Fue el pasado viernes 20 de marzo cuando Codelco sinceró, a un selecto grupo de trabajadores, la realidad que estaba enfrenando la principal productora de cobre del mundo. En una conversación privada y en medio de una masiva protesta de los 18 mil trabajadores que agrupa la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) -los que amenazaban con paralizar la cuprera-, el vicepresidente de Administración y Finanzas, Alejandro Rivera, les entregó un mensaje claro: si no hacemos nada, la caja de Codelco llega hasta octubre.

En ese momento estaba recién partiendo en Chile la propagación del coronavirus, el precio del cobre ya había caído 59 centavos en relación al cierre de 2019 y la incertidumbre respecto al futuro reinaba en Huérfanos 1270. Tanta era la incerteza, que en su relato Rivera incluso señaló que la minera no sabía a qué precio podía vender en el mercado el cobre que estaba produciendo. Esto, porque China, el principal consumidor del metal rojo, todavía estaba paralizado por la pandemia que aún afecta gravemente a Europa y a Estados Unidos, y que en Chile ya tiene -al cierre de esta edición- casi siete mil personas contagiadas.

“En Codelco hay un problema de caja y lo conocemos. El problema es que se puede ir acrecentando y, efectivamente, se habla de octubre como el mes clave. Esa es una realidad”, reconoce Amador Pantoja, consejero de la FTC y uno de los cinco consejeros del gremio que asistieron a la reunión en la que el principal orador fue Alejandro Rivera, pero donde también estuvieron presentes los vicepresidente de Operaciones Norte y Sur, Álvaro Aliaga y Mauricio Barraza, y el vicepresidente de Recursos Humanos, Marcelo Álvarez.

En la cita se les evidenció a los trabajadores que el presupuesto destinado para este año estaba sufriendo profundos daños, dado que fue diseñado pensando en un precio del cobre por sobre los US$ 2,60 la libra, y que además existen muchas operaciones que hoy están funcionando a costos altos y que están con números rojos, como es el caso de algunas instalaciones de Chuquicamata y la división Salvador. A esto se suma el deterioro progresivo -por la caída del precio del cobre- que están registrando los US$ 2.000 millones que la estatal obtuvo en enero pasado en el mercado. Fuentes de la minera indican que estos recursos estaban destinados a enfrentar este año y el 2021 con tranquilidad, situación que hoy ha cambiado. “En estricto rigor, el bono duraba hasta diciembre de 2021 y en diciembre de ese año se tenían que pedir recursos al mercado por más de US$ 1.000 millones para poder pagar la Ley Reservada del Cobre. Hoy, producto de todo esto, esos recursos duran hasta octubre. Eso sin hacer nada, pero hoy la empresa está haciendo cosas”, señala un ejecutivo al tanto de la caja de la estatal.

Medidas extremas

La primera medida que dio a conocer la compañía fue el 25 de marzo, cuando anunció la suspensión temporal de sus tres grandes proyectos: Chuqui Subterránea, Traspaso Andina y Rajo Inca (obras tempranas). Y el miércoles pasado informó la suspensión por 30 días de algunos contratos con terceros y los llamó a acogerse a la Ley de Protección del Empleo. Todo esto, pensando en darle más holgura a la caja, situación que reconoce el presidente ejecutivo de la minera, Octavio Araneda. “Hemos tomado medidas tendientes a preservar la caja y enfrentar con mayor holgura la incertidumbre de los próximos meses”, señala a Pulso Domingo (ver entrevista relacionada).

Estas son medidas extremas, asegura un director de la estatal, decisión que lo deja tranquilo, pues afirma que con estas acciones, Codelco tiene la espalda suficiente para sortear con éxito este crítico escenario. “Codelco está invirtiendo US$ 3.800 millones este año y ahora se decide parar esos proyectos. Estas son medidas de extrema urgencia, pues se trata de recursos que estaban destinados para financiar las inversiones de este año. Hoy la compañía tiene recursos, tiene una caja de poco menos de US$ 3.000 millones y cualquier emergencia se va a ir manejando por la vía de ir ralentizando más proyectos y postergando algunos gastos”, sostiene.

