“Pulso de Sostenibilidad 2024″: la necesidad de acelerar el cambio

Paneles solares en edificios
En políticas sostenibles las empresas chilenas enfrentan desafíos significativos, según estudio.

Estudio revela que, a pesar de los avances en políticas sostenibles, las empresas chilenas aún enfrentan desafíos significativos para alinear la sostenibilidad con su estrategia de negocios.


La sostenibilidad empresarial se ha convertido en un eje central de la agenda corporativa, y la cuarta versión del “Pulso de Sostenibilidad 2024″, realizado en conjunto por Adapsys (ex-CLA Consulting), la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) y Acción Empresas, arroja algunas luces sobre las claves para acelerar el cambio hacia un futuro más sostenible.

Uno de los hallazgos más destacados del informe es la dispersión de las áreas encargadas de la gestión de sostenibilidad en el organigrama empresarial: un 12% de las empresas encuestadas no cuenta con un área dedicada a la gestión de la sostenibilidad, lo que se traduce en un peor desempeño en comparación con aquellas que sí la tienen; y además un 72% de ellas asegura que su estrategia de sostenibilidad no está alineada con su estrategia de negocios.

Manuel José Pau, socio de Adapsys, enfatiza en la importancia de contar con estructuras sólidas dentro de las empresas para impulsar y gestionar la sostenibilidad: “Tener reportes y una política explícita colaboran además para que la gestión de sostenibilidad sea exitosa, pero no basta, el compromiso de los liderazgos para alinear a las personas y obtener resultados es clave”, argumenta.

Entre otras cifras reveladoras, el informe destaca que el 59% de las empresas que cuenta con un área dedicada a la sostenibilidad muestra un desempeño insuficiente, mientras que el 50% de ellas cree que su política de sostenibilidad no aborda adecuadamente los desafíos que enfrenta.

En cuanto a los proyectos de sostenibilidad, la gobernanza emerge como la principal área de enfoque, con un 52% de las empresas implementando iniciativas en este ámbito, superando a los proyectos sociales (42%) y ambientales (35%). Por otro lado, se observa un aumento en la presencia de políticas de sostenibilidad explícitas dentro de las empresas, que pasan de un 56% en el periodo 2022-23, a un 62% en 2024. La existencia de políticas explícitas resulta ser un factor determinante en el éxito de la gestión de la sostenibilidad: un 88% de las empresas con un desempeño positivo cuenta con una política clara, mientras que un 70% de las que presentan un desempeño insuficiente carece de ella.

A pesar de estos avances, el desempeño de las políticas de sostenibilidad parece haber retrocedido a niveles prepandemia. El porcentaje de empresas con un desempeño positivo disminuyó de un 56% en 2022-23, a un 40% en 2024. Pero no hay que alarmarse, dice Verónica Torres, gerente de Sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago: “En los últimos años observamos un avance regulatorio y estándares más desafiantes que impactan a todas las áreas de una organización: directorios, cadena de suministro, marketing, personas, lo que genera un cuestionamiento más crítico de su implementación”.

Uno de los cambios más relevantes observados en esta versión del estudio es la creciente preocupación por la relación con los proveedores y la cadena de valor, que ahora ocupa el primer lugar en las prioridades empresariales para los próximos dos años. Además, el informe revela que aún persisten importantes obstáculos para avanzar en la sostenibilidad corporativa. Si bien la falta de presupuesto es un factor recurrente, son los énfasis y prioridades del negocio, como el foco en los resultados financieros o la falta de conocimiento sobre el tema, los que mayormente impiden el progreso en esta área. En relación a esto, Marcela Bravo, gerenta general de Acción Empresas, plantea que es muy válido que las empresas se preocupen por los resultados financieros, pero señala que no hay que olvidar que el equilibrio sostenible considera el ámbito económico, el social y el ambiental, y cuando la mirada se pone exclusivamente en el resultado económico, sin entender los riesgos que generan los impactos sociales y ambientales en el resultado, es cuando comienza a generarse el problema.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.