-La escalada inflacionaria parece que no se detendrá en el corto plazo. Y si bien el Banco Central puso el pie en el acelerador para retirar el estímulo monetario y decidió subir la tasa de interés en 125 puntos base este mes, esa acción comenzará a tener efecto más en el mediano plazo. Por ahora, las proyecciones se mantienen elevadas sin atisbos de moderación.
Eso queda reflejado en las expectativas implícitas en los activos financieros. Los forwards de inflación tienen incorporado un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 1% para octubre, cifra que es mayor al 0,7% que esperaban una vez conocido el dato de septiembre, de 1,2%.
Los economistas suscriben esta previsión y las estimaciones para el décimo mes del año fluctúan entre 0,8% y 1%. De concretarse esta última proyección, sería el registro más alto para un mes de octubre desde 2014. Además el registro acumulado se ubicaría entre 5,3% y 5,5%.
Y el IPC anual se ubicaría entre 5,5% y 5,7%, dependiendo si la cifra de este mes es 0,8% o 1%. De ser así, ya alcanzaría la última proyección que entregó el Banco Central en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, de 5,7%.
¿Qué hay detrás? Además de la mayor liquidez, la que se podría acrecentar en caso de que avance el cuarto retiro de los fondos de pensiones, se mantiene presionando con fuerza el alza de los precios de las bencinas que irremediablemente seguirá escalando hasta cruzar la barrera de los $ 1.000 promedio en todos sus octanajes.
A ello se suma el impacto del dólar y las presiones externas que se mantendrán presentes. Este último punto es importante a considerar, ya que en la medición del INE el IPC transable, que muestra la variación que presenta el conjunto de productos que son susceptibles de ser comercializados internacionalmente, corresponde al 54,14% de la canasta IPC.
Pavel Castillo, gerente comercial de la consultora Corpa, sostiene que “las principales alzas se irán viendo en los productos importados, combustibles, transportes y energía por el alza del dólar del último tiempo que ya se comenzará a materializar en la economía y el alza general de precios que está viviendo el mundo”.
Los argumentos del mercado
Las proyecciones se sitúan entre 0,8% y 1%. En la parte baja del rango está Felipe Ruiz, economista de BCI, quien espera una variación de 0,8%. “Se advierten alzas en la mayoría de los componentes, pero principalmente destacan incrementos en precios de carnes, transporte y algunos servicios presenciales. Adicionalmente, continúan recogiéndose alzas en precios de gasolina”.
Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, tiene esa misma estimación. “Detrás de esa alza están los alimentos, principalmente carne de vacuno, pollo y cerdo. Además, esperamos incrementos en transporte aéreo y paquete turístico, producto del inicio de la temporada alta y por el alza del tipo de cambio”.
Lo mismo prevé Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones. “Esperamos que las divisiones que tradicionalmente muestran incrementos en sus precios aporten positivamente, como alimentos o transporte. Pero, además, las divisiones de servicios, que han mostrado una mayor alza durante los últimos meses, continuarían con esa tendencia, favorecido por condiciones positivas de liquidez y normalización de actividades”, puntualiza.
Un poco más arriba se sitúa Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile, quien espera un IPC de entre 0,8% y 1%. “Alimentos y el factor dólar seguirán presionando con fuerza”. Y Carlos García, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado, tiene en su escenario base una cifra “no menor a 1%, por el alza del precio del petróleo en octubre, de casi 14%. Nuevamente liderarán transportes y alimentación”.
Con estas perspectivas, va tomando fuerza la visión entre los expertos de que la inflación en 2021 cerrará con un incremento de 6%. Este nivel se espera que se mantenga al menos durante la primera parte de 2022.
“Muy probablemente continúen las presiones inflacionarias durante el primer semestre del próximo año, ya que se encuentran dos meses bastante inflacionarios como enero y marzo, lo que agregará algo más de presión sobre los precios”, afirma Ogaz.
Ruiz acota que “la inflación permanecerá alta y se ubicaría en torno a 6% en el primer semestre de 2022, para luego ir cediendo”, aunque plantea que “los riesgos de este escenario están hacia una inflación incluso más elevada”.