La producción mundial de vino se recuperó en 2018 desde mínimos casi históricos gracias a una mejoría en las cosechas respecto al año previo, aunque el consumo dejó de crecer, dijo este jueves la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

Tras caer a un piso de seis décadas en 2017, cuando las cosechas se vieron afectadas por un clima extremo en Europa, que incluyó sequías y tormentas, la producción global aumentó un 17% a 292,3 millones de hectolitros, de acuerdo a la OIV.

El incremento ocurrió mayormente por una importante recuperación en Italia, Francia y España -tres de los principales productores del mundo-, que en total arrojaron volúmenes de 13% por encima de sus promedios de cinco años.

La producción de vino también escaló en el Hemisferio Sur el año pasado, al saltar un 22,8% en Argentina, a 14,5 millones de hectolitros, y un 35,9% en Chile, a 12,9 millones de hectolitros.

Respecto a las perspectivas para este año el gremio señaló que los productores del Hemisferio Sur han tenido un comienzo menos favorable en 2019 y se espera que los volúmenes disminuyan en Argentina, Chile, Australia y Sudáfrica. Sin embargo, precisó que como algunos países se encuentran en medio de la recolección de uvas, las perspectivas se basan en estimaciones iniciales.

La OIV proyectó además que el consumo mundial de vino se mantuvo estable en 2018 en 246 millones de hectolitros, en relación a los 246,7 millones de hectolitros del 2017.

China presentó el mayor declive en la demanda entre 20 países que registran un consumo elevado. Las cifras confirmaron la tendencia inicial proyectada en octubre pasado por la organización con sede en París.