Las proyecciones de crecimiento para 2023 no son auspiciosas lo que impactará en los ingresos fiscales del país. En el Informe de Finanzas Públicas (IFP) que se presentó este miércoles en el marco de la discusión del presupuesto 2023, el gobierno proyecta una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -0,5%, mientras que para la demanda interna ve una contracción de 4,1%. Ambas variables tienen un impacto directo en la recaudación que el fisco proyecta lograr el próximo año.
De acuerdo al informe, los ingresos totales para 2023 alcanzarán los $63.222.451 millones (en moneda de 2023), lo que implica una variación real de -12,7% con respecto a la proyección de ingresos efectivos para el año 2022. ¿Cómo se explica esta caída? Por la caída de los ingresos tributarios que caen 11,3% respecto de la recaudación proyectada para el año 2022.
Este resultado se debe en su mayoría a la caída real anual de la recaudación asociada a la gran minería privada que se contrae 34,1% y en una disminución en términos reales de los ingresos tributarios del resto de contribuyentes de 9,5%. Ambos datos explican el 28% de la baja en los ingresos fiscales en 2023.
El Informe de Finanzas Públicas señala que la disminución de la recaudación de los contribuyentes mineros respecto a 2022, “responde a una recaudación por impuesto a la renta significativamente menor con respecto a 2022, como resultado de una Operación Renta 2023 normalizada en línea con la proyección de crecimiento de la economía y el menor precio del cobre durante 2022″. Adicionalmente, se menciona que “la proyección de un menor precio de cobre para 2023 afecta negativamente los Pagos Previsionales Mensuales (PPM) aun cuando se espera un tipo de cambio más despreciado, éste no lograría compensar la caída en el precio de cobre”.
En lo que se refiere a ingresos por concepto de cobre bruto (Codelco), se espera una disminución real anual de 49,5% respecto de la proyección para el año 2022, debido a la proyección de menor producción y ventas totales de Codelco, y al descuento del remanente de la capitalización del 30% de las utilidades 2021 que no se hayan alcanzado a descontar el año 2022.
Además, a estas caídas se suma el factor litio. Para el ítem “rentas de la propiedad” se espera una caída real de 52,6% anual, debido a que sus buenos resultados de 2022 son explicados por un shock transitorio en el precio de litio, lo cual elevó los ingresos percibidos por Corfo, originados por los contratos de explotación de litio suscritos con SQM y Albemarle. Adicionalmente, se explica que se espera un aumento en la oferta mundial y una disminución de la demanda mundial por litio.
Los otros componentes de los ingresos tributarios proyectados para 2023 se presentan en línea con la normalización esperada del escenario macroeconómico, en particular el crecimiento del producto y la demanda interna. Así, se espera que haya una recaudación de IVA de 2,2% real. Asimismo, el impuesto a los productos específicos se estima aumentarán 8,0% real, principalmente debido a la mayor recaudación proyectada del impuesto a los combustibles, acorde a la proyección de un consumo mayor de gasolinas para el próximo año y la reducción, en términos absolutos, de la tasa variable de tributación en 2022, proyectando que solo habrá tasas efectivas positivas.
Por su parte, los ingresos por concepto del impuesto al comercio exterior decrecerían 16,2%, lo cual se explica por la proyección de menores importaciones de bienes y bienes de capital, y la baja en el arancel implícito de recaudación en línea con los tratados comerciales vigentes. Se estima que la recaudación por el impuesto a los actos jurídicos disminuya un 1,4% real, debido al efecto inflacionario, el cual es mayor al crecimiento nominal proyectado de su recaudación (4,9%). Finalmente, los ingresos provenientes de otros impuestos presentan un crecimiento esperado de 32,1% real respecto de la actual proyección para el año 2022.
Mejor 2022
Para este año, el panorama se mejoró. Así lo reflejan las perspectivas que entregó el Ejecutivo. “Se estima que éstos alcanzarán $68,2 billones lo que implica un crecimiento de 6,3% real anual con respecto a los ingresos efectivos del año 2021, y $4.293.110 millones mayor a lo estimado en el Informe de Finanzas Públicas anterior”.
Según explica la Dipres, dicha diferencia se debe, principalmente, por el reconocimiento de mayores ingresos proyectados por tributación del resto de contribuyentes, particularmente por Impuesto a la Renta e Impuesto al Valor Agregado (IVA); y por rentas de la propiedad, debido a los ingresos percibidos por Corfo, originados por los contratos de explotación de litio con SQM y Albemarle.
En este caso, se proyecta que las rentas de la propiedad tengan un aumento real anual de 346,4% debido a los ingresos percibidos por Corfo. La ejecución a agosto por este concepto alcanza $1.569.441 millones, teniendo una proyección total anual de $2.075.779 millones. Por la misma razón, se corrige fuertemente al alza este componente respecto al informe pasado. En suma, se proyecta que los ingresos tributarios netos esperados para el año 2022 crezcan 13,0% real anual respecto de la recaudación efectiva del año 2021, lo que se descompone en un alza real anual de los ingresos tributarios del resto de los contribuyentes (no mineros) de 11,8% y de la recaudación asociada a la gran minería privada de 30,1%.
Ruta fiscal
El reporte, que fue expuesto por el ministro de Hacienda, Mario Marcel y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos, entregó también el escenario fiscal previsto por el Ejecutivo que muestra un mejor cierre fiscal para 2022, con un superávit efectivo de 1,6% del PIB, es decir fue 1,7 puntos porcentuales superior a lo previsto en el informe anterior. Asimismo, el balance estructural se corrige desde -1,3% a un 0,9% del PIB, siendo el primer superávit registrado en una década.
“Una gestión disciplinada del gasto nos permite ver un mejoramiento del balance fiscal para 2022, lo que constituye una consolidación más profunda en comparación con un amplio espectro de países. En este gobierno se reducirán de manera significativa los riesgos para la economía chilena contribuyendo a reestablecer el equilibrio macroeconómico y la convergencia de la inflación”, señaló el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Mientras que la directora de Presupuestos, Javiera Martínez destacó el hecho de que la deuda pública como porcentaje del PIB se haya contenido. “En términos de deuda bruta, debido a una gestión responsable de los recursos, se registrará un resultado significativamente menor al publicado en el anterior IFP, alcanzando un nivel de 36,0% del PIB estimado hacia el final del ejercicio, lo que es la primera disminución de la cifra como porcentaje del PIB desde 2007″. En el informe anterior la proyección era de 38% del PIB.
Pese a lograr este avance, el próximo año nuevamente se ampliará a déficit tanto efectivo como estructural. Para el primero será de -2,7% del PIB mientras que para el segundo la previsión es de -2,1% del PIB. Hacia adelante, se mantiene la trayectoria prevista en el decreto fiscal donde se compromete la trayectoria de balance fiscal. Así, para 2024 el déficit será de -1,8%, en 2025 de -1,1% y -0,3% para 2026. Esta vez, además se presentó por primera vez una proyección para 2027 y ella se espera que se llegue a balance fiscal estructural ese año, pero esa definición finalmente recaerá en el próximo gobierno que asuma en 2026.
En este contexto, al cierre del ejercicio presupuestario 2023, se proyecta un stock de deuda bruta del Gobierno Central equivalente al 38,7% del PIB y llegando a 38,9%% del PIB al 2027.