El real brasileño está demostrando ser inmune a la intervención del banco central esta semana, lo que aumenta la presión sobre los responsables políticos para encontrar nuevas formas de dar soporte a la moneda.

El real, que ya registra el peor desempeño entre sus pares este trimestre, se contrajo hasta un 2,4% en un tercer día de abruptas caídas, incluso después de que los encargados políticos vendieran este jueves US$2.000 millones adicionales de contratos swaps de divisas, lo que marca la segunda vez en esta semana que ha superado su oferta diaria habitual de US$750 millones.

A minutos del cierre de la jornada, el real brasileño lideraba las pérdidas entre las monedas del mundo, con una baja de 1,54%, mientras que las acciones cedían un 2,98% en la bolsa paulista.

Los operadores especulan que el banco central podría aumentar aún más las subastas de contratos swaps, vender dólares en el mercado spot directamente o subir las tasas de interés para mostrar su compromiso para evitar un desplome desordenado. Las contrapartes en Argentina, Turquía, India e Indonesia han tomado medidas en las últimas semanas para apuntalar la confianza en sus monedas y frenar la fuga de capitales al aumentar los costos de endeudamiento.

"La intervención incremental no está funcionando realmente bien, por lo que el riesgo de una respuesta de política más agresiva tiene que aumentar", dijo Mike Moran, economista jefe para América de Standard Chartered.

Los responsables políticos brasileños han permanecido en silencio desde el martes, cuando su primera oferta para vender contratos swaps adicionales proporcionó solo un alivio momentáneo para la moneda. En el acta de su última reunión de fijación de tasas el mes pasado, cuando los responsables políticos decidieron mantener la tasa de referencia en un mínimo histórico de 6,5%, el banco dijo que su política monetaria está guiada por las expectativas de inflación, la actividad económica y el equilibrio de riesgos. Los movimientos de la divisa, que el banco central denomina cambios de precios relativos, son considerados solo por sus efectos secundarios.

Hoy, el ministro de Finanzas, Eduardo Guardia, dijo que el gobierno estaba actuando "de manera coordinada y conjunta para reducir la volatilidad del mercado, que es nuestra función". Cuando se le preguntó si un ataque especulativo está teniendo lugar en el mercado cambiario de Brasil, el ministro dijo que el dólar se está apreciando a nivel mundial.

De hecho, así es. Pero el desplome del real del 16% frente al dólar desde fines de marzo es solo superado por la caída del peso argentino como la moneda con el peor desempeño del mundo.

"Es importante que el banco central permanezca visible", dijo Tania Escobedo, estratega cambiaria de RBC Capital Markets en Nueva York, que entregó el pronóstico más preciso para el real en el primer trimestre, según el ranking de Bloomberg. "Seguimos siendo cautelosos en los niveles actuales", dijo, y agregó que la tendencia sigue siendo un real más débil.

El real está sufriendo en medio de una visión cada vez más bajista de la economía. La ola de ventas se intensificó en medio de una huelga de camioneros de diez días que paralizó al país el mes pasado y eclipsó gran parte de los esfuerzos del gobierno por frenar un déficit fiscal.

La incertidumbre política antes de las elecciones presidenciales de octubre y el aumento de las tasas de interés mundiales han intensificado las dificultades.

"La intervención puede proporcionar alivio temporal y limitar la debilidad de la moneda, pero, en sí misma, es poco probable que sea suficiente para convertir la debilidad en fortaleza", dijo Erik Nelson, estratega de divisas de Wells Fargo en Nueva York. "Para ver una recuperación más sostenida en el real brasileño, es probable que deba haber un cambio más significativo en la narrativa del mercado en torno a la moneda", acotó.

Si bien los contratos swaps no cambian el suministro de dólares físicos en el país, dan soporte al real al satisfacer la demanda de los inversionistas que desean protegerse contra el riesgo del descenso en la moneda brasileña. También impulsan las tasas de préstamos en dólares en el país, alentando a los bancos comerciales a traer dólares hacia Brasil para beneficiarse de las tasas locales más altas.

Los economistas han estado recortando las proyecciones y ahora estiman que la economía de Brasil crecerá un 2,2%este año, respecto del 3% anterior, según una encuesta del banco central. JPMorgan Chase & Co. recientemente rebajó su estimación de expansión a apenas 1,2% este año.

Las proyecciones para la moneda no han logrado mantenerse al día con el desplome. La encuesta del banco central aún muestra que los analistas esperan que el real termine el año en 3,50 por dólar. Los analistas de HSBC cambiaron su estimación hoy y ahora prevén que el real terminará en diciembre en 3,9, lo que se compara con la estimación anterior de 3,35.