En marzo, el mayor proyecto minero que actualmente se construye en Chile, Quebrada Blanca Fase 2 (QB2); fue puesto en pausa, viéndose obligado a paralizar sus obras debido al Covid-19.
Pero, con el correr de las semanas, la iniciativa ubicada en la alta cordillera de la Región de Tarapacá se fue reactivando, a la vez que aumentó progresivamente el número de trabajadores, llegando a julio a 4 mil. Pero el avance no se detiene y para fines de octubre, en línea con las proyecciones iniciales, la minera canadiense Teck, espera alcanzar el peak de dotación, con 8 mil trabajadores en faena.
Lo anterior supone todo un desafío, considerando la situación sanitaria. Pero en Teck están confiados en que sus protocolos y barreras sanitarias funcionarán de buena manera.
“Con el fin de movilizar de manera segura a los trabajadores del proyecto QB2 para llegar a cifras prepandémicas, se ha desarrollado e implementado un plan de protección en capas para prevenir la entrada y propagación de Covid en el proyecto. Las medidas incluyen protocolos robustos, barreras sanitarias, trazabilidad, logística, controles, pruebas selectivas de PCR y comunicaciones”, sostuvieron desde la compañía.
Agregaron que “el proyecto cuenta con campamentos para albergar a los 8.000 trabajadores ubicados en las diferentes áreas de construcción. Junto con esto, comenzaremos la construcción de nuevas áreas de campamento, con un costo incremental de $25-$40 millones que no se hubiera requerido sin Covid-19”.
El virus en minería
La industria minera se vio fuertemente afectada en de junio por la pandemia, alcanzando un alto número de casos activos, lo que incluso llevó a parlamentarios a exigir el cierre temporal de las faenas para controlar la situación. Pero la cifra ha tenido una importante baja y las mineras se encuentran monitoreando y tomando las medidas necesarias para que no ocurra una segunda ola de contagios.
En esa misma línea, en Teck añadieron que desde el inicio de la contingencia causada por la pandemia, el proyecto ha establecido protocolos de manejo adecuados de Covid-19 para proteger la salud y seguridad de todos sus trabajadores, alineados con la orientación de las autoridades de salud.
Respecto al avance del proyecto que se encuentra ubicado en la Región de Tarapacá, desde Teck sostuvieron que se intenta lograr un avance general de la obra cercano al 40% al final del año.
Adicionalmente, desde la compañía aseguraron que los costos adicionales y el cambio en el cronograma dependerán de los protocolos requeridos para manejar el Covid-19. Sin embargo, suponiendo un incremento escalonado hasta el tercer trimestre de este año, el impacto agregado de la suspensión se espera que sea entre los US$260 millones y US$290 millones, con un retraso programado de 5 a 6 meses.