Y agrega que en términos financieros, la compañía ya refinanció este año todos sus pasivos. “Codelco no tiene ninguna obligación financiera este año y el próximo”, afirma.

Hoy, señalan en la minera, el escenario no es tan crítico como en marzo. Sin embargo, los análisis continúan. Todas las mañanas, a las 8.00 horas, de lunes a domingo, el comité ejecutivo de la minera, presidido por Octavio Araneda, se reúne vía remota para analizar todas las medidas y ver nuevas opciones. “Hoy nada se descarta”, dice un conocedor de los análisis internos de la minera, y señala además que con las medidas ya adoptadas se pasará el presente año. “Con esto, el 2020 lo pasamos de todas maneras”, relata.

La propagación de los contagios en el país es algo que la minera está siguiendo de cerca, no solo por el impacto en sus trabajadores, los que hasta ahora solo han tenido casos aislados de contagio, gracias a las estrictas medidas sanitarias que ha tomado la compañía, sino también por el impacto productivo. “Obviamente estamos afectos a los contagios y si se nos contamina algo, nos genera un problema, porque nos puede alterar la normal continuidad que hemos tenido hasta este minuto”, indica un ejecutivo de la minera.

Es que si la situación sanitaria empeora, la minera ya tiene sobre la mesa una medida de contención más radical, que es parar algunas operaciones que no sean rentables o que su costo de producción esté por encima del precio actual, el que hoy se ha recuperado 16 centavos desde los US$ 2,094 del 23 de marzo, valor mínimo de 2020.

En ese escenario, Salvador es una de las divisiones que podría salir más afectada con esta crisis, ya que sus costos son altos y además su continuidad está en espera dada la paralización del proyecto Rajo Inca, necesario para mantener operativo el yacimiento ubicado en Atacama. Chuquicamata también está en un escenario complejo. Por eso la administración local y sus dirigentes están trabajando intensamente para darle viabilidad a las operaciones. Una de las alternativas que se está estudiando es detener la fundición de Chuqui y también la planta GEL, dicen fuentes sindicales.

Pero hoy todas las instalaciones de Codelco están operando, ya que la máxima al interior de la minera es mantener la continuidad operacional para poder cumplir con los compromisos adoptados con el Ejecutivo, esfuerzo no menor considerando que la compañía tiene 4 mil trabajadores menos, mil de ellos por ser mayores de 65 años o estar con enfermedades crónicas, y además los yacimientos están operando con turnos reducidos. En Salvador la minera está con turnos 14x14, en Ministro Hales y Gabriela Mistral están 12x12 y en Andina con 5x5. Teniente y Radomiro Tomic, las “joyas” de Codelco, están con turnos normales, hasta ahora.

Octavio Araneda: “Hemos tomado medidas tendientes a preservar la caja”

El presidente ejecutivo de Codelco, Octavio Araneda, reconoce que las decisiones que ha tomado la compañía en los últimos días buscan mejorar el flujo de caja de la cuprera. Asegura que hoy el escenario no es tan complejo como el vivido en marzo y que hizo necesaria la reunión con los trabajadores y adelanta que Codelco superará esta crisis.

¿Cómo está el flujo de caja de Codelco?

-Se han tomado medidas adicionales para mantener la continuidad operacional, evitando una caída en la generación de caja, que ya está afectada por una importante baja en el precio del cobre y su incierta proyección futura. Sin embargo, la corporación tiene una sólida posición de liquidez, con una caja cercana a US$ 3 mil millones. A esto se agrega un perfil de amortizaciones de deuda baja para este y los próximos años, que nos permite enfrentar la actual coyuntura de mercado, a pesar de su complejidad.

