En los últimos días se ha instalado un debate respecto de la conveniencia de tramitar varias reformas estructurales a la vez. El gobierno del Presidente Piñera ya ha presentado dos proyectos importante -tributario y pensiones-, y para diciembre está comprometido el ingreso de una iniciativa en materia laboral.
Hay quienes consideran que es un error tramitar varios proyectos distintos al mismo tiempo y consideran que lo óptimo sería concentrarse en una reforma estructural.
Hace unos días, el economista Sergio Urzúa sostenía que "lo importante es que los proyectos salgan bien, (...) dudo que atacar con bombas de racimo de proyectos de ley, uno tras otro, sea la forma correcta de hacerlo".
El ex subsecretario de Hacienda del gobierno de la Presidenta Bachelet, Alejandro Micco, entró al debate y reconoció como un error el hecho de que, durante el mandato anterior, se hayan tramitado diversos proyectos estructurales.
"La autocrítica que uno se puede hacer es que tratamos de hacer mucho en un periodo muy corto. (...) Me da un poco de temor que, por desgracia, el actual gobierno está haciendo lo mismo", dijo.
Las palabras de Alejandro Micco llaman la atención. Si este gobierno se ha visto en la necesidad de presentar una reforma tributaria y comprometer una laboral, es justamente porque los proyectos que tramitó y aprobó la anterior administración en esta materia generaron un perjuicio a la economía nacional.
Respecto a la reforma de pensiones, el proyecto presentado por el gobierno busca abordar un asunto que es de máxima urgencia, como son las pensiones que reciben los adultos mayores, actitud que contrasta con la del gobierno pasado, cuya reforma al sistema se presentó pocos meses antes de que terminara su administración.
Pero más allá de dichas iniciativas, la pregunta es ¿existe un problema en que se presenten varios proyectos estructurales a la vez? Hace algunos meses la oposición criticaba al gobierno por lo que llamaban una "sequía legislativa"; hoy cuestionan lo contrario.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo debieran ser perfectamente capaces de enfrentar tres grandes proyectos de ley con profundidad. Si no lo consiguen es porque, quizás, están dedicando tiempo a iniciativas anecdóticas o menos relevantes.