La Liga de Campeones más extraña de la historia celebra hoy su gran final en Lisboa. París Saint-Germain (PSG) y Bayern de Múnich se enfrentan este domingo para coronarse como los reyes europeos del deporte rey.
Dos clubes que son auténticas potencias económicas en el Viejo Continente. En ese sentido el equipo alemán parte con una ligera ventaja respecto al francés, en tanto que figura como cuarto equipo con mayores ingresos en el último ránking del informe Football Money League de Deloitte con una facturación de 660 millones de euros, por los casi 636 del PSG, quinto en ese mismo informe. Datos que no tienen en cuenta los ingresos por traspasos por futbolistas.
La forma en la que han llegado ambos a esos niveles de generación de ingresos es muy distinta. Bayern y PSG son exponentes de modelos empresariales antagónicos en el mundo del fútbol, pero que les sirve a cada uno para ser absolutos dominantes de las competiciones de su país. El equipo muniqués suma ocho ligas consecutivas ganadas, mientras que el parisino ha levantado siete de las últimas ocho la Ligue 1 francesa.
Modelos antagónicos
Hoy se enfrentan en Lisboa dos modelos empresariales muy distintos, empezando por su estructura accionarial. El 75% de las acciones del Bayern Múnich residen en el propio club y en sus socios. En el fútbol alemán impera la conocida regla del 50+1, mediante la cual el 50% más 1 de los derechos de voto de los clubes que llegan a la Primera División deben estar en manos del club y de sus socios. En el caso del Bayern, ese 75% de acciones lo detenta la sociedad FC Bayern München EV. El otro 25% del capital está repartido, con un 8,33% cada una, en tres compañías que son además sus grandes socios comerciales: la aseguradora Allianz, que da nombre al estadio en el que juega el Bayern. Esta adquirió ese paquete accionarial en 2014 por 110 millones y, a cambio, se ha asegurado que su marca estará ligada al estadio al menos hasta 2021. Otro 8,33% está en manos de Audi, y la parte restante en Adidas.
Por su parte, el PSG representa lo que muchos aficionados consideran, de forma algo despectiva, el gran exponente del "fútbol moderno". Los petrodólares cataríes están detrás del club desde 2012, cuando el fondo soberano Qatar Sports Investment completó la compra del 100% del club. El apoyo financiero le permitió subir como la espuma entre los grandes del fútbol europeo en cuanto a ingresos, pasando de 251 millones en la temporada 2011-2012 a casi 400 en la siguiente. Desde entonces, el PSG ha estado siempre entre los siete equipos con mayor facturación del continente, aunque a nivel deportivo le ha costado más: esta es la primera final de la Liga de Campeones de su historia.
Origen de los ingresos
Ese modelo accionarial también se traduce en una gestión distinta. El Bayern de Múnich suma 27 temporadas consecutivas generando beneficios. Los de la temporada 2018-2019 fueron récord, con una ganancia después de impuestos de 52,5 millones, un 78% más, y un ebit de 46,2 millones, un 63% por encima del declarado el año anterior. Los ingresos totales, teniendo en cuenta traspasos, crecieron un 14% hasta 750,4 millones.
Según el análisis de Deloitte, en torno al 54% de los ingresos ordinarios del Bayern los generan los acuerdos comerciales, un 32% de los televisivos y un 14% de taquilla.
El PSG, por su parte, tuvo en la temporada 2018-2019 un beneficio de 26,4 millones, un 33% inferior a la de la temporada anterior, pese a que sus ingresos totales crecieron un 19% hasta 638 millones. Dos temporadas antes registró unas pérdidas de 6,8 millones, según los estados contables consultados a través de la herramienta Insight View.
Su modelo ha generado dudas e incluso motivó una investigación de la UEFA por un posible incumplimiento de sus reglas de Fair Play Financiero. Sobre todo, después de completar el fichaje en 2017 de Neymar por 222 millones y asegurarse el de la estrella francesa Mbappé por 180. Las sombras estaban por el origen de sus acuerdos por patrocinio, con la sospecha de que estos estaban inflados para encubrir una inyección de millones procedente de sus propietarios, algo prohibido por UEFA. El organismo europeo abrió una investigación en 2017 pero esta se cerró sin ninguna acusación. Poco después la propia UEFA pidió reabrir el caso, pero el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus siglas en inglés) lo desestimó.
Según su último informe, los ingresos por patrocinios ascendieron en la temporada 2018-2019 a 149 millones de euros, un 60% más que en el año anterior tras firmar un acuerdo con la hotelera Accor.
Coste de plantilla
A nivel salarial, el Bayern de Múnich indica en sus cuentas anuales de la temporada 2018-2019 unos gastos de personal de 336,2 millones de euros, por los 300 que declara el PSG. Sin embargo, como publicaba la web británica TalkSport, el coste en cuanto a transferencias del 11 titular que jugó las semifinales contra el Olympique de Lyon era de apenas de 100 millones de euros, cuando el PSG gastó solo en Neymar y Mbappé 400 millones. De hecho, toda la plantilla actual del Bayern costó menos que esa cantidad.