Como si la inflación que tiene la economía actualmente no fuera suficiente, un nuevo ingrediente se sumó generando nuevas presiones al índice de Precios al Consumidor (IPC). Se trata del alza que está teniendo el dólar. En junio, la divisa estadounidense acumuló un alza de $95,9 cerrando en $920. Y el primer día de julio, la moneda no detuvo su escalada y trepó otros $12,4 alcanzando los $932.
Los economistas afirman que esta depreciación del peso y, por ende, alza del dólar, comenzará a reflejarse más nítidamente en agosto y en caso de que sea sostenido el impacto se extenderá hasta un plazo de 3 a 6 meses inclusive. De acuerdo a los expertos, el primer impacto que recibe la economía chilena es a través de la bencina que seguirá subiendo de precios o también los paquetes turísticos y pasajes de avión. “Estos productos tienen como precio referencial el tipo de cambio y/o se cotizan en dólares, lo que hace mucho más rápido el traspaso de esta depreciación de la paridad en estos producto o servicios”, explica la economista de Euroamerica, Martina Ogaz.
Marco Correa, economista de Bice Inversiones, sostiene que “de manera general el traspaso se tarda unos meses, cuya velocidad depende del nivel de inventarios que se tenían de producto adquiridos con un tipo de cambio más bajo y además de la demanda de los consumidores por esos productos. Si la demanda es más dinámica el traspaso es más rápido y total, mientras que en el actual contexto donde la demanda debería ser menor, el traspaso puede ser más lento y parcial”.
Luego, el siguiente canal de contagio son los productos importados, principalmente bienes durables. Sin embargo, esa alza de precios podría tener un menor impacto considerando que es probable que la demanda se desacelere en la segunda parte del año. “Dado que las ventas del comercio están en trayectoria decreciente es posible que el coeficiente de traspaso será menor y a partir de agosto podríamos ver mayor impacto en bienes transables”, subraya el economista de Libertad y Desarrollo, Tomás Flores.
¿Qué esperar junio?
Para el corto plazo, las expectativas de inflación siguen elevadas. Así, para junio, los economistas consultados prevén un alza de entre 0,9% y 1,1%. De concretarse esa previsión, el IPC en doce seguirá su senda alcista subiendo del actual 11,5% a un nivel entre 12,5% y 12,7%, siendo el mayor registro desde junio de 1994. Entre enero y junio el acumulado fluctuaría entre 6,9% y 7,1%.
En la parte baja de las expectativas se ubica Correa quien espera una variación de 0,9% lo que implicaría llegar a un 12,5% en términos anuales. “Las divisiones que tendrían una mayor incidencia positiva en junio serían las de transporte por combustibles, alimentos, donde el pan y cereales tendrían impacto relevante y la de vivienda por el ajuste de contratos indexados tendría un mayor efecto alcista”, explica. Flores, en tanto, prevé un alza de 1,1% con lo cual la variación de 12 meses llegaría a 12,6%. “Combustibles y alimentos seguirán siendo las dos divisiones de mayor presión”, menciona.
Misma estimación tiene el gerente comercial de Corpa, Pavel Castillo, quien proyecta un alza de 1% siendo los alimentos, energía y transporte los productos que seguirán presionando.
Un poco más arriba en las previsiones está la economista principal de Bci, Francisca Pérez quien espera un 1,1%, con una alta incidencia de los alimentos seguido de energía y transporte. Ogaz tiene esa misma previsión “aunque con riesgo alcista por transporte aéreo, alojamiento turístico y restaurantes”. Con esta proyección, en doce meses, la inflación llegaría a 12,7%.
Los expertos esperan que los precios sigan escalando hasta llegar a un peak entre 12,5% y 15% que podría alcanzar entre agosto y septiembre.
Mientras que, para el año, las expectativas se ubican sobre la proyección que entregó el Banco Central en el último Informe de Política Monetaria de junio de 9,9%. Ahora, las previsiones se sitúan entre 10,2% y 12,5%. “Para el año, elevamos nuestra estimación de inflación a diciembre desde 10,1% a 12,5%, esto producto de la mantención de presiones inflacionarias sobre todo por el lado de combustibles y alimentos”, dice Ogaz. Pérez añade que “por el momento esperamos que termine en diciembre sobre 11% anual, aunque nosotros esperamos reversiones del tipo de cambio durante el cuarto trimestre”.