A medida que la industria en Estados Unidos se prepara para los aranceles propuestos por la administración Trump a las bicicletas y las partes fabricadas en China, ni los productores ni los minoristas estadounidenses están contentos con el gravamen.
A simple vista, un arancel del 10% a productos rivales de China parece útil para una empresa como Detroit Bikes, una de las pocas marcas de fabricación estadounidense que queda en una industria que en gran medida se ha trasladado a Asia. Pero para Zak Pashak, el dueño de la empresa que produce hasta 150 bicicletas personalizadas por día en la ciudad del mismo nombre, el gravamen es demasiado bajo para marcar una diferencia.
"Si va a ser exitoso para efectivamente revivir una industria, y no solo para un espectáculo, entonces creo que se deben tomar más medidas", señaló Pashak, sugiriendo que EE.UU. debe imitar los aranceles aún más altos de Europa que han protegido gran parte de la industria.
Mientras tanto, con alrededor del 95% de todas las bicicletas que se importan en EE.UU. procedentes de China, según datos del Departamento de Comercio de EE.UU., los aranceles harían que casi todas las otras bicicletas que se vendan en el país sean más caras. Minoristas como NYC Velo de Manhattan, que vende bicicletas que van desde US$400 hasta US$15.000, se verán obligados a aumentar sus precios a regañadientes.
"No tengo ganas de hacer eso; lo último que quiero hacer es decepcionar a mis clientes por cualquier motivo, sobre todo con los precios en la caja registradora", dijo Andrew Crooks, propietario de NYC Velo. "Pero francamente, somos la cara de estos cambios".
Consecuencias no deseadas
La perspectiva incierta de la industria pone de manifiesto cómo los aranceles impuestos a una amplia gama de productos chinos --destinados a reducir el superávit comercial de la nación asiática con EE.UU.-- pueden causar precios más altos para los consumidores y pocos beneficios tangibles en términos de empleos.
Si se implementan después de un plazo para presentar observaciones en agosto, los aranceles podrían crear un ciclo perjudicial en el que los precios más altos disuadan a los consumidores y causen una contracción de toda la industria, según Lynette Carpiet, editora en la publicación Bicycle Retailer & Industry News. Los productores de bicicletas, mientras tanto, probablemente solo trasladarían la producción a otras naciones asiáticas como Taiwán, Camboya o Vietnam, en lugar de invertir en producción nacional.
"Se requeriría una gran inversión para que las empresas instalen plantas de ensamblaje o fabricación aquí y un gran riesgo si se eliminan los aranceles en el futuro", dijo Carpiet, quien ha cubierto la industria durante casi dos décadas.
Kent International, que ensambla 400.000 bicicletas al año en su fábrica en Manning, Carolina del Sur, dice que es el mayor fabricante de bicicletas en EE.UU. El máximo ejecutivo para EE.UU., Arnold Kamler, dijo que los aranceles, que representarían una "ventaja microscópica para nosotros", están haciendo que algunos pares consideren trasladar su producción a Camboya.
Perdiendo terreno
El representante comercial de EE.UU., que realizará una audiencia pública sobre los aranceles del 20 al 23 de agosto, enumera las bicicletas completamente ensambladas y sus componentes, incluidas ruedas, neumáticos, frenos, tubos, velocímetros y otras partes. El hecho de que tanto las partes como las bicicletas completamente ensambladas puedan verse afectadas por los aranceles complica aún más el panorama, ya que incluso algunos productores dependen de los componentes de China.
"La industria de bicicletas en general realmente depende de una cadena de suministro global", dijo Katy Hartnett, directora de relaciones gubernamentales de PeopleForBikes, un grupo de defensa de la bicicleta que actualmente analiza el alcance del impacto potencial en la industria. "Aquellos que están fabricando en el país todavía están usando esa cadena de suministro global para sus componentes".
Kamler de Kent dijo que su planta de Carolina del Sur podría fácilmente triplicar la producción y aumentar su fuerza de trabajo a alrededor de 400 de los 167 empleados que tiene hoy en día, si el arancel a las bicicletas completas entra en vigor y el gobierno de EE.UU. también proporciona una exención a los componentes.