El Banco Central mostró sus cartas ayer y, como pocas veces, sus pronósticos sorprendieron por quedar sobre el promedio del mercado en crecimiento económico para este año. El rango de expansión del PIB previsto para 2018 es de 4%-4,5%, mientras que el conseno apunta a algo más cercano a 4%. Para el próximo año quedó alineado. Un dato que respaldó su visión optimista fue el Imacec de julio, de 3,3%, por sobre el 2,9% previsto por el mercado.
Pese a ello, existe un riesgo no menor. El panorama para los mercados emergentes se complicó a raíz de la agudización de la guerra comercial -que ha demostrado que aún quedan episodios por conocer-, y su transmisión a Chile es analizado en un capítulo del IPoM. Afirma que los efectos ya se están sintiendo en China, que ve una mayor moderación de las cifras coyunturales de actividad de China.
El ente rector concluye que, en un contexto de menor apetito por riesgo, no se puede descartar que en un escenario de mayor estrés -incluso las economías emergentes con fundamentos más sólidos- haya impactos negativos adicionales, mientras que el precio del cobre podría caer sostenidamente por debajo de su nivel de largo plazo, con las evidentes consecuencias negativas para los términos de intercambio locales. De hecho, el BC prevé que los términos de intercambio bajarán 1,2% este año, a diferencia de la leve alza prevista en junio. Es así como el Banco Central explicó que el cuadro descrito supone un escenario externo "algo menos favorable que en el IPoM previo".
Acorde al escenario descrito, afirmó que "el balance de riesgos del escenario externo relevante para Chile se mantiene sesgado a la baja".
Así, su visión general parece positiva, sin embargo, los riesgos planteados son relevantes y, dado lo ocurrido en los últimos días, tienen una probabilidad no menor de ocurrencia.