Suceder a un jefe futbolístico prestigioso, como Alex Ferguson en el Manchester United, es difícil. La Premier League se enfrenta a una situación similar tras la marcha de Richard Scudamore. El directivo de la BBC Tim Davie es el segundo candidato que rechaza el puesto de CEO de la liga inglesa, según el Financial Times.
La primera opción, Susanna Dinnage, del grupo de TV de EEUU Discovery, se echó atrás a finales de 2018, solo unas semanas después de ser nombrada sucesora.
El puesto parece poco atractivo por dos razones. Primero, el éxito de Scudamore, al elevar los ingresos domésticos de TV de 590 millones de euros a 4.500 millones en sus 19 años de mandato, parece difícil de repetir.
Los auspiciadores tradicionales Sky –de Comcast– y BT han llegado a un acuerdo para compartir canales que hace menos probables las pujas frenéticas. Sky redujo el año pasado su gasto por partido en las subastas y, según Enders Analysis, su presencia en los hogares británicos disminuirá ligeramente de aquí a 2022. Y BT no está apostando por tener derechos en exclusiva.
Es poco probable que Amazon y Netflix lo compensen. Los pagos anuales de Sky a la Premier, 1.100 millones de euros, se comerían casi una quinta parte del presupuesto anual global de contenidos de Netflix. Y el servicio Prime Video de Amazon está creciendo suficientemente rápido sin costosas incursiones en los principales paquetes de fútbol.
La mitad de los clientes de BT TV ya están suscritos a los servicios de los gigantes de EEUU, según Ampere Analysis y Amazon compró un paquete menor de derechos de la Premier el año pasado.
El segundo reto es tratar con los clubes. Esa perspectiva fue una de las razones del giro de Dinnage, según una fuente que la conoce bien. Se está armando una disputa entre los pequeños y los grandes, ya que estos reciben una parte pequeña de los ingresos en relación con la gran audiencia de TV que atraen. Para mantener la liga intacta habrá que suavizar esas diferencias, en pleno estancamiento de los ingresos. Eso pone al próximo jefe con un gol en contra antes del pitido inicial.