Empresas Gasco, holding con más de 160 años de historia ligado a la industria del gas, controlado con un 89,2% por la familia Pérez Cruz, está en el radar de los inversionistas globales.

Desde el mundo de la banca de inversión, distintos ejecutivos señalan a PULSO Domingo que se les estaría ofreciendo el co-control de la compañía a potenciales inversionistas. La fórmula y porcentajes inmersos en una negociación de este tipo varía según las ofertas de los interesados, por lo que asesores financieros consultados no descartan que incluso se pueda ceder el control de la gasífera. Sea el co-control o definitivamente el control, será un porcentaje relevante.

En la empresa local no tendrían contemplada la entrada a la propiedad de un socio pequeño o minoritario, dado que necesitan acometer importantes inversiones en línea con el gran objetivo de la firma, que es diversificar sus negocios y ser un holding de soluciones integrales en el campo energético.

Distintas fuentes apuntan a que el asesor financiero de la transacción sería BNP Paribas. Al ser consultado, un importante funcionario regional del banco de inversión europeo sostuvo que han trabajado en antiguos procesos con la familia Pérez Cruz, pero puntualiza que hasta ahora no han formalizado un mandato para esta transacción.

El valor libro de la empresa al cierre del primer trimestre fue de US$ 380 millones, mientras que su valor bursátil actual bordea los US$ 502 millones. Este último monto equivale a casi 16,2 veces la utilidad atribuible que percibió el grupo controlador en 2018. Con todo, ejecutivos que han estado monitoreando este negocio cifran el valor de la empresa en una posible transacción de adquisición directa entre US$ 500 y US$ 700 millones, por lo que el co-control en partes iguales fluctuaría entre los US$ 250 y US$ 350 millones, indican.

Contactados en la compañía, señalaron no tener novedades respecto de este tema.

Potenciales compradores

Curiosamente, algunos de los fondos internacionales especializados que asoman en el mercado como interesados por Gasco están hoy ligados a una empresa que por largos años ejerció el control de la gasífera chilena: la española Gas Natural Fenosa, hace poco tiempo rebautizada como Naturgy.

Una de ellas es Global Infraestructure Partners (GIP), una gestora de fondos de inversión fundada por General Electric y Credit Suisse, que está basada en Nueva York. Manejan activos por alrededor de US$ 48 mil millones en el mundo y poseen el 20% de Naturgy, por el que desembolsaron US$ 4.300 millones. En su portafolio de empresas eléctricas, la gestora norteamericana tiene participaciones en 12 compañías a nivel global, donde conocen muy bien al mercado chileno, dado que son los socios de un 49,99% de la generadora Guacolda Energía junto a AES Gener.

Esta última empresa le ofreció la mitad del proyecto a GIP, a un valor entre US$ 700 y US$ 800 millones, luego de haberse hecho con la totalidad de las acciones al comprarle un 25% a Copec (de la familia Angelini) y otro 25% a Inversiones Ultraterra (de la familia Von Appen).

Otra firma asociada a Naturgy que estaría mirando de cerca a Gasco es Kuwait Investment Authority (KIA), el fondo soberano más antiguo del mundo que, a través de su brazo de generación eléctrica global, Wren House Infrastructure, es socio desde 2014 con la ex Gas Natural Fenosa en Global Power Generation (GPG), una compañía que desarrolla y gestiona activos de generación con un enfoque global, de la cual los asiáticos manejan el 25% de la propiedad. GPG tiene proyectos eólicos y fotovoltaicos en Chile por alrededor de 320 MW que se empezarán a inyectar el próximo año.

"Tanto a GIP como a KIA les gusta la generación en base a gas, sumado a que conocen el mercado chileno y a Gasco, por lo que podrían ser candidatos naturales", afirma un agente financiero que analiza este proceso.

Otros fondos que suenan en los bancos de inversión como interesados en Gasco serían los canadienses Atco y AIMCo, firmas que hace algunos meses estuvieron evaluando para hacerse con GasValpo, otra empresa del rubro que estuvo a la venta y que, finalmente, quedó en manos de la gestora local Toesca Asset Management, en alianza con la japonesa Marubeni.

Atco desarrolla diversas vetas del negocio energético en distintos países del mundo, como Canadá, Australia y México: distribución de gas natural y de electricidad a los hogares; almacenamiento, transporte y soluciones de procesos en la industria gasífera; transmisión eléctrica y generación distribuida.

Además, desarrolla otras dos líneas de negocio, donde tienen presencia en Chile: la fabricación de soluciones modulares, especialmente para la industria minera, y están dando sus primeros pasos en el negocio portuario, donde recientemente le compraron al Grupo Ultramar el 40% de Neltume Ports, que opera 16 puertos en Chile y Uruguay.

En tanto AIMCo es el fondo de pensiones de la región de Alberta, que también conoce muy bien a Chile, dado que tienen el 50% de la propiedad de la generadora, transmisora y distribuidora de electricidad local Saesa. En 2016 vendieron a la española Abertis la mitad de la propiedad que tenían de la Autopista Central en casi 1.000 millones de euros.

Razones tras un inversionista

La centenaria firma de gas ha estado reenfocando sus negocios en los últimos años. En 2016, sus principales accionistas separaron aguas y luego de lanzarse Ofertas Públicas de Acciones (OPA) cruzadas, los Pérez Cruz se quedaron con casi el 100% de Gasco y su negocio de gas licuado de petróleo -más conocido como gas de cilindro-, mientras que Gas Natural Fenosa se hizo con la totalidad de la unidad de gas natural licuado, donde se encuentra Metrogas.

"Durante 2018 continuamos exitosamente con el proceso transformacional de Empresas Gasco, contenido en su Plan Estratégico 2017-2022 para convertirla en una compañía líder en soluciones energéticas a gas óptimas y sostenibles, diseñadas según las necesidades de cada cliente, y en complementariedad con otras fuentes de energías renovables", señala en la última memoria de la compañía su gerente general, Julio Bertrand.

Así es como Gasco está cambiando y empujando nuevos proyectos que impulsan otras fuentes energéticas limpias, como la solar. En línea con lo anterior, el año pasado hicieron su ingreso oficial al negocio de la generación distribuida, a través de la nueva filial, Gasco Luz. Con este nuevo segmento, proveerán electricidad de respaldo para todo el sistema y brindarán una alternativa de abastecimiento a clientes industriales.

Todos estos incipientes desarrollos, sumados a su creciente operación en Colombia, y el nuevo terminal de recepción de gas que alistan en Caldera, requieren inversiones por US$ 350 millones, por lo que el aterrizaje de un socio que dé un apoyo financiero y, sobre todo, que pueda aportar en el know how gasífero y que posea buenas redes en el abastecimiento, sería visto con buenos ojos por la firma local. Desde 2016 que la empresa ha deslizado que están buscando a algún socio que entre a la propiedad por las razones antes expuestas. Pero también habría otros detalles que podrían estar precipitando la búsqueda de un partner.

Fuentes conocedoras de la interna de la empresa señalan que la mediática crisis que vivió el presidente y controlador de Gasco, Matías Pérez Cruz, al tratar de expulsar a dos mujeres en el lago Ranco, habría afectado a la empresa. Por ello, cercanos a la firma aseguran que distintos ejecutivos, además de miembros de la familia Pérez Cruz, barajaron plantearle al presidente que diera un paso al costado, cosa que finalmente no fructificó. Pero sí acordaron que sería bueno intensificar la búsqueda de otro socio internacional como contrapeso al empresario que lidera la compañía de gas más antigua del país.