Todos los deslizamientos posibles llevó a cabo el ministro secretario general de la Presidencia, Segpres, Gonzalo Blumel, para cumplir con el mandato presidencial de no dictar más feriados regionales sin dar un portazo fuerte a los parlamentarios de la zona de Coquimbo que lo terminara convirtiendo en un problema político.
Es que desde que llegó al Congreso ha sido objeto de un intenso lobby por lograr que el gobierno decretara como feriado el 20 de septiembre para prolongar la tradicional Fiesta de La Pampilla. De hecho, sin importar color político, los representantes de esa zona: Francisco Eguiguren (RN), Juan Fuenzalida (UDI), Sergio Gahona (UDI), Daniel Núñez (PC), Raúl Saldívar (PS), Pedro Velásquez (independiente) y Matías Walker (DC) por la Cámara, y Adriana Muñoz (PPD) y Jorge Pizarro (DC) por el Senado, habían casi formado un frente común que "agobiaba" al ministro en cuanto lo veían. Todas las ocasiones eran propicias para recordarle la importancia de que se declarara feriado el 20, y le conversaban, le pedían reuniones, lo abordaban en los pasillos.
Y Blumel se escabullía. Es que tenía claro que el Presidente había instruido que no habría más feriados regionales, ya que su interés está en que cada región determine su feriado si así lo considera pertinente, pero enmarcado en los cinco días más de aumento de vacaciones propuesto en su programa de gobierno.
Este año lo logró. Pero de seguro que el lobby comenzará pronto con miras a 2019 .