Quienes hagan el “retiro” en rentas vitalicias verán un baja de por vida en su pensión: ¿Qué recomiendan los asesores previsionales?

Compañías de seguros, Aseguradoras

Hoy inició el proceso para pedir un adelanto en las rentas vitalicias. Y lo cierto es que los asesores previsionales no están convencidos de que sea una muy buena idea, cuestión que debe ser evaluada caso a caso, advierten. También explican qué ocurre en los casos de personas que tienen APS.


Hoy inició el proceso para un tercer retiro del 10% de las AFP, pero también para un adelanto en las pensiones de quienes tienen rentas vitalicias.

Y para quienes soliciten el adelanto en este último caso, verán un baja de por vida en su pensión, según explicó la CMF, proporcional a la cantidad de dinero retirado, es decir, quienes opten por sacar un 10% de sus reservas técnicas, verán un baja en su pensión de 10% de aquí en adelante.

Y la verdad es que por esto mismo, los asesores previsionales dicen que hay que pensar muy bien el tema antes de pedir este adelanto, e incluso evaluar otras alternativas antes de hacerlo.

“En los retiros de rentas vitalicias, el impacto será directo e inmediato para las pensiones de los jubilados. Esas personas tienen que tomar una decisión considerando que el efecto será a largo plazo, es decir, hasta el último día de vida. Cómo se calcula ese impacto es difícil definirlo hoy porque responde a la particularidad de cada caso, pero en las situaciones más extremas esa pérdida podría llegar incluso hasta $20 mil mensuales de disminución en la pensión”, comenta Ann Katharine Clark, presidenta de la Asociación Gremial de Asesores Previsionales.

En ese sentido, agrega que lo anterior se da “considerando que la pérdida se calcula en UF, por lo tanto, es una merma permanente y en esa unidad de medida. Quizás pensando en esas personas sería ideal evaluar otra alternativa, como créditos que pueden tener un tiempo definido de pago para no castigar el monto de la pensión por el resto de la vida. Ahora bien, en caso de no contar con esa opción, es bueno hacer bien el análisis al momento de la decisión”.

La directora de Brain Invest, María Eugenia Jiménez, recomienda que “aquellos que están en renta vitalicia, en lo posible, si no tienen una urgencia económica, no hagan el retiro”.

Esto, explica, porque la mayor motivación de quienes optan por esta modalidad de pensión, “es porque son personas de menor tolerancia al riesgo, ceden su plata a un tercero para que les paguen de por vida, y sus fondos no están sujetos a las fluctuaciones del mercado”.

Entonces, Jiménez dice que hay tres escenarios a considerar. “Primero, si la persona vive mucho más de lo que en teoría debiera vivir, va a perder mucha más plata de lo que va a anticipar de pensión, porque si anticipa el 1%, 2% o 4%, o hasta el 10%, le va a bajar la pensión por el resto de su vida, no es por un tiempo acotado”.

En segundo lugar, señala que si esa persona fallece al poco tiempo de haber recibido el adelanto, podría obtener algún tipo de ganancia, “pero la posición de las personas en general es que quieren tener seguridad en el tiempo, y esa seguridad se va a ver mermada porque va a recibir menos dinero. Entonces, se justifica en aquellas personas en que no tienen cómo financiar gastos, que están endeudados”.

En tercer lugar, Jiménez comenta que hay que tener en cuenta que los pensionados por renta vitalicia también pueden tener beneficiarios de pensión, “que son los que van a recibir esa pensión en el futuro, y ellos también van a ver disminuidas sus pensiones en caso de que hoy se pida el adelanto. Ellos son los hijos menores de 24 años siempre y cuando sean solteros y estudiantes. Y en el caso del o la cónyuge, lo son siempre mientras estén vivos”.

De esta manera, la ejecutiva concluye: “mi sugerencia es que quienes se vean obligados a retirar, lo hagan solo porque no tienen otra fuente de financiamiento”.

Por otro lado, Bernardita Infante, jefa de estudios previsionales de la consultora Alfredo Cruz y Cía, cree que “es una decisión que dependerá directamente de la necesidad de liquidez de cada pensionado o de sus beneficiarios de pensión. Sin embargo, como en este caso la reserva técnica será conocida por cada pensionado sólo al momento de solicitar este retiro, nos deja atados de manos para realizar simulaciones y así asesorar con conocimiento de causa a nuestros clientes, respecto del impacto real que este retiro podría impactar en su pensión”.

Infante recuerda que “en el momento que un pensionado ingrese su solicitud de anticipo, podrá conocer el monto en el cual disminuirá su pensión (según el % retirado). Con esto en consideración, creemos que un gran número de pensionados activará esta solicitud, y será crucial que puedan realizar una proyección de cómo afectará esta decisión a su pensión el resto de la vida, según sus expectativas”.

¿Para todos es la misma recomendación? Infante dice que “claramente no. Aquí cada persona tiene realidades, pensiones, y situaciones actuales diferentes. Lo que sí es efectivo, es que este anticipo perjudica una pensión vitalicia. Por eso, llamamos a que la decisión que tomen los pensionados sea informada y responsable”.

¿Y qué pasa si recibo APS?

Algunas personas podrían pensar que por recibir el Aporte Previsional Solidario (APS), no verían una baja en su pensión, producto de que el Estado podría tener que entregar un monto mayor. Pero eso no es así.

Infante comenta que en estos casos, “no aumenta el APS, ya que este se calcula con una pensión determinada al momento de solicitarlo. Eso se llama Pensión Autofinanciada de Referencia (PAFE). Esta pensión queda estable y es la referencia para determinar el beneficio del APS. Por lo tanto, si la pensión disminuye (lo que ocurre mucho en retiro programado), la pensión total también baja. Esto porque el APS se mantiene constante y la pensión autofinanciada disminuyó”.

La ejecutiva agrega que “la PAFE se calcula como una renta vitalicia inmediata sin condiciones especiales de cobertura, considerando la edad, el grupo familiar y el total del saldo acumulado en la cuenta de capitalización individual, que el beneficiario tenga a la fecha de pensionarse por vejez o invalidez de acuerdo al decreto ley Nº 3.500, de 1980, incluida, cuando corresponda, la o las bonificaciones por hijo devengadas a dicha fecha”.

En ese sentido, comenta que “para este cálculo se utiliza la tasa de interés promedio implícita en las rentas vitalicias de vejez en los últimos seis meses inmediatamente anteriores a aquel en que el beneficiario se haya pensionado por vejez. En el saldo señalado anteriormente, no se incluirán las cotizaciones voluntarias, los depósitos de ahorro previsional voluntario, el ahorro previsional voluntario colectivo ni los depósitos convenidos a que se refiere el decreto ley N° 3.500, de 1980″.

En todo caso, podría haber algunas excepciones, en el caso de aquellas personas que debido a este “retiro”, queden con una pensión por debajo de la Pensión Básica Solidaria (PBS), donde el Estado podría agregar el monto que se necesite para llegar a esa línea, siempre y cuando su pensión autofinanciada, sumada al complemento solidario que recibe, no alcance para estar por sobre la PBS. Esto, solo para quienes reúnan los requisitos para acceder.

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