Las miradas de los inversores están puestas este miércoles en Washington. Allí y tras dos días de reunión el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) dará a conocer las decisiones adoptadas por la institución en materia de política monetaria en un contexto marcado por el repunte de las rentabilidades en el mercado de deuda y los rumores que apuntan a una corrección en las Bolsas después del rally vivido en los primeros meses del año.
Como ya ocurrió hace una semana con el BCE, el mercado prevé que la cita de este mes sea una reunión de transición.
“Se espera que la Fed reitere su mensaje de que, en esta etapa, no hay una necesidad urgente de normalizar la política monetaria de EE UU”, afirma Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija para Allianz Global Investors. El experto confía en que el banco central estadounidense siga adoptando un enfoque muy pragmático basado en hechos y no en expectativas.
“La acción de la Fed estará determinada por las cifras de empleo e inflación”, explica. No obstante, el experto defiende que la institución deberá permanecer particularmente atenta a la inflación. Hace unas semanas el presidente Jerome Powell aseguró estas listo para tomar las medidas necesarias si la inflación excedía sustancialmente el 2% durante un período prolongado, algo que de momento no ha sucedido.
De hecho, en sintonía con el BCE, la Fed ha apuntado que los repuntes experimentados en los precios obedecen a un fenómeno coyuntural y no estructural. El alza de la inflación se debe en gran medida al aumento de los precios de las materias primas y al efecto base, pues justo hace un año la economía mundial sufrió una paralización en lo que ha venido a denominarse el Gran Confinamiento.
Descartados cambios en la cita de este mes, la tarea de Powell no será sencilla. Además de reiterar sus intenciones de no tocar ni los tipos ni las compras, deberá convencer a los inversores en un momento en el que el mercado ha empezado a poner en precio una normalización monetaria antes de lo previsto.
Los cambios no llegarán este mes, pero día a día aumentan las voces que apuntan a la posibilidad de que antes de que finalice el año la Fed comience a recortar las compras mensuales de activos. Hasta la fecha el banco central de EE UU adquiere US$120.000 millones al mes. Según la información recogida por Bloomberg, el 45% de los economistas preguntados espera que el comité anuncie una disminución en el cuarto trimestre y hasta un 14% espera que esto suceda tres meses antes.
Uno de los defensores de esta idea es Axel Botte, estratega de Ostrum AM, que señala después de que recientemente Powell haya hablado de tapering, desde la firma creen que el anuncio oficial podría producirse a finales de verano en la reunión de banqueros centrales que se celebra en Jackson Hole.
En la reunión del año pasado Powell aprovechó su intervención para modificar su objetivo de inflación que desde ese momento pasó del 2% a permitirse compensar periodos en los que los precios se sitúan por encima de ese nivel con periodos de baja inflación. El objetivo no era que el de impulsar la economía. “Es probable que el escenario de tapering se traduzca en una reducción gradual de 10.000 millones de dólares en las compras de deuda en cada reunión que se celebre en 2022. El pico de los estímulos monetarios, sin duda, se ha superado con creces”, añade.
El lenguaje y los tiempos que se utilicen para hacer realidad este escenario son claves para evitar una sacudida de los mercados como la vivida en 2013.