En una reunión con el Consejo Ejecutivo de la FTC indicaron que octubre era el mes fatal. ¿Ese escenario cambió?

-El escenario de comienzos de marzo, cuando la inquietud de algunos dirigentes era cerrar las operaciones de manera total, era indudablemente distinto. Detener las faenas por completo pondría a la compañía en una situación delicada por múltiples razones. Una caída en la producción hasta niveles mínimos o cero por un período extendido, trae aparejada una escalada de otros problemas, como el alza de los costos y más adelante restricciones de liquidez. Pero hasta ahora, gracias al esfuerzo y compromiso de nuestros trabajadores y sus dirigentes sindicales, no hemos parado ni un solo día. Cumpliendo con los más exigentes estándares de seguridad y salud ocupacional, la producción no se ha visto afectada, por lo que el escenario que usted menciona es diametralmente distinto al que estamos viviendo actualmente.

¿Hasta cuándo resisten los recursos del bono que emitieron en enero pasado?

-Si logramos mantener la continuidad operacional, con nuestra gente protegida en las faenas, nuestros ejecutivos en terreno y muchos de nuestros profesionales trabajando de forma remota, seremos capaces de resguardar no solo la salud de nuestros equipos, sino también salir adelante en esta pandemia, incluso con escenarios aún más estresados de precio de cobre.

¿La paralización de los proyectos y las otras medidas que están tomando, cuánta holgura le dan a la caja de la minera?

-La detención de algunos proyectos la definimos para reforzar la seguridad sanitaria de las divisiones y las comunidades aledañas, disminuyendo al mínimo la densidad de dotaciones y sus traslados, privilegiando las operaciones. Lo mismo sucede con la decisión de suspender total o parcialmente los contratos con terceros por 30 días. Eran definiciones inevitables, dada la restricción en el acceso a las operaciones, producto de las medidas implementadas para proteger la salud de los trabajadores y colaboradores. Adicionalmente, hemos tomado medidas tendientes a preservar caja y enfrentar con mayor holgura la incertidumbre de los próximos meses.

Como informamos a fines del año pasado, Codelco comenzó un plan de transformación que, en este contexto, cobra más sentido que nunca. Esta contingencia nos abre la oportunidad de acelerar lo que teníamos planificado. En ese sentido, buscaremos impulsar la optimización de nuestros procesos administrativos, adelantar los planes de implementación tácticos de mayor valor para nuestra estrategia y adaptar nuestra forma de operar para, justamente, preservar la caja y darle holgura para poder cumplir nuestro compromiso de aumentar los excedentes y los ahorros.

La semana pasada le bajaron la clasificación a Codelco y ustedes señalaron que contaban con una caja sólida, pero ese no fue el mensaje que les entregaron a mediados de marzo a los trabajadores. ¿Cuál es la realidad de la empresa en términos financieros?

-La deuda neta de Codelco a fines de 2019 fue de US$ 16 mil millones, que representa una razón de endeudamiento (deuda meta sobre Ebitda) de 4 veces, que si bien es alta, cuenta con una excelente clasificación de riesgo, solo un nivel por debajo de la República (A+), gracias al apoyo implícito de esta, y de las más altas dentro la industria minera a nivel mundial. La perspectiva estable que nos otorgó la clasificación de S&P indica claramente la solidez de nuestra posición financiera en el mediano y largo plazo.

¿Están analizando parar algunas áreas productivas que no sean rentables?

-En el contexto actual, el análisis que realizamos día a día apunta a fortalecer las medidas preventivas de contagio del coronavirus. Luego de eso, debemos asegurar que, en estas circunstancias, todos los procesos de negocios contribuyan con flujo de caja positivo a la corporación. Por otra parte, y dependiendo de la evolución de esta crisis, con mucha responsabilidad vamos a tener que considerar diferir algunas inversiones, incluyendo Rajo Inca.