Los aranceles de represalia por parte de China a los bienes de Estados Unidos se aplicaron cuando uno de sus mayores importadores de carne pasaba un cargamento procedente de California a través de las aduanas de Shanghái. Ahora Suzhou Huadong Foods Ltd. se ha quedado con una pila de bistec estadounidense a precios inasequibles.
Solo tres contenedores de productos congelados, como costillas y lomo de cerdo, pasaron la aduana antes de que el nuevo arancel impusiera una tasa de hasta 500.000 yuanes (US$75.000) a cada una de las seis cajas restantes, según Gong Peng, director general del importador.
"No nos queda otra opción. Tenemos que asumir los costos", dijo Gong en una entrevista. "Tenemos que reducir drásticamente las compras de carne de los ganaderos estadounidenses", añadió.
Estados Unidos impuso un arancel de 25% a importaciones chinas de US$34.000 millones, desencadenando lo que China ha llamado la mayor guerra comercial de la historia económica, el 6 de julio. Pekín respondió de inmediato con aranceles a la soja, la carne y los vehículos estadounidenses. Suzhou Huadong, que suministra a supermercados como Sam's Club de Walmart Inc. en China, es solo una de las primeras víctimas. Para los fabricantes de automóviles y de whisky, pasando por las empresas que integran la compleja cadena mundial de suministros que define la fabricación moderna, es un momento difícil, ya que tienen que lidiar con unos mayores costos y consecuencias de algunas de las decisiones comerciales anteriores.
La capacidad de las compañías afectadas por los aranceles para capear el conflicto puede depender en parte de la cantidad de productos que lograron importar antes de que entraran en vigor los aranceles. Pero una vez que esos suministros se agoten, tendrán que absorber las tarifas o pasarlas a los clientes.
Ford Motor Co. y Tesla Inc. son dos ejemplos. Ambos fabricantes de automóviles anunciaron recortes de precios en China hace solo unas semanas, facilitando el alcance a los consumidores de los sedanes Lincoln y Model S, después de que China bajase los aranceles a las importaciones de vehículos extranjeros al 15%. A partir del 6 de julio, esos mismos modelos, si se fabrican en Estados Unidos, están sujetos a un impuesto de 40%.
Tesla elevó los precios del Modelo S y Modelo X en 150.000 yuanes a 250.000 yuanes después de las tarifas adicionales, de acuerdo con un comercial. Eso llevaría el precio minorista de un Modelo S a casi 1,47 millones de yuanes. Ford dijo que se abstendrá de subir los precios, al menos por ahora. El modelo de Lincoln Navigator de gama alta cuesta 1,16 millones de yuanes.
BMW AG y Daimler AG también se enfrentan a mayores costos porque importan modelos de lujo a China desde sus plantas de ensamblaje en Estados Unidos. BMW dice que no podrá absorber las tasas más altas totalmente y está calculando los aumentos de precios necesarios. Daimler rehusó comentar más allá de decir que quiere ofrecer condiciones competitivas a los compradores.