

Eso es lo que hemos hecho en los últimos 12 meses y creo que está empezando a mostrar resultados.

La elección del año pasado fue polémica, porque dio cuenta de la existencia de dos almas dentro de la Sofofa. ¿Cuál es su relación hoy con esa disidencia?

-Fui proclamado presidente por consenso. Hubo un proceso electoral con dos candidatos y competencia. Eso fue muy positivo, porque me permitió ir a todas las regiones de Chile, visitar a todos los sectores que están representados en Sofofa. No solo tenemos 170 empresas que son socias directas, sino que hay más de 70 gremios, de los cuales 22 son regionales y más de 40 son sectoriales.

Hoy creo que esas dos almas se transformaron en una. Qué mejor ejemplo que el que lideró la otra postura, Rodrigo Álvarez, hoy día integra el comité ejecutivo. Gastón Lewin, vicepresidente en el periodo anterior, integra una mesa de trabajo muy importante, que queremos reactivar, que es la que tenemos con dos federaciones de trabajadores, la UNT y la CAT, para conversar los desafíos del mercado laboral con el cambio tecnológico.

Todos los consejeros estamos en el mismo barco. A veces tenemos diferencias en el cómo lo hacemos, las discutimos en el consejo, lo que es bueno, porque muestra a una Sofofa activa y dinámica.

A nivel ejecutivo, ha materializado varios cambios. La mayoría del grupo que estaba salió. ¿Cómo ha sido su desembarco?

- Formamos un equipo ejecutivo joven, liderado por Aurora Olave como directora ejecutiva, con experiencia más en empresas que en gremios. Ese tránsito ha sido muy positivo para ellos, por cuanto es un rol que combina capacidades ejecutivas con aquellas necesarias para participar del debate público. Esta combinación debe ser parte del ADN de los líderes empresariales del siglo XXI.

Cuando hay cambios de directiva se hacen reestructuraciones. Si un gremio empresarial aspira a representar al mundo empresarial, tiene que actuar como el mundo empresarial.

Tiene que demostrar capacidad de innovación, dinamismo y capacidad de ejecución. Creo que el equipo que hemos formado es portador de esas cualidades.

¿Era algo que faltaba en la Sofofa?

- Creo que había una Sofofa muy centralizada en la figura del presidente. Yo quisiera, como objetivo de largo plazo, que los equipos ejecutivos permanecieran. Que hubiera un mayor empoderamiento hacia los cuadros ejecutivos desde la dirección.

Pero antes sí se mantenían en el tiempo…

- Bueno, Andrés Concha fue muchos años secretario general y yo quisiera volver a esos tiempos, en los que permanecía el equipo ejecutivo y el cambio de presidente era menos dramático.

Otro cambio que realizó fue en la forma de trabajo de los tradicionales comités. Antes había más de 20…

- Hay cuatro comités que corresponden a los pilares estratégicos que definimos. Está el comité de Evolución Empresarial, que es liderado por Carmen Román y Patricio Jottar; el comité de Políticas Públicas, que tenemos que reorganizarlo, porque estaba liderado por Rodrigo Álvarez y Alfonso Swett, que asumió el liderazgo de la CPC; el comité de Socios y Desarrollo Regional, que está liderado por Janet Awad y Javier Álvarez, y el comité Internacional, liderado por Richard von Appen y Juan Eduardo Errázuriz.

Bajo ellos hay distintos grupos de trabajo. Lo que hicimos fue un reseteo. Eso es sano cuando se quieren romper ciertas inercias. No es que los más de 20 comités que había hayan sido innecesarios, sino que partimos de cero y definimos dónde poner los focos. Otra innovación es que los comités ahora tienen menos personas -11 aproximadamente- y están conformados por consejeros de Sofofa en un 80% y también por gente de afuera.

Ad portas de cumplir un año al mando y considerando los cambios, ¿hará una cuenta pública?

- Sí, vamos a hacerla el 20 de junio con todos los socios y con grupos de interés externos. Ese día se hará la tradicional Asamblea de Socios y vamos a sumar una cuenta pública de lo que hicimos el último año y de los desafíos para adelante.

Estamos siendo bien sistemáticos en explicar y visibilizar nuestra estrategia, y la cuenta pública queremos que sea una oportunidad para hacerlo y recibir comentarios y preguntas.

¿Hay algún tema que le falte abordar y sea un desafío para los años que vienen?

- Lo que quiero es que si uno mira los próximos cinco años de la Sofofa, haya una proyección y que el equipo ejecutivo se mantenga más allá del presidente. Y a nivel de los consejeros y socios, que se activen más en el debate público. Es parte del rol que en los tiempos actuales debe asumir todo empresario y ejecutivo.

El próximo año hay nuevamente elecciones. ¿Está pensando en la reelección?

-Estamos pensando en nuestra agenda estratégica.

En la historia siempre un presidente en ejercicio ha sido reelegido por dos años más. Pero más allá de esa decisión, que no la hemos tomado, creo que cuatro años es un periodo razonable para que tenga continuidad un proyecto.

Hay muchos consejeros trabajando y están muy alineados con las ideas que hemos empujado. Cualquiera de ellos podría liderar la continuidad.

¿Le gustaría estar cuatro años?

- Falta un año para tomar esa decisión, pero lo relevante es que el proyecto tenga continuidad. Y para eso no es requisito que yo vaya a la reelección.

Por el cambio de estatutos, el próximo año saldrán consejeros históricos. ¿Qué perfil de profesionales les gustaría sumar?

- El mismo de las personas que ingresaron en la última elección, que fueron 30 consejeros activos en el mundo empresarial. Queremos consejeros que estén conectados con las empresas.

¿Qué pasa con el ingreso de las mujeres?

- Existió una cláusula transitoria con el objetivo de promover el ingreso de mujeres. Se pedía que fueran ejecutivas de primera línea, pero no necesariamente gerentas generales o directoras. Tengo que conversarlo en el consejo, pero nuestro objetivo es reponerla para la próxima elección. Y más importante que lo anterior, es ser proactivos en invitar a mujeres destacadas a postular al consejo.

Semana relevante: "Se activaron agendas"

Asumió la presidencia durante el gobierno de Bachelet y le tocó el cambio de mando. ¿Cómo ha sido hasta ahora su relación con el gobierno del Presidente Piñera?

- Un cambio de sello que le hemos querido imprimir a nuestra gestión pública es intentar que la gestión del gremio sea menos dependiente del gobierno de turno. En particular, queremos poner en la mesa temas que en nuestra opinión son relevantes para subir el umbral del crecimiento potencial, pero que por intereses o dinámicas políticas, muchas veces se postergan o invisibilizan.

La modernización del Estado y la simplificación regulatoria son temas prioritarios. Otro ejemplo: el proceso de descentralización ya iniciado. Queremos aportar para que sea inteligente y gradual, y que genere mayores capacidades institucionales en regiones.

Un gremio se tiene que relacionar con múltiples ministros. Hacienda y Economía son importantes para nosotros. Pero esta semana, por ejemplo, estuvimos con el ministro Chadwick para proponerle la formación de fondos de desarrollo local con aportes vinculados a los proyectos de inversión que se instalen en las comunas, que se descuenten de los impuestos centrales y se gestionen por el municipio, la sociedad civil y la empresa.

¿Cómo ha visto al gobierno en estos meses?

- Esta semana se activaron agendas en temas de crecimiento, inversión y productividad. La creación de la oficina de proyectos sustentables, el mandato a la Comisión Nacional de Productividad para revisar complejidades regulatorias en los sectores estratégicos de la economía y la constitución de un grupo de trabajo para conversar sobre cómo lograr un desarrollo integral en Chile son muy importantes. También lo es la agenda de pago oportuno a las pymes. Respecto de esta última, solo lamentamos que la regulación llegue antes que nuestra propia iniciativa.

Junto con muchos otros actores, creo que humildemente hemos aportado a que estos temas estén en agenda.

¿Qué le ha parecido la gestión del ministro Larraín? En las últimas semanas ha estado enfrascado en varias polémicas por el déficit fiscal, los gastos comprometidos y el viaje a Harvard.

- Hace unos días participé en una conferencia y le pregunté a un ejecutivo senior de McKinsey cómo lográbamos que las empresas chilenas estuvieran conectadas con las innovaciones en el perímetro de sus respectivas industrias, y él me respondió que, entre otras cosas, viajando.

Para un funcionario público se aplica la misma receta. Viajar y conocer soluciones que se están dando en el mundo es muy positivo y hay que explicarlo sin complejos.

Pero el que hoy la preocupación sea si Harvard hizo el reembolso y de cuánto pagó el ministro…

- Encuentro legítimo y necesario que la sociedad que demanda nuevos estándares ponga estos temas en la mesa. No hay que sentir incomodidad alguna con ello.

Más allá de la polémica, ¿cómo calificaría el trabajo del ministro Larraín?

- El ministro Larraín fue un buen ministro en el primer gobierno de Sebastián Piñera y en este segundo mandato también va a ser un gran ministro. No tengo ninguna duda. Como también el ministro Valente, que está desplegando una agenda muy relevante en términos de inversiones y de productividad. Es importante que estos dos ministros sean un tándem que enfrente los desafíos económicos.

Y también es importante que desde el mundo empresarial exista una capilaridad mayor en su relación con el gobierno. Por eso nos hemos juntado también con el ministro del Interior, Desarrollo Social, Trabajo, la ministra de la Mujer, Medio Ambiente, Educación, y estamos pidiendo otras reuniones.

Las ventanillas únicas tanto en el gobierno como en el mundo empresarial no son compatibles con los tiempos modernos. Los temas son hoy mucho más diversos.

¿Cuál es el rol que la Sofofa asumirá en la discusión que viene en términos tributarios?

- Nuestro objetivo es que ojalá esta discusión genere un pacto de largo plazo. Lo que no tiene sentido es que la discusión se reabra cada vez que asuma un nuevo gobierno.

Este pacto tributario transversal tiene el desafío de cumplir con cuatro pilares: recaudación que se debe mantener en torno al 21% del producto; justicia para que por rentas equivalentes se pague lo mismo; simplificación tributaria, porque para los contribuyentes, especialmente las pymes, ha sido muy difícil la complejidad que ha adquirido el código tributario, y competitividad tributaria respecto del resto del mundo. En los últimos años, gran parte de los países de la Ocde ha bajado sus impuestos a las empresas, mientras Chile va en el sentido inverso.

En el tema de simplificación y justicia, creo que tenemos que ser bien ambiciosos y desprejuiciados en revisar exenciones y regímenes especiales. Ojalá hubiera solo un régimen especial que fuera al que accedieran los que están iniciando el camino que son los emprendedores y las pequeñas empresas. Y que el resto tenga un régimen general.

Si pudiera resumir la instalación del gobierno en pocas palabras, ¿cómo lo haría?

-Ha sido romper una inercia de confrontación que traíamos. Creo que el llamado a cinco acuerdos nacionales tiene un impacto simbólico muy relevante. La inercia de confrontación se rompe con la instalación de este gobierno. El desafío es que esa señal inicial se complemente con bajadas concretas y creo que esta semana ha sido especialmente valiosa.