Lo conocido hasta ahora sobre la reforma tributaria presentada por el Gobierno permite concluir que tiene avances positivos, aunque es perfectible.
Positiva puesto que sin perjuicio que no consideró la rebaja del impuesto a 25% como estaba contemplado en el programa de gobierno, la iniciativa legal cumplió con algunos objetivos estructurales, y que en definitiva vuelven a enrielar al país en la senda correcta. Se trata de la integración total del sistema, lo que es un incentivo implícito a la inversión.
También es estructural y positivo haber terminado con el régimen atribuido. Ambos elementos fueron pilares de la reforma implementada por el Gobierno de Bachelet y que había terminado con los incentivos correctos a la inversión. Este es el mayor mérito de la propuesta presentada por la autoridad. También es un elemento que ayuda a la certidumbre del sector privado el defensor del contribuyente para evitar actos de abusivos por parte del SII.
Sin embargo, faltó una mirada de más largo aliento a la hora de buscar impulsar las inversiones, una mirada de cinco años o más. El proyecto contempla dos medidas principales en ese sentido: depreciación instantánea al 50% de los activos por un plazo de dos años y ampliar el precio límite para viviendas que puedan optar a crédito IVA.
La primera de estas es una manera cara de ganar una mayor inversión en el margen, puesto que las decisiones de inversión y la ejecución de los proyectos toman más tiempo. Los que se beneficiarán, en su mayoría, serán los que de todos modos se realizarían. Con esto, además, hay una discriminación favorable a sectores que son más intensivos en maquinarias. También hay una discriminación al favorecer al sector inmobiliario con el beneficio.
Es mejor repensar todas las franquicias y exenciones tributarias particulares y avanzar hacia un sistema en el que las exenciones sean para todos por igual, dirigidas a incentivar, en el largo plazo, la inversión en capital humano y favorecer el emprendimiento.
Ahora faltará conocer varios detalles, y no menores, de iniciativas que sólo fueron enunciadas, para efectuar una segunda mirada.