El Real Madrid ha cerrado el crédito para la remodelación del estadio Santiago Bernabéu por 575 millones de euros, a un plazo de 30 años y un interés fijo de 2,5%. "Esta financiación ha sido estructurada a través de un préstamo con tres tramos, julio de 2019, julio de 2020 y julio de 2021, que coinciden con las necesidades previstas para el pago de las obras", señala el club en un comunicado.
En la operación se han aprovechado las diferencias entre los tipos de interés entre Estados Unidos y la zona euro para maximizar el beneficio de los acreedores y reducir al máximo el del deudor.
La operación se ha realizado a través de un crédito pero está sustentada en una emisión de notas (similares a bonos) efectuada en Estados Unidos por JPMorgan y Bank of America que ya la semana pasada logró demanda por más de dos veces el importe colocado, como informó CincoDías el pasado 4 de abril. También han participado Santander, Société Générale y CaixaBank. Key Capital Partners ha sido además el asesor financiero y coordinador de la financiación para el Real Madrid. Cliford Chance ha asesorado en la parte vendedora y Baker McKenzie, en la de los compradores.
Los compradores han sido alrededor de una decena de compañías aseguradores y fondos de pensiones que necesitan inversiones a largo plazo para asegurar la rentabilidad de sus productos. Fuentes conocedoras de la operación señalan que esta financiación está vinculada directamente a los ingresos que el club controla: los ligados al Estadio. Sobre ellos tiene más control, a diferencia de los derivados de los sponsors y de la televisión. Así, se explotarán áreas como el museo, con mayores áreas de facturación, o el catering del estadio. La financiación no impone limitación alguna a los fichajes de jugadores ni a ningún otro gasto operativo, confirman fuentes financieras.
La estructura ha contado con un rating privado muy por encima del grado de inversión (BBB- o superior), de Fitch y DBRS. El préstamo incluye, además, tres años de carencias de amortización del principal, lo que hará que el Real Madrid pague una cuota anual fija de 29,5 millones de euros, a partir del 30 de julio de 2023 y hasta su vencimiento el 30 de julio de 2049.
El club mantiene una situación saneada. Las cuentas del Real Madrid correspondientes al ejercicio concluido el 30 de junio del año pasado revelan unos ingresos de 751 millones, con un crecimiento del 11,3%, y un beneficio bruto de explotación de (ebitda) de 147 millones, un 6,5% superior a los del ejercicio anterior. El beneficio neto fue de 31 millones frente a los 21 millones logrados en los 12 meses finalizados en junio de 2017.
El balance arroja una posición de tesorería neta de 107 millones a cierre del ejercicio. Es decir, con esta cifras encima del tapete la ratio de la deuda entre el ebitda para una emisión de 575 millones de euros se situaría ligeramente por debajo de las tres veces.
El club revela en sus cuentas anuales que "mantiene una estructura de ingresos equilibrada (...) por parte de cada una de las tres grandes áreas (estadio, televisión y marketing)". Así, desvela que el 40% de su facturación fue por ingresos de marketing, el 24% por televisión, también un 23% por ingresos de cuotas de los socios y relacionados con el estadio y el 13% restante por partidos amistosos y competiciones internacionales.
El Real Madrid acude al mercado de capitales tras descartar su plan inicial de contar con un patrocinador para el nombre del nuevo estadio que sufragase gran parte de la obra. El club blanco llegó a un acuerdo de intenciones en 2014 con el fondo emiratí IPIC –actualmente llamado Mubadala– para poner nombre al Bernabéu. La cifra que se barajó era de 400 millones.
Pero en 2017 el fondo de Abu Dabi rechazó esa idea y desde entonces no ha vuelto a surgir un candidato conocido. Fuentes financieras señalan que la opción actual es más favorable, puesto que la opción de IPIC hubiera supuesto pignorar el activo sin exprimir todo su potencial y además hubiera supuesto el cambio de nombre del estadio, según fuentes financieras. Para el ejercicio en curso, el Real Madrid presupuestó unos ingresos de 752 millones con un ebitda traspasos de 166,1 millones.