El día 20 de abril quedará marcado a fuego en los mercados como la jornada en la que por primera vez en la historia, el precio del petróleo entró en negativo. En concreto, el petróleo West Texas Intermediate, crudo de referencia en Estados Unidos, acabó el día en los -US$ 37,63 por barril, cuando en la previa cerró en US$18,27 y a inicios de año se pagaba a US$ 60,06 la unidad.
¿Por qué el precio del barril de petróleo se ha hundido?
El shock que sufre el mercado de petróleo se debe a un efecto doble, ya que tanto la oferta como la demanda han venido conjurando un desplome de los precios.
En el lado de la oferta, hasta el domingo 12 de abril, los principales productores de crudo del mundo venían manteniendo una guerra de producción que saturó el mercado.
En la demanda, la expansión del Covid-19 ha obligado a los gobiernos de todo el mundo a imponer estrictos confinamientos, provocando la completa parálisis de la economía y, con ella, del consumo de petróleo. El incierto futuro económico que espera una vez se supere la todavía presente crisis sanitaria no ayuda a restaurar la confianza. En el caso de España, las previsiones del FMI apuntan a una caída del PIB del orden del 8% para 2020 y diferentes expertos consideran que la "normalidad" económica no regresará hasta bien entrado 2021.
¿Cómo funciona el mercado de petróleo?
Cuando un inversor compra petróleo, el crudo no se entrega normalmente de forma inmediata. En su lugar, los inversores operan con complejos productos financieros que se pueden comprar a diferentes plazos futuros. Por así decirlo, se trata de una especie de acuerdo para una entrega más adelante, aunque no siempre tiene por qué producirse esta entrega.
En función de las perspectivas económicas y relativas al nivel de reservas de crudo, los precios van evolucionando dependiendo del interés de los inversores. Si consideran que la economía se frenará, el precio de los contratos bajará ante la falta de compradores.
¿Por qué ha entrado en negativo justo ahora?
A los problemas de base que venían golpeando al precio del petróleo, se le han sumado otros elementos que han configurado la tormenta perfecta.
El día 21 de abril es jornada de vencimiento de contratos de petróleo en el mercado de Chicago, la principal Bolsa de los futuros del West Texas.
La falta de expectativas en la demanda sumada a unas enormes cantidades de petróleo en las reservas ha provocado el pánico de hoy en Estados Unidos. El mercado, además, desconfía de que se pueda seguir guardando en los principales centros de almacenaje, como el de Cushing, en Oklahoma, el punto de entrega para el contrato de West Texas Intermediate (WTI). Así las cosas, puede llegar a ser un negocio desastroso contar con petróleo si no hay dónde depositarlo de forma segura.
Una vez hecha la herida, las características técnicas del mercado han hecho el resto. Los conocidos como margin calls han entrado en juego.
Un margin call es una alerta que recibe un inversor de un bróker cuando se están produciendo fuertes desplomes. Lo que significa, es que el margen de la cuenta de inversión se está agotando y las garantías que cubren el riesgo de una inversión se agotan. Llegado este punto, hay dos opciones. O el inversor mete más dinero para aumentar las garantías de su posición, o bien, la vende asumiendo dolorosas pérdidas. La magnitud de la debacle en el petróleo ha arrasado los márgenes y provocado una reacción de ventas en cadena.
¿Qué implica que el petróleo tenga un precio negativo?
La situación es incierta ya que es la primera vez que ocurre. Al menos, en el petróleo. En los mercados de gas natural de Estados Unidos –que han estado plagados de precios negativos debido a la escasez de espacio en los gaseoductos– los productores han llegado a pagar a otros para que se lleven su producto.
Lo que sí es previsible es una contracción en los precios del combustible. Pese a que gran parte de la tarifa de la gasolina o el gasoil es fija debido a impuestos y a los costes de refino y distribución, hay una parte variable que, obviamente, se ve influida por las fluctuaciones en la materia prima. Tras el desplome, los precios del combustible han tocado mínimos de varios años en diferentes Estados de EE UU.
¿Cómo afectará esto al sector?
Según los expertos, las petroleras estadounidenses necesitan un petróleo por encima de los 50 dólares para ser rentables. En una frágil posición debido a su nivel de endeudamiento y con la rentabilidad siendo algo impensable con el precio hundido hasta estos niveles, los expertos creen que se producirá un aluvión de quiebras de prolongarse en el tiempo la situación.
¿Por qué el pacto de la OPEP+ no ha sido suficiente para evitar el desplome?
El pacto que la OPEP+ firmó el pasado día 12 de abril fijaba un recorte en la producción de 9,7 millones de barriles diarios. A finales de 2019, el mundo consumía cerca de 100 millones de barriles al día. Mediante acuerdos de cumplimiento voluntario con otros países, la OPEP espera llegar a recortar hasta 20 millones de barriles.
El problema está en que según diferentes expertos, el acuerdo llega tarde y mal. No se empezarán a aplicar los recortes hasta el próximo 1 de mayo y se cree que no será suficiente para solucionar la sobreoferta que acusa el mercado por culpa de la magnitud del frenazo en la demanda.
¿Qué cabe esperar ante un futuro respecto a la evolución del precio?
Si bien el contrato de petróleo West Texas Intermediate para mayo se ha hundido como nunca lo había hecho, el contrato de entrega en junio ha cerrado en los 20,43 dólares por barril, perdiendo 4,6 dólares en la sesión. A medida que el vencimiento se prolonga en el tiempo, los precios suben ligeramente hasta los 32 dólares de diciembre.
Esto, no obstante, no es garantía de nada. Hasta este lunes, el precio del contrato de petróleo de mayo era bajo, pero normal. Al final, la evolución de los inventarios y de cómo vaya respondiendo la demanda ante la vuelta a la “normalidad” post-Covid-19, serán quienes de verdad fijen los futuros precios. Así mismo, los daños que se han infringido en la economía así como el ritmo de la recuperación también serán claves.