Los jefes de los principales bancos centrales del mundo reafirmaron el miércoles que consideran necesario un mayor endurecimiento de la política monetaria para controlar una inflación obstinadamente alta, pero siguen creyendo que pueden lograrlo sin desencadenar recesiones.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, no descartó nuevas alzas de tasas en reuniones consecutivas de la Fed, mientras que la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, consolidó las expectativas de una novena alza en la zona euro en julio.

Mientras, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, aseguró que haría lo que fuera necesario para reducir el persistente crecimiento de los precios en el Reino Unido, e incluso el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, abrió la puerta a un día abandonar su política monetaria ultralaxa.

”La política monetaria no ha sido lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente”, dijo Powell en una reunión anual de banqueros centrales organizada por el BCE en la ciudad turística portuguesa de Sintra. “Yo no descartaría en absoluto un movimiento en reuniones consecutivas”, afirmó.

Powell afirmó que el mercado laboral estadounidense, en particular, necesita relajarse aún más para aliviar la presión sobre los precios. Si bien reconoció que existe una “probabilidad significativa” de que haya una recesión, afirmó que “no es el caso más probable”.

Jerome Powell no descartó dos alzas de tasas en reuniones consecutivas.

Lagarde dijo que es posible que la economía de la zona euro, en fase de estancamiento, entre en recesión este año, pero subrayó que esa no era el escenario base del BCE.”Aún nos queda mucho camino por recorrer”, dijo sobre la lucha contra la inflación.

“No estamos viendo suficientes pruebas tangibles de que la inflación subyacente, en particular los precios internos, se esté estabilizando y bajando”.

La Fed mantuvo estable el costo del dinero este mes, pero los mercados esperan que lo suba nuevamente el próximo mes o en septiembre antes de comenzar a recortarlo el 2024.

Los mercados proyectan que el BCE, en tanto, subirá las tasas en julio y septiembre, pero los inversores apuestan que también recalibrará y comenzará a reducirlas en 2024 a medida que el panorama económico empeora.

Según los mercados, el Banco de Inglaterra, que enfrenta la mayor inflación dentro del Grupo de las Siete naciones ricas (G7), iría más allá que sus pares, llevando la tasa desde el 5% a un 6,25% para finales de este año.

El Banco de Inglaterra seguiría subiendo las tasas de interés.

Bailey sostuvo que el BoE haría “lo que sea necesario”, pero que aún falta por ver si las apuestas de los mercados son correctas.”Tienen una serie de aumentos adicionales valorados para nosotros”, agregó Bailey.

“Mi respuesta a eso sería: ‘Bueno, ya veremos’”.

Dijo que la inesperada subida de 50 puntos básicos de las tasas de interés de la semana pasada reflejaba una economía resistente y una inflación persistente, y que el BoE no preveía actualmente una recesión.

El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, era un caso atípico dentro de los demás funcionarios, diciendo que el banco central japonés estaba manteniendo la política monetaria relajada porque la inflación subyacente se mantuvo por debajo de su objetivo del 2% a pesar de que la medida principal está por encima del 3%.

Pero incluso Ueda consideró la idea de que el BOJ podría abandonar su política monetaria de tasas de interés cero, que se prolonga por una década, si tuviera “una certeza razonable” de que la inflación se aceleraría en 2024 tras un periodo de moderación.