Desde el pasado jueves Beijing cuenta 79 nuevos casos de contagios por coronavirus, 36 de los cuales tuvieron lugar en un solo día. Se trata de un rebrote “explosivo” de la pandemia, según detalla la prensa hongkonesa, en función del control casi absoluto que parecía tener de la enfermedad el gigante asiático, que no ha demorado en reaccionar ante lo que se podría convertir en la segunda ola del virus.
La capital y las regiones vecinas han intensificado las medidas de emergencia, incluyendo el levantamiento de suerte de cordones sanitarios, particularmente en torno al distrito de Fengtai, cuyas autoridades lo declararon en “modo de emergencia en tiempos de guerra”. Eso implicó, entre otras cosas, que se decretara el confinamiento de ciertos complejos habitacionales y escuelas, mientras se intenta dar con las redes de personas que hayan tenido contactos directos con el virus.
Temor al salmón
Ubicado en la zona sur de Beijing, el distrito en cuestión cobija al mercado mayorista de Xinfadi, que con 112 hectáreas es el más grande de su tipo en Asia y que hoy cobra protagonismo por el test positivo que dieron allí 50 personas, después de 500 sometidas a las pruebas.
Este último dato podría resultar casi anecdótico para Chile, si no fuera porque en ese lugar se venden salmones importados y porque justamente en una de las tablas donde se manipula el alimento se detectó la presencia del coronavirus.
En ese marco, sin una orden gubernamental, minoristas relevantes en el país, como el francés Carrefour o el local Wumart, decidieron retirar el producto de sus estantes, mientras que otros tantos restaurantes lo quitaron de sus menús, relata el medio estatal Global Times.
A la luz de los acontecimientos, Rodrigo Yáñez, subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, señaló que “actualmente no existe evidencia científica de que la transmisión del Covid-19, sea atribuible a alimentos o dentro del proceso de packaging de los mismos”, algo que, de hecho, también ha sido destacado por virólogos en China (ver nota relacionada).
Tensión en los mercados
Sin embargo, el rebrote en China tuvo repercusiones que van mucho más allá del mercado Xinfadi y del salmón. La noticia resonó en los mercados internacionales incluyendo en el de commodities, donde el cobre se llevó la peor parte con un retroceso de 2,41%, con el cual cerró la jornada en US$2,561 la libra.
Como termómetro de la actividad económica mundial, el movimiento en su valor dio cuenta del temor que genera entre los inversionistas la posibilidad de que una segunda ola barra con todos los progresos que ha tenido China en la reapertura de su economía, complicando las perspectivas tanto sanitarias como económicas para el resto del mundo.
De esta manera, la tensión también se notó en buena parte de las bolsas de Asia y Europa. El Nikkei japonés cedió 3,24% y Shanghái, 1,11%, mientras que en Europa los mercados bajaron en torno a 0,5%.
La reacción se condice con las alarmas que se están encendiendo al interior del mismo país que vio nacer al coronavirus. Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro Chino para el Control, señaló ayer al medio local People’s Daily que la situación era muy grave. “Beijing enfrenta brotes explosivos y concentrados a pesar de que la epidemia nacional ha sido básicamente bloqueada”, detalló.
La Fed al rescate
Con estos antecedentes, el Ipsa se sumó a las pérdidas con una caída de 1,88%, que de todas maneras resultó inferior a la baja de 2,88% en el Bovespa. El ánimo no era mejor a primera hora en Wall Street, más aún considerando que en EEUU los estados de Alabama, California, Florida y Carolina del Norte informaron un alza de nuevos casos diarios de coronavirus.
Sin embargo, la Reserva Federal salió al rescate con un anuncio que permitió que los indicadores neoyorquinos cerraran el lunes con ganancias. En su afán por continuar dándole soporte a la economía doméstica y estabilidad al mercado financiero, la institución liderada por Jerome Powell anunció que comenzará a comprar bonos corporativos individuales.
Agregando funciones a su Línea de Crédito Corporativo del Mercado Secundario, la Fed detalló en un comunicado que el objetivo de la medida es “crear una cartera de bonos corporativos que se base en un índice de mercado amplio y diversificado de bonos corporativos estadounidenses”.
Adicionalmente, detallaron que ese índice “está compuesto por todos los bonos en el mercado secundario que han sido emitidos por compañías estadounidenses que satisfacen la calificación mínima, el vencimiento máximo y otros criterios de la instalación. Este enfoque de indexación complementará las compras actuales de la instalación de fondos negociados en bolsa”.