¿Es un alcalde nocturno una solución para las ciudades?

VALPARAISO NOCHE

Ámsterdam, Berlín y Londres son solo algunas de las ciudades que se han sumado a la tendencia y que hoy que tienen a una autoridad que se encarga de la administración pública durante las horas de descanso. Crear una normativa, definir funciones y competencias, están entre las claves para sacarle "el jugo" a este nuevo funcionario municipal.


Hace sólo unos días hizo noticia la salida del alcalde nocturno de Valparaíso. La razón: irregularidades en su administración pública. Se trata de un caso aislado, pues en el resto del mundo existe la tendencia de sumar cada vez más a este tipo de autoridades. Crear una normativa, definir sus funciones y competencias, están entre las claves para evitar que este caso se repita.

Tras la participación del edil de Valparaíso, Jorge Sharp, en una reunión de la secretaría ejecutiva de seguridad y comercio ambulante de su comuna, Juan Carlos González terminó en medio de un sumario administrativo. Esto, tras la denuncia de un locatario que indicaba que el denominado "alcalde nocturno" cobraba $200 mil por el arriendo de patentes de alcoholes.

En lo que parece ser un abrupto final para la primera autoridad nocturna del país, González anunció su renuncia. "El mayor error de ese caso fue que no se definió bien cual era el rol a cumplir: si solo consistía en encargarse de la seguridad nocturna, la supervisión del comportamiento ciudadano en la subida Ecuador, o el manejo de temas administrativos relativos a los locales nocturnos.

Esa indefinición fue la base de su aparente mala gestión informada por la prensa", explica Julio Nazar, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad del Desarrollo (UDD).

Carlos Lara, académico de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Valparaíso, señala que "es necesario buscar un reemplazante del alcalde nocturno que renunció. La administración pública no puede parar. El cuidado de la ciudad debe tener una continuidad, por lo que deberá haber alguien que tome su lugar".

Sin embargo, esta no es la tendencia que se ha venido dando a nivel mundial. Por ejemplo, Valencia está evaluando la creación de una nueva institución oficial para supervisar el funcionamiento de la ciudad mientras la mayoría descansa.

Se trata de un concepto que nació en Holanda y que rápidamente se ha diseminado por el resto de Europa. Esto, debido a las ventajas que ha presentado en la administración de la ciudad, sobre todo en materia de seguridad.

Berlín, París, Londres, Zurich y Edimburgo son sólo algunas de las ciudades que ya cuentan hace algunos años con esta autoridad. Su función: velar la adminstración y cuidado de la urbe, de manera de potenciar su puesta en valor para residentes y turistas. Sin embargo, existe una ciudad que allanó el camino para las demás.

Reconocida nivel global por su agitada y singular vida nocturna, Ámsterdam fue la primera ciudad europea en implementar este tipo de autoridad. Esto, tras ser alertada de la creciente inseguridad y falta de orden público en sectores como el Barrio Rojo y el centro histórico.

De esta manera, en la capital de los Países Bajos existen dos alcaldes: uno que trabaja de día y otro que es identificado como "el Nachtburgemeester". Las funciones de este último son claras: ser el enlace entre los comerciantes nocturnos, los residentes y la municipalidad.

Así como en otras ciudades europeas, el mecanismo de elección del alcalde nocturno de Ámsterdam es democrático. Es decir, fue elegido por medio de una combinación de votos de los ciudadanos y un jurado de cinco expertos. Además, es totalmente independiente del municipio.

"Un administrador nocturno debe entender las variables de la ciudad. Que no sólo tenga funciones punitivas, sino que también pueda generar iniciativas que potencien los barrios turísticos, bohemios, culturales y gastronómicos.

Es decir, que se conserven sus infraestructuras urbanas y se aleje a la delincuencia. Además, tiene que ser una persona que tenga una mirada contemporánea respecto a lo que es la vida nocturna", manifiesta Nazar.

Del mismo modo, su abanico de competencias debería ser elevado. "Tiene que tener claro cuáles son los requerimientos de la ciudad durante la noche. Es decir, cómo se tiene que regular la movilidad, el espacio público y lo que ocurre en este lugar. Por ejemplo, los niveles de ruido, consumo de alcohol y el respeto por los vecinos anteriores", dice Nazar.

También hay que considerar de qué manera impactará esta administración en las urbes. "Hay una relación fundamental en la actividad nocturna, pues es un negocio donde la gente gana dinero. Existiendo ese beneficio, habría que ver cómo este repercute en la ciudad", asegura Lara.

Sin embargo, algunos tienen sus dudas respecto a la instalación de la figura del alcalde nocturno en las ciudades chilenas. Esto, debido al peligro que podría significar la atomización de la administración pública, pues debilitaría la estructura de toma de decisiones.

"Tiene que ser el mismo alcalde quien tenga esas atribuciones. Sin embargo, hay que reconocer que necesitamos fortalecer algunas áreas metropolitanas dentro de Chile. Hoy se discute la figura del alcalde mayor, pero hay aspectos que son necesarios de definir", manifiesta Gerardo Ureta, miembro de la Corporación Metropolítica y académico de la Universidad Mayor.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.