La meta de contar con un 30% de mujeres en los directorios de las empresas con mayor participación bursátil en la Bolsa de Santiago, aún luce bastante lejana. De acuerdo al estudio de CLA Consulting, que buscó la información de 156 compañías, en 2021 de un total de 1.239 sillones disponibles, solo 148 son ocupados por mujeres, lo que equivale al 11,9%.

Se trata de cifras que, de todas maneras, dan cuanta de avances en la materia. En 2018 eran solo 101 las que habían logrado llegar a lo más alto de la gobernanza de esas empresas, lo que implica que hubo un incremento en tres años de 46,5%.

Sin embargo, Paula Figari, consultora asociada de CLA, pone en entredicho los progresos que muestran los número. “¿Podemos hablar de aumento de mujeres en los directorios?. Depende de dónde enfoquemos la reflexión. Efectivamente este 2021 tenemos 42 mujeres más en directorios comparado con el 2020. Sin embargo, si miramos la tendencia de crecimiento de los últimos 3 años sigue siendo groseramente baja”, indica.

La experta detalla que el crecimiento entre el año 2018 al 2019 es el más marcado, de 19,4%; entre el 2019 y el 2020 es de un 2,5 %; y entre el 2020 y el 2021 es de 13,4%. Además, el estudio en cuestión indica que muestra que de las 156 empresas, todavía hay 63 todavía no integran mujeres a sus directorios.

“Entonces la pregunta es: ¿Cuántos años nos va a tomar lograr tener un 30% de representatividad femenina si conservamos la tendencia de crecimiento de los últimos 3 años? Recién el año 2030 lograríamos tener ese porcentaje de representación de mujeres en los directorios de nuestro país”, plantea Figari.

En ese contexto, también precisa que la meta de 30% “no es antojadiza” y explica que “diversos estudios la recomiendan como piso para que las minorías puedan desplegar su talento. Necesitamos mayor diversidad en los ámbitos de poder para construir economías más sólidas y sustentables”.

Las características del grupo

Cabe destacar, además, que las cifras varían si se considera que algunas mujeres están en directorios de varias empresas. Por ejemplo, seis de ellas están en tres directorios: Victoria Vásquez (Cencosud Shopping, Engie y Puerto Ventanas), Tina Rosenfeld (Lipigas, Masisa y SMU), Silvia Barrón y Marta Pascual (ambas en Inversiones Covadonga, Unespa y Unión Española), Manola Sánchez (BCI, CAP y Mall Plaza) y Claudia Morales (Potasios, Pampa Calichera y Oro Blanco).

Bajo esa consideración, las mujeres en directorios se acotaban a 88 en el año 2018, avanzando hasta un total de 119 en 2021, lo que representa un aumento de 35,2%. En ese marco, Andrés Montero, de InterTrust Head Hunting, sostiene que “existe una creciente presión de las empresas a los head hunters para que privilegie mujeres en cargos ejecutivos y directorios”.

En la misma línea Figari indica que “en el último tiempo no hay evento público en el que el tema de la igualdad de oportunidades no esté presente, y quizás eso vaya a ir marcando tendencia, pero por ahora necesitamos la voluntad y convicción organizacional de que los equipo diversos toman mejores decisiones, y a partir de eso ponernos la meta del 30%, doblar los esfuerzos para alcanzarla el 2025″.

En la actualidad, el grupo que representa al genero femenino es diverso en términos de nacionalidad y profesión. En el primer caso, los hallazgos de CLA Consulting dan cuenta de que el 77% son chilenas y el resto extranjeras, subgrupo en el que cuentan con una representación superior al 10% las italianas, españolas, brasileñas y argentinas. También cuentan con una participación las panameñas, mexicanas, canadienses, colombianas, estadounidenses y británicas.

En el área profesional, con 148 representantes, las ingenieras comerciales son las que predominan. Luego aparecen las abogadas y las que se autodenominan simplemente como empresarias, con 20 y 14 mujeres, respectivamente. En menor cantidad, también hay ingenieras civiles, periodistas, licenciadas en artes y estética, bachilleres y profesoras, entre otras.

“En un mundo cada vez más incierto lo que más necesitamos son diversidad de miradas para construir posibles escenarios, algo que se logra con diversidad en la formación, con la diversidad de edad, algo que los estudios también muestran como aporte de las mujeres en los directorios”, destaca Figari.

“Las distintas carreras abren las miradas a considerar más variables. Como lo muestra el estudio del ESE, al tener mujeres en los directorios se considera la evaluación de los distintos stakeholders, la sostenibilidad y medio ambiente en la agenda. Por lo anterior, las empresas tienden a ser más éticas”, agrega.