
Próximo gobierno deberá hacer un ajuste de al menos US$1.000 millones en su primer año y tendrá un acotado espacio para gastar durante su periodo
Los economistas afirman que con la información del nuevo Informe de Finanzas Públicas, el cumplir con la nueva trayectoria de consolidación fiscal propuesta llevaría a que el próximo gobierno podrá hacer crecer el gasto solo en 1,3% promedio anual.

Las finanzas públicas será uno de los temas que seguramente abordarán los candidatos presidenciales en las campañas que se avecinan y en sus respectivos programas. Es que el panorama que entregó el Ministerio de Hacienda junto a la Dirección de Presupuestos dejó bastantes dudas sobre el espacio fiscal que se tendrá desde el 2026 hacia adelante.
Si bien se entregaron las medidas de ajuste para cuadrar la caja fiscal. En suma, según se desprende de la presentación, este total de ambos factores ascendería a $1.948.653 millones (unos US$1.990 millones). Pero esa cifra se descompone no es solo ajuste fiscal propiamente tal, sino que también de cambios legislativos.
En un primer grupo están las acciones correctivas que requieren medidas administrativas. Ahí se detalla el ajuste de gasto acordado en la Ley de Presupuestos 2025 de US$555 millones; otros ajustes específicos, revisiones de gasto y otros por US$564 millones) Entre ambos suman US$1.199 millones.
El otro grupo son medidas legislativas -entre proyectos en discusión y otros que no han ingresado- que incluyen recursos por $851.813 millones, unos US$870 millones lo que genera dudas de su efectividad.
Dada esta situación, los expertos afirman que las perspectivas para los próximos años están estrechas y que lo que hizo el gobierno al cambiar la meta fiscal estructural de -1,1% del PIB para este año a una de -1,6% del PIB y postergar la llegada a balance para el 2029, es llevar a que la próxima administración sea quien deba hacer el ajuste fiscal si es que se quiere cumplir con esas metas fiscales.
Uno de ellos es el exdirector de Presupuestos y académico de la Universidad de Los Andes, Matías Acevedo, quien afirmó que el próximo gobierno deberá hacer un ajuste del gasto de US$ 1.000 millones el 2026 si se cumplen las medidas de contención propuestas por el ministerio de Hacienda, pero de no ser así, el ajuste deberá ser mayor, del orden de US$ 1.500 millones de gasto permanente.
En ese escenario, Acevedo sostuvo que el escenario de que el ajuste sea de los US$1.000 millones tiene sus riesgos, puesto que “la probabilidad de aprobar medidas legislativas el 2025 es complejo, a lo que se suma el impacto de la guerra comercial que no está incorporado. Todo esto me lleva a pensar que el cierre del año estará en torno a dos puntos del PIB, lo que llevaría a que el ajuste en el próximo período sea mayor”.
Para Acevedo es poco probable que haya un ajuste brusco el próximo año, ya que, aunque sean medidas administrativas no es “llegar y cortar gasto”, ya que detrás de ese ajuste hay decisiones políticas y eso no es fácil. Por ello, aseveró que “el desafío es complejo, las medidas deben ser estructurales, no nos sirven medidas simplonas que se revierten automáticamente”.

Una misma visión tiene la economista de Libertad y Desarrollo (LyD), Macarena García: “Con la información del nuevo Informe de Finanzas Públicas, el cumplir con la nueva trayectoria de consolidación fiscal propuesto llevaría a que el próximo gobierno podrá hacer crecer el gasto en 1,3% promedio anual”.
En ese sentido, indicó que “el cumplir con este crecimiento es muy exigente considerando que el crecimiento promedio del gasto ha sido en torno a 6% entre 1990 y 2019 (sin pandemia) y también considerando que el actual gobierno tendrá un gasto que crecerá, en promedio, 2,3% entre 2023 y 2025″.
García critica que se haya incluido en el plan de ajuste fiscal medidas que son legislativas. “Las correcciones por $850.000 millones que quedan sujetas a la aprobación legislativa, tienen una menor probabilidad de lograrse dado que es incierto los tiempos y resultados de las discusiones parlamentarias. Hubiera sido prudente que el gobierno hubiera presentado un plan alternativo de ajuste de gasto en caso de no lograr estos recursos por vías legales“.

Alejandro Micco, académico de la Universidad de Chile y exsubsecretario de Hacienda tampoco quedó conforme con el plan fiscal: “Yo pensaba que podríamos hacer un mayor esfuerzo en el ajuste del gasto en algunas medidas administrativas después de haber tenido en enero la sorpresa de que el déficit fiscal era mucho más grande de lo que pensábamos, esperábamos ver ajustes efectivos más claros, particularmente porque las medidas presentadas este lunes incluyen proyectos de ley que “estaban antes”, dijo a radio Cooperativa.
Para Cristina Torres, exdirectora de Presupuestos y académica de la Universidad San Sebastián “el gasto comprometido para el mediano plazo corresponde a una base, la que a nuestro diagnóstico se encuentra subestimada al haber hecho un cambio de criterio para estimar las necesidades de gasto en materia de inversión pública. Esto es algo que se arrastra nuevamente y bajo esa premisa, parecen poco realistas las estimaciones”.
Por tanto, puntualiza que “de solo considerar la subestimación de la inversión, el escenario es más complejo que lo expuesto, y si a ello se suma la incertidumbre en la consolidación de los ajustes comprometidos para ese año, de tener un año 2025 más deteriorado, sin duda, las expectativas son más complejas de cumplir”.
El académico de la Universidad de Chile y expresidente de Codelco, Óscar Landerretche, expuso este jueves en el seminario “Perspectivas y Tendencias en M&A 2025″, organizado por Deloitte donde abordó el tema fiscal del país. Ahí calificó como “muy mala noticia” la decisión que tomó el Ministerio de Hacienda de incumplir la regla fiscal y traspasar al siguiente gobierno su cumplimiento.
“Nosotros necesitamos dar la señal a los mercados globales de que el supuesto reordenamiento político y económico de Chile o la normalización del país es real. Hay que darle una cristalización real a las cosas y hoy la más real es que no es razonable creer que en este momento vamos a reducir la deuda, es decir, que vamos a pasar a superávit o que tenemos que balancear las cuentas fiscales”, dijo Landerretche.
Y Juan Ortiz, economista del OCEC-UDP, planteó que “el escenario fiscal es estrecho tanto para el presente año, como para la próxima administración. Esto porque la holgura fiscal estimada para 2026 es negativa, llegando a 0,3% del PIB. Es decir que en el escenario actual presentado en este informe del primer trimestre de 2025, los gastos comprometidos para 2026 son mayores que los gastos estimados para cumplir la meta de balance de déficit de 1,1% del PIB para el próximo año”.